Puede escuchar el texto al final del artículo.
Julio de 2018. Madrid.
.- No nos engañemos. La ingeniería
social, venga de donde venga, suele iniciarse con movimientos violentos o con
maniobras de desestabilización. Y a veces ambas cosas a la vez. Pero otras
veces lleva su proceso desde que se inicia en el punto 1 hasta que llega al
punto 2. – Dice mi amigo empezando su postre. Una macedonia que, por el corte
irregular de los trocitos de fruta, se ve que no ha salido de una lata. El
camarero había dicho que los postres eran caseros, y no mentía.
.- Mira, - continúa - ¿Ves que la
historia siempre se repite? Hay cosas que no le puedes presentar al pueblo
frontalmente hoy, porque no las admitirán. Si insistes al cabo de un año,
tampoco. Pero en diez años les habrás convencido, y sobre todo si has estado haciendo
una labor de propaganda bien estudiada e impactante. Si la gente comienza a
aceptar mejor lo que les quieres imponer, ya tienes parte del campo libre. Y si
desde el principio te ayudas con gentuza que sabes que son corruptos, aún lo vas a tener más fácil. A unos los
compras y ya. A otros, los compras por menos y les aprietas las tuercas, y te
obedecen. Pero todos ellos adoran el dinero y el futuro les importa un carajo
porque creen que las consecuencias nunca les afectarán. Si planificas bien, ya sabes
que te vas a llevar a la mayoría de la gente de calle. Sean azules o rojos.
Estén enfrentados o no. Quieran esto o lo otro. Pero a esa mayoría, te los
llevas. Y si ves tus planes en riesgo, a los azules les pones una disidencia
controlada de color verde y a los rojos otra de color morado. Ya sabes cómo
funciona esto. Enfrentas a los de un lado contra otro y los tienes dominados.
Con dinero y recursos, hasta puedes sacar la ficha naranja a jugar en el
tablero y así no se te escapan ni los timoratos de azul que a veces se sienten
un poco rojos.
Miro la mitad de flan casero que me queda.
Mi amigo tiene toda la razón. Cualquiera que nos escuchase nos tomaría por
conspiranóicos. Pero si esa misma persona tuviese el valor de abstraerse de
toda la basura que lee, escucha y ve al cabo del día, posiblemente nos daría
algo de razón.
.- ¿Cuántas veces has publicado tú
hablando de la manipulación del poder sobre la población, con la política y la
propaganda como herramientas?. Yo te he leído muchos artículos sobre eso.
Constantemente insistes que esto es real y que la mayoría de la gente no quiere
molestarse en verlo.
.- Bueno.. Yo lo veo así. – le contesto-
Hay intereses que quieren poblar Europa de magrebíes y subsaharianos. Esto lo
sabe todo el mundo. Hace ya treinta años que las pateras van acaparando
titulares. Los españoles se cabrean. Lo ven a diario en televisión. Pasa el
tiempo y la maniobra de invasión
continúa in crescendo. Los españoles se cabrean aún más, pero no reaccionan. Muchos
servicios sociales, al principio los localizados en barrios periféricos,
comienzan a tratar con favoritismo a los inmigrantes ilegales. Incluso algunos
colaboradores de Cáritas con pequeños locales donde reparten bolsas de
alimentos también lo hacen. Las familias españolas necesitadas se quejan. En
ayuntamientos, en periódicos, en parroquias… Pero nadie hace nada. Y los
españoles se cabrean toda vía más, pero siguen sin reaccionar. A partir de un
momento concreto el porcentaje de pateros menores de edad se incrementó. Marruecos,
y también Argelia, se quitaban así de encima la sobre carga de menores
delincuentes, a los que harían servir como colonizadores de nuestras calles,
contando también que muchos de ellos conseguirían llegar a Francia. Pero la
mayoría se queda aquí y acaba por colapsar los recursos de los servicios
sociales de la infancia y juventud. Los COAs de muchas ciudades pasan de acoger
a menores españoles conflictivos separados de sus familias a convertirse en
albergues de chavales y no tan chavales marroquíes y argelinos. En esos centros
la presión es tal que las bajas por depresión de cuidadores, monitores y
vigilantes se cuentan por docenas. En tres décadas hemos pasado de acoger a
pobrecitos pateros que casi se ahogan en el mar a tener problemad de orden
público a diario con los peores delitos.
.- ¿Recuerdas cuando hace años hablábamos
de la otra carne de cañón con mi amigo? – me interrumpe – ¿los subsaharianos
que también van llegando por millares? Fíjate cómo de fácil era verlo ya
entonces. Esos venían como simple ganado en las pateras. Han terminado por ser
otro tipo de invasión más blanda pero también de aire musulmán. Como un
complemento a la principal. Unos vienen y se dedican a trabajar, a traer a sus
familias y a radicarse en España. Otros, que muchos de ellos ya son inadaptados
en sus países, son los de los conflictos casi siempre de baja intensidad.
