Hoy, por la mañana, opinaba Gómez Marín en Onda Cero que ningún gobierno mediocre aguanta un examen de hemeroteca a un año vista. Y que lo que le resultaba más descorazonador de la situación general que vivimos es el hecho de que este gobierno, con Z de Zapatero, se ha acostumbrado a vivir sin resistir un examen de hemeroteca de tan solo tres semanas.
Mientras algunos ministros han desaparecido del panorama mediático, cosa que es muy de agradecer, otros, los más presentes, parecen perdidos en un autentico mar de ideas descabelladas y despropósitos que desesperan cada vez más a una población que comprueba, día a día, como el paro crece y la economía se hunde.
Como Gómez Marín, o como cualquier ciudadano consciente, encuentro verdaderamente absurdo que el Ministro de Industria, de quien debería depender parte del esfuerzo eficaz en paliar los efectos de la crisis “ahora sí” económica, proponga medidas poco menos que imposibles de llevar a cabo a corto plazo, y, por lo tanto, inútiles para iniciar medidas inmediatas para reactivar la economía.
El mismo empecinamiento que el gabinete Zapatero muestra en negar la realidad y la evidencia, parece ser la causa que lleva al Ministro de Industria a elucubrar soluciones contra el consumo excesivo de energía o la contaminación, proponiendo algunas ideas que muchos ciudadanos ya tienen en cuenta desde hace años, como las famosas bombillas de bajo consumo, o que, en el caso de los automóviles eléctricos, algunos fabricantes han abandonado la fabricación y otros reconocen que los vehículos realmente eficaces no estarán desarrollados y funcionando hasta dentro de unos veinte años.
Durante los primeros cien días de la segunda legislatura ZP hemos visto cómo el gobierno ha encubierto la crisis y sus consecuencias a base de golpes de efecto tales como absurdas polémicas lingüísticas, planteamiento sobre reforma de las leyes que puedan resultar más incomodas y debatidas y adjudicación reparto de culpas entre el Partido Popular, el presidente de los Estados Unidos y el expresidente Aznar. Muchos medios de información han concedido mayor importancia al hecho de que un ministro se presente sin corbata en el Congreso, antes que criticar al Gobierno por su inacción ante el desastre.
¿Es la ideología – o la ausencia de ella – lo que impide al ejecutivo tomar medidas que, durante la anterior crisis de los noventa, demostraron ser verdaderamente eficaces en la reconstrucción de la economía nacional?
¿Cree el ministro Solbes que anunciar hoy lo que los expertos advirtieron hace más de un año podrá reactivar el mercado laboral, la producción o el consumo?
Prácticamente toda la nación se paraliza durante el mes de Agosto. Buena parte de los españoles estará disfrutando de sus vacaciones y procurando desconectar temporalmente de los problemas cotidianos. ¿Qué sucederá en Septiembre, cuando tantas familias tengan que enfrentarse a gastos inevitables, expedientes de regulación de empleo, nuevas subidas en los precios…?
Los sindicatos, como cabía esperar, han colaborado con su ausencia, y su escaso ímpetu en defensa de los trabajadores, al funcionamiento de la “ley del silencio” que se impuso desde Moncloa. Si alguien tenía alguna reticencia sobre el particular, pudo despejar sus dudas el “mirar para otro lado” de UGT y CCOO durante la pasada huelga de transportistas. Si, como parece que vaya a suceder, las previsiones más pesimistas se cumplen y volvemos a índices de paro similares a los de los años ochenta, ¿seguirán ausentes los sindicatos o, por el contrario, decidirán pasar a la acción empujados por la opinión pública?
Creo que Solbes, Sebastián y Zapatero cuentan con este próximo mes de vacaciones para que España se olvide al sol de los serios problemas a los que se tiene que hacer frente. Y si durante Agosto sucede algo que precipite las cosas, ya aparecerá Bibiana Aído con alguna de sus perlas ideológico lingüísticas, o Pepe Blanco arremetiendo contra quienes gobernaron hace cuatro años, para hacerles responsables hasta de los incendios que puedan suceder durante este Agosto.
Esperemos que la reentrada en la atmosfera de la vida cotidiana no nos abrase y nos deje hechos cenizas. Tal y como se ve el horizonte, dentro de pocos meses ni siquiera las ocurrencias de un anormal como Chávez nos ayudarán a olvidar los difíciles momentos que estaremos viviendo.
Empieza agosto y la gente no esta para historia. Ya vendrá septiembre y nos preocuparemos entonces. Es como el cuento de la cigarra y la hormiga, pero versionado por los poíticos de hoy.
ResponderEliminarSeptiembre sera arrasador.
Ya puede estar contento, como en la foto.
ResponderEliminarCon V de "Vurro"
Que nos regala bombillas, hombre.
ResponderEliminar¿Qué más quieres?
Te quejas de vicio. :D
Tiene gracia, lo de las bombillas - lámparas, las llaman allá - de bajo consumo, era una de las medidas que proponía el gobierno argentino a comienzos de enero...
ResponderEliminarEn ese caso no era a todos los ciudadanos, sino sólo a aquellos que trabajaban en la administración; aunque, como es normal, también allí se tomó a guasa la iniciativa.
Lo más triste del asunto es que ya vamos a remolque de latinoamérica...
Si. al fin y al cabo, otra medida populista.
ResponderEliminarCada vez se les vé antes sus mentiras.
ResponderEliminarEste gobierno se pasará el tiempo desdiciendose y echando la culpa a los demas. Como los últimos años del felipismo.
ResponderEliminarLas familias tendremos que apuntarnos a convocar concursos de acreedores.