La inminente subida de la factura
eléctrica ha sido fijada en un 9.8%. Además, el transporte por tren y el
consumo de gas también serán más caros. Es decir, que podemos esperar un
encarecimiento general de la mayoría de los productos que consumimos a diario,
pues todos pasan, ya sea en su fabricación, cultivo o transporte, por
cualquiera de los tres anteriores conceptos que pagaremos más caros del 1 de
enero de 2011.
Las consecuencias de este nuevo
mazazo a la economía de los españoles no se harán esperar. Tendremos que
esperar los datos del IPC correspondiente, cuando éste sea publicado dentro de
unos meses. Mientras tanto, las iniciativas populistas y erróneas de Rodríguez
Zapatero en materia energética nos traerán más y mayores complicaciones de las
que muchos apreciarán ahora a simple vista.
El encarecimiento de las energías
repercutirá inevitablemente en la competitividad de nuestros productos, no solo
en el extranjero; también en el mercado nacional. Los países que basan su
producción en el uso de energías más razonables y baratas, no solo para la
industria, también para el ciudadano, podrán colocar aún con más ventaja sus
propios productos en España; y el consumo de éstos será, como ya lo es, mucho
más conveniente para las economías domésticas, que preferirán poder llevar a
sus hogares alimentos y artículos de consumo con precios más razonables que los
artículos españoles de igual calidad pero necesariamente más caros.
Este nuevo varapalo