Puede escuchar el texto al final del artículo
El pasado 24 de octubre publiqué una
recopilación de noticias de los últimos 50 años (link) que demostraban sin
posibilidad de apelación alguna que la corriente catastrofista del
calentamiento global / cambio climático es una enorme farsa. Ni una sola de esas
predicciones, catastrofistas hasta el extremo la mayoría de ellas, llegó a
cumplirse.
Como los timadores que durante años
aparecen en los horarios de madrugada de la televisiones, leyendo cartas de
tarot y usando supuestos poderes para asesorar a incautos que se dejan el
dinero en semejantes idioteces, los artífices del cambio climático no parecen
sentir el menor remordimiento por haber asustado y engañado sistemáticamente a
millones de personas con el oscuro propósito de manipularlas y dirigirlas en pos
de tal o cual líder, o sacarles dinero mediante la venta de publicaciones
dignas de figurar en un listado de novelas, documentales y películas de serie B, o incluso conducirlas hacia
hábitos de consumo y tendencias sociales y hasta modas pseudo espirituales que,
con el paso del tiempo, se modifican y reciclan con la misma facilidad con la
que quedan en evidencia ante los resultados de cualquier estudio serio que
ofrezca datos contrastados.
Un timador que haya hecho del engaño su
modo de vida no abandona su carrera nunca. Los gurús del cambio climático
tampoco lo hacen. Vuelven una y otra vez. Insisten e insisten, sabedores de que
la memoria del común de la gente es muy corta; y solo es más corta la
curiosidad de los consumidores de esta gran farsa por investigar y comparar lo
que tales timadores profetizan.
Un artículo publicado por el diario El
Mundo el 25 de febrero de 2001 enumeraba una serie de predicciones elaboradas
nada menos que por 3.000 sesudos científicos que, según el periodista, se
vanagloriaban de que sus pronósticos anteriores se habían cumplido al pie de la
letra, lo cual era radicalmente falso.
En ese artículo aparecen cosas realmente
llamativas, que 19 años después jamás se han cumplido. Veamos unos ejemplos:
.- En 2020 habrán desaparecido muchas de
las playas de las costas atlánticas y mediterráneas -ya vemos que es falso- y se darán olas de calor de más de 40
grados -olas de calor que se han
conocido desde que existen registros meteorológicos- .
.- Las zonas calientes será más frías, y
viceversa. El norte de España será un palmeral y los glaciares habrán
desaparecido provocando el amento de altura de los océanos. –Hoy puedo asegurar a ustedes, pero las
últimas veces que he viajado a San Sebastián no lo he encontrado parecido a Miami,
precisamente-.
.- Habrá tormentas y huracanes en mayor
número por causa del aumento de la evaporación marítima consecuencia del
calentamiento global. –tal aumento no
existe-
Y así, las mismas falacias que los
timadores climáticos repiten década tras década. Aunque, posiblemente, lo más llamativo del artículo es que el autor
augura la aparición de una nueva enfermedad que afectará a millones: el stress
térmico: la consecuencia sobre nuestros pulmones de la neblina tóxica que
cubrirá “como un sudario” nuestras ciudades. Si alguien tiene interés por leer
el artículo completo, puede consultarlo aquí.
Hoy,
el diario El Español, de Pedro J. Ramírez, perfecto ejemplo de diario
globalista en España -donde la práctica
totalidad lo es- hace un descanso en su
trayectoria de defensa de la ideología de género para obsequiar al lector con
un artículo que asegura (vuelven los
timadores otra vez con los mismos engaños)
que más de 200.000 personas se verán perjudicadas por inundaciones
costeras en España… en ¡2050!. Y fijan a los afectados en 340.000 para el año
2100. Y vuelven también a asustar a la gente hablando de emisiones excesivas, y
presentando cifras globales con cientos de millones de afectados por inundaciones costeras en nuevas áreas que, al
menos, se presentan como una predicción más comedida que la del artículo aquél de
2001, que anticipaba 1.600 millones de afectados por hambrunas provocadas por
el calentamiento global para 2020.
El
artículo de El Español de hoy se puede consultar aquí.
Según
el dato que me ha comentado hoy César Vidal en su web, un 97% de los españoles
creen en el cambio climático. Esto habla de la credulidad de todo un pueblo,
siempre dispuesto a asimilar lo que sea si ello le libra de pensar, leer,
contrastar y formar un criterio propio. Es más cómodo ser oveja que pastor. Es
más seguro pensar como la mayoría que alzar una voz del desacuerdo. Y hoy son
muy escasos los comunicadores dispuestos a desautorizar las patrañas del
calentamiento global para ofrecer una alternativa en la información, por no
correr el riesgo de ser despedidos de los medios que están a las órdenes del
globalismo. Así que, al lector independiente y crítico, le recomiendo que tenga
paciencia. Los timadores climáticos no se fueron jamás. Siempre han estado ahí.
Y como a cualquier político sin escrúpulos ni vergüenza, a ellos no les importa
cuántas veces sus mentiras quedan en evidencia. Tienen el apoyo y los medios
del globalismo para seguir martilleando con la misma canción año tras año, con
el beneplácito de una mayoría de público mentalmente abducido.
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