Manteros, delitos menores, hasta que llegan los nigerianos, que llevan sus
mafias en la sangre y son mucho más conflictivos que los cameruneses y los demás,
se dejan ver demasiado con sus redes de prostitución, drogas y estafas y acaban
creando problemas que hay que sofocar.
Recuerdo aquella conversación. Hace
muchos años. Charlábamos con un capitán de la Armada que nos comentaba algo muy
revelador entonces sobre las pateras de subsaharianos que comenzaban a llegar a
las Canarias, para colapsar los servicios sociales y forzar a las autoridades a
destinar más recursos. La versión oficial que muchos medios sobornados estaban
publicando decía que esas pateras venían desde Mauritania, costeando hasta
Dakhla, y de ahí ponían rumbo a las islas. Pero viendo las características de
las embarcaciones, estudiando los puntos donde habían sido interceptadas y
comunicándose con un par de antenas de Marruecos, el capitán averiguó lo que luego le confirmaría un conocido
afincado en Tánger: los pateros llegaban en vehículos por tierra hasta Bojador,
que está lo suficientemente lejos al sur de El Aaiún como para que nadie se
acerque y haga preguntas, y desde Bojador embarcaban rumbo a las Canarias.
Mucho más racional sobre el mapa y más práctico para que sobreviviesen la mayor
parte de pasajeros.
En mi plato solo queda un trozo de flan
casero. Le doy golpecitos con la cuchara de postre mientras recuerdo detalles
de aquella charla con el capitán. Yo no lo conocía hasta ese momento, pero
resulta que mi amigo y él eran íntimos desde el instituto y mantenían el
contacto a menudo.
.- Es curioso que nadie allí quisiera
publicar sobre el asunto. - contesto.
.- Lo que es curioso es que un chaval muy
joven que empezaba su carrera en un diario de las islas hizo un reportaje que
su periódico no publicó. Y como habló de ese asunto siendo colaborador de un
programa de radio local… al cabo de un tiempo el periódico no le renovó el
contrato y ningún medio más quiso emplearle. Se desencantó del periodismo y se
vino a vivir a la península, a trabajar en un hotel de la Costa Dorada.
Hemos acabado los postres. En lugar de
café, he pedido una infusión de cítricos.
.- Si te das cuenta, - comenta mi amigo
después de un primer sorbo a su café doble – son dos líneas paralelas muy bien
ajustadas. Por un lado la marroquí. Una invasión en toda regla de la que se
beneficia Marruecos y de la que sacan partido miles de corruptos españoles. Nos
cuelan de todo, y desde hace algunos años hay una parte importante de menores.
Críos muchos de ellos sin oficio ni beneficio a los que se sacan de encima
porque van a ser más útiles al rey de Marruecos colonizando España que robando
por las calles desde Rabat a Fez. Los mandan a vivir del cuento a España, dejan
pasar también a unos cuantos emigrantes de más abajo, y de vez en cuando
lloriquean con el cuento de que no pueden contenerlos a todos para que España
les pague 50 o 100 todo-terrenos y cosas por el estilo. El comisionista español
de los vehículos se forra. Un indeseable que no se va de su partido ni con agua
caliente. El comisionista marroquí recibe su parte que se la envía el español,
o se la lleva éste en persona para pasarse allí unos días de coca y pxxxx, y de
los 50 o 100 vehículos recibidos, como no hacen falta tantos, el gobierno
marroquí aparta unos cuantos y los vende a Mauritania o a Mali. Un negocio
redondo. Y entre todo el barullo de gente que nos cuelan, más los que van y
vienen por Algeciras, algún servicio nos meten sin llamar la atención. Y la
otra línea paralela es la vía argelina, que procura no mezclarse mucho con la
marroquí porque entre argelinos y marroquíes la relación siempre es tirante.
