A menudo podemos perder la perspectiva de lo que es más importante en nuestras vidas. El trabajo y el ocio son buenos en su justa medida pero, tanto uno como otro, en ocasiones, pueden llevarnos a pasar más tiempo del necesario apartados de lo que debería ser primordial para nosotros: las personas que amamos.
A veces caemos en un error muy habitual; no dar el suficiente valor a las experiencias y tiempo que podríamos compartir con nuestras familias. Son ocasiones para conocer y amar más a quienes son más influyentes y determinantes en nuestra existencia. Momentos que un día recordaremos como verdaderos tesoros.
No podemos permitirnos llegar al final de nuestros días con la certeza de no haber amado lo suficiente a quienes así lo esperaban de nosotros. Entonces no habrá modo volver al principio del camino y recuperar el tiempo perdido. En esta vida tan corta todo pasa muy rápido; sin apenas darnos cuenta. Pero siempre tendremos al alcance de nuestras manos la oportunidad de cuidar a nuestros seres queridos, de compartir nuestras vidas y de disfrutar de la compañía de quienes nos aman.
Un mensaje de Thomas S. Monson (1927 - 2018) Presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
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