A diferencia de otros países donde el fundamento de la libertad es más profundo, en España el común de la gente no está por la labor de enfrentarse a aquello que considera dañino. La inmensa mayoría de las personas que están en contra del aborto, de la ideología de género y de otras corrientes destructivas para la sociedad y el individuo, consideran que hacen suficiente con ir a votar a partidos que en realidad, también están a favor de todo lo dicho anteriormente, como es el caso del Partido Popular, el paradigma de traición a los propios votantes de la historia reciente de nuestra nación.
Pero, a diferencia de España, donde el fundamento de la libertad es casi inexistente y está supeditado a ideas de partido y a sectarismos globalistas, en otros países si que existen corrientes de contestación contra los autoritarismos que en las últimas décadas se están perfilando. Corrientes e individuos contestatarios que en España apenas existen por el miedo a que la masa social, dominada y dirigida por la corrección política y los intereses que les gobiernan, les tachen como fascistas, homófobos, y otros epítetos inventados para ejercer una presión-mordaza que acaba por callar a una sociedad cobarde que apenas se defiende.
En este vídeo, Ben Saphiro refuta el argumento victimista de la típica proabortista que plantea un supuesto exagerado con el que trata de ganarse el favor de la audiencia. En España, ella lo habría conseguido.
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