… o que dimita; o que lo cesen. O mejor aún, que se pase al cuerpo diplomático y lo asignen a algún consulado en las antípodas. ¿Hay algún país que nos interesa desestabilizar por allá, en beneficio para España?. Pues que le envíen rápidamente. Y si puede ser, mañana mismo.
A sus deméritos de la década de los noventa, cuando demostró sobradamente su nula capacidad de gestión, el vicepresidente segundo del gobierno, Sr. Solbes, ha añadido, sin esfuerzo, un buen número de desaciertos, mentiras y fracasos durante la pasada legislatura y lo que llevamos de esta. Alguien dijo de él, en un artículo que leí recientemente, que el último uso que le dará Zapatero, antes de darle la patada, será el de culparle de todo lo que no se haya podido solucionar durante la crisis-recesión-que-no-existía-pero-ya-está-aquí-por-culpa-del-pp y dejarle a los pies de los caballos. Yo no me atrevo a llegar a tanto. Mientras ZP tenga a tanto incompetente a su alrededor será más difícil que muchos puedan ver su incompetencia como jefe.
Lo que sí me atrevo a asegurar es que este personaje es, además, un agitador encubierto en su propia monotonía. Su charla puede aburrir a las piedras, pero, a veces, su mensaje es enervante, sea porque parece tomar al ciudadano por idiota, sea porque la consigna de la voz de su amo consiste en echar balones fuera a cualquier precio, el caso es que se permite decir cosas que, en boca de cualquier opositor, habría sacado a la calle a la progresía militante, incluida la de visa oro.
Nadie, con el cargo de responsabilidad y representatividad que este elemento ocupa, puede permitirse declarar, con toda soltura además, que si la recesión sirve para limpiar la economía, no tiene la mayor importancia.
Sostener una opinión así demuestra tener la sensibilidad de una estatua. No se puede cruzar el límite de la falta de sensibilidad. Debería ser punible el presumir a todas horas de estar en un partido político que se adjudica, torcidamente y en exclusiva, la sensibilidad social, la lucha por los derechos de los ciudadanos y la salvación de estos de las fauces de la derecha devoradora de obreros y no sé cuantos tópicos más, para aparecer luego en un programa del canal de televisión que Zapatero prometió no controlar, y comentar sin ningún apuro que lo que está dejando sin empleo a millones de trabajadores, de autónomos, a cientos de empresas, no tiene la mayor importancia.
O el Sr. Solbes vive apartado de la realidad, cosa fácil cuando se llega a cierto status en el que el sueldo, las prebendas, y el peloteo de los que te rodean te aísla del exterior y te mantiene en un limbo de bienestar, o es un desalmado, o en su horizonte vital no aparece la posibilidad de perder su casa o su negocio, o no tiene problemas para llevar comida a casa. O quizás el Sr. Solbes tiene muy claro que nadie le va a montar una manifestación para que se retracte de sus palabras y pida disculpas, aunque solo sea a los que le votaron a cambio de unos cuantos cheques.
Hoy, si alguna cosa más tengo clara sobre este personaje, después de leer en varios diarios otras tremendas declaraciones suyas, es que desprecia abiertamente a quien no le vota.
En un programa de
Chocante. Si aplicamos el mismo rasero de Solbes, y si pagaran los votantes de Gallardón, entonces el resto de madrileños no debería tener derecho a usar esas infraestructuras. O quienes votaron a Zapatero deberían hacerse cargo del déficit de las arcas públicas después del dilapidar miles de millones de Euros en cheques populistas que tan pocos problemas han resuelto. O los ministros y otros cargos públicos del PSOE deberían aportar un dinerito a escote para cubrir las donaciones de la vicepresidenta De
Que alguien le pare. O que le dé el impulso suficiente para recorrer medio planeta.
Jajajajaja... "sembrao"... jajajaja...
ResponderEliminarYa sé que la cosa no es para reirse, pero tal como lo cuentas, sí...
Si hace falta, para que salga adelante la propuesta de Solbes, yo contribuyo en el reparto de los costes de las obras de Madrid. Pero que los que votaron a Zapa, se hagan cargo de lo suyo. Como rezan los cartelitos de las tiendas de cacharros: "Yo rompo, yo pago"... pues eso...
María.
Si, si Que alguien le pare de una vez
ResponderEliminarJulio Andradas lleva más de un año y medio diciendo que es un peligro:ni siquiera es licenciado en Económicas, es un simple diplomado en la Universidad Libre de Berlín.
ResponderEliminarSolbes ya nos hundió con González, y en un más difícil todavía, va lograrlo por segunda vez, lo que será un hito histórico en los anales de la ineptitud.
Esa limpieza hace falta en toda las cortes, desde hace mucho huele a tufo.
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