Ahora la vía argelina es más crítica para nosotros. El problema ya lo tienen en
Francia desde hace mucho tiempo. Hay barrios de París que son Argelia pura,
donde la policía tiene auténticos problemas para actuar y los servicios ya casi
no infiltran a sus agentes, porque han perdido a unos cuantos reventados a
tiros o degollados, así que los monitorizan esos
barrios con vigilancia
electrónica recomendada por CIA y MOSSAD. Ese problema comenzó cuando tanto
argelino se fue para Francia durante la guerra de la independencia y los años
posteriores. Fíjate que ni habíamos nacido. Y ahora, cinco décadas después,
Francia ya está en un punto crítico con eso. Ya tiene a los descendientes de
argelinos en la política, en la banca, la policía, en cargos de gobierno, en la
educación… Y solo ha hecho falta una generación. La nuestra. Y claro que no
todos los argelinos y sus hijos son mala gente. Por supuesto que no. Y la
mayoría se sienten más franceses que De Gaulle. Serían tontos, si no. Pero
entre esos descendientes ya sobresale alguno que reivindica la ley islámica y exige
la enseñanza del Corán en las escuelas. En solo una generación. Y a veces la
DGSI y la DGSE están desbordadas con el problema. Reino Unido sufre algo muy
parecido con los indios y los pakistaníes. Hay una segunda y tercera generación
nacidos allí, que en mayor o menor medida mantienen parte sus costumbres aunque
viven perfectamente insertados en la sociedad. Pero entre colectivos de esas
creencias siempre queda un resto de fanáticos que no conocen su tierra de
origen, pero la idealizan. Acaban por odiar a un occidente en el que lo tienen
todo, y llega cualquier infiltrado, los localiza en las redes o en los
institutos, universidades, parques, centros de ocio… y los gana para la causa. Los
servicios británicos están trabajando al 100% contra eso. Y los franceses
también. Tratan de contener a la yihad tanto desde el exterior como el
interior.
Recordando lo que hablábamos hace casi
dos horas en la terraza de la cafetería anterior, voy atando cabos respecto a
los inconvenientes que la yihad tiene en su infiltración en Europa por la vía
mediterránea.
.- Veamos – comienzo – La vía argelina
encontró un verdadero escollo en Córcega y Cerdeña. Un escollo prácticamente
insalvable, que es la mafia local de la que todo el mundo vive en mayor o menor
medida y a la que todos rinden obediencia. Los golpes se los llevó el idiota de
Open Society, que además dejó media oreja en el intento, pero la enseñanza en
carne ajena se la llevó la mafia argelina que gana dinero con las pateras de
cara a la galería, y que gana dinero también de un modo discreto ayudando a la
yihad y colaborando en la ruta de la heroína que pasa por su territorio
dirección Italia hacia los países del este. La vía argelina es más peligrosa
para nosotros: no nos envía contingentes tan numerosos como los marroquíes, pero
sus pateras traen a veces infiltrados que en realidad rara vez son argelinos,
sino de otros países musulmanes que son auténticos viveros de la yihad. Aún
así, los líderes de la yihad entienden que éstas infiltraciones son muy
expuestas al fracaso. De hecho, la Guardia Civil y el ejército tienen servicios
de información muy conocedores del mundo musulmán, cosa en la que ya insistió
en su tiempo el Teniente Coronel Manglano. No así el actual CNI, que tira más
de agentes externos musulmanes, con lo que corre el riesgo de recibir
información alterada o completamente falsa.
.- Hasta ahí todo bien. – acepta.
.- Por otro lado – prosigo - la vía turca
funcionó muy bien con las caravanas de emigrantes que fueron llegando hasta
Europa. La prensa progre europea estaba encantada con semejante marea de
“refugiados”. Pero la cosa se torció en Hungría. Orban es un duro y tampoco está
para bromas. Comprendió que aquello era una invasión encubierta casi idéntica a
las caravanas de centro América rumbo a Estados Unidos. Además, tiene el apoyo
mayoritario de sus paisanos. En otros países de mayor militancia progre, los medios
y los políticos calentaron el ambiente con sus arengas y sus consignas. Cuando
se dieron cuenta de que por cada huido de la guerra les habían colado a uno o
dos indeseables, en Alemania y los países nórdicos de acogida ya tenían ciertos
barrios dominados por delincuentes y a la población atemorizada. Todo muy
Soros. Y en España está sucediendo exactamente lo mismo en la costa mediterránea
y en algunas zonas del interior. España pronto tendrá su propia Francia ocupada
por el Islam, que será Cataluña, donde los independentistas prefieren una
inmigración que no sea hispana y los musulmanes obtienen ayudas y beneficios
que son una locura para la estabilidad de cualquier estado que se precie. El
terreno catalán está preparado desde hace muchos años, y ni los tarados líderes
indepes aceptan admitirlo. También van incorporando musulmanes no nacidos en
España en puestos de responsabilidad. Estos indepes son los que piensan que el
Islam les agradecerá todo lo que hacen, pero no ven que para el Islam que viene
y se asienta, todo el que no es fiel es infiel y merece el degüello o la
violación. Ese proceso de islamización va ya tan acelerado que estoy seguro de
que antes de dos o tres años Cataluña tendrá alcaldes, concejales y hasta algún
consejero de procedencia islámica.
Mi amigo asiente.
.- Acuérdate de lo que dijo Manglano
aquella vez, un año antes de retirarse; – y con el dedo índice de su mano
derecha se da ligeros toques en la sien, en un gesto muy suyo. - que los servicios de un país deberían estar
para defenderlo desde dentro y desde fuera, y no para cosas como proteger a un
inútil de sus queridas y de sus hijos no reconocidos. Él siempre insistía en
que nuestros servicios deberían contar con suficientes personas, formación y
medios. Hoy, ni diez CNI valen un CESID ni todos sus directores valen un
Manglano.
Cuando mi amigo nombra a Emilio Alonso
Manglano, vienen a mi mente recuerdos en cascada de una época, entre final de
los 80 hasta su relevo como director de La Casa en el 95. En los servicios,
decir que tales o cuales tiempos fueron convulsos es casi estúpido, en cierto
modo. En los servicios nunca hay tranquilidad. Pueden sucederse tiempos más o
menos inquietos o intensos. Pero tranquilidad, nunca. Es algo propio de este
trabajo.
Sin embargo, aquella época fue
particularmente “movida”. Un alto pico de actividad independentista en
Canarias, Ceuta y Melilla, patrocinada por “el amigo marroquí”, la lucha secreta
contra ETA, con la que no pocos estábamos de acuerdo y deseábamos que se
ordenase subir el listón, hasta el curioso caso de un arrepentido de la mafia
gallega de la droga, custodiado en un piso franco de Tarragona durante casi un año
a la espera de juicio y al que hubo que sacar a toda prisa hacia otra
localización cuando un periodista avisó de que alguien le había puesto precio y
facilitado el lugar de su escondite. Durante aquellos casi diez años hubo
historias para una crear un teleserie de 10 temporadas, a 22 capítulos cada una.
Luego vendría el atentado contra Aznar,
del que el futuro presidente de la nación se salvó de verdadero milagro, y que
ETA pudo realizar gracias a la ayuda de un ex legionario francés argelino que
les facilitó algo de lo que nunca se habló en los medios porque tal información
fue omitida en la versión oficial. Información que La Casa supo vía CIA por
cortesía del MOSSAD. Muchos años después ese mercenario y exlegionario francés moriría
castrado y degollado en Libia tratando de proteger a Gadafi en la batalla de
Sirte.
Mi amigo ha terminado su café doble. Los
bebe como yo la Coca Cola. Pide otro, esta vez con hielo. No me parece mala
idea. Yo pido otra infusión de cítricos, y le digo al camarero que me traiga
hielo también. Vemos la televisión hasta que el camarero vuelve con nuestras
consumiciones. Está comenzando el programa Sálvame. No puedo evitar decir:
.- Fíjate. Ahí tienes otra herramienta de
ingeniería social. Un tarado presentando un show en el que unos tarados hablan
de la vida de otros tarados para un público de tarados.
Ríe a carcajadas. “tú siempre haciendo
amigos”, asegura, al tiempo que el camarero vuelve con nuestras consumiciones.
Cuando se aleja, reanudo la conversación.
.- La vía argelina de infiltración tendrá
éxito si no la paran a tiempo. Deberían haber aprendido algo de esta guerra
encubierta con Marruecos. Me revienta que la gente y los medios acepten los
hechos sin apenas cuestionárselos, sea por dinero, por desinterés o por ignorancia.
Él remueve su café con hielo, haciendo
tintinear los cubitos contra el vaso. Yo aún muevo mi infusión con la cucharilla, esperando que
pierda algo de temperatura para poder meter el hielo sin que se derrita tan
rápidamente.
.- La historia oficial y más admitida por
la mayoría fue que el desastre para España comenzó con los atentados del 11M y
el inicio de la era Zapatero – continúo - Pero ya sabes que yo siempre insistí
que, en realidad, aquello se puso en marcha con el Experimento Perejil, como lo
llamé en un texto que colgué anónimamente en la red en 2006 y que desapareció
en cuestión de horas.
.- ¿Por qué no volviste a subirlo? - me pregunta mientras entra un grupo de
turistas asiáticos y el camarero les va asignando mesas.
– Mira. Chinos listos. Huyen del calor.
.- Nunca volví a subirlo porque hubiera
sido una pérdida de tiempo. Además, en las pocas horas que estuvo en ese foro,
solo uno contestó con comentarios inteligentes. El resto no escribían más que
consignas neofranquistas y otros colgaban vídeos de aquél programa de Canal +
que se burlaba de la cabra de la legión con los guiñoles del gobierno del PP.
Lo que yo llamé el Experimento Perejil no
era más que una teoría de quien esto escribe a tenor de ciertos hechos. Una
secuencia de hechos que debió abrir los ojos a ciertos líderes políticos sobre
quienes eran realmente nuestros amigos y quienes nuestros enemigos en occidente
en aquella primera mitad de década de inicios del siglo XXI. Pero esos
políticos estaban más ocupados en asegurar su propio futuro antes que en tratar
de blindar la seguridad de una nación a la que ciertos intereses habían
decidido tomar por su laboratorio favorito para ensayar cómo un sistema puede
venirse abajo horadándolo desde la base mediante la corrupción, la ingeniería social y el miedo controlado.
Continuará.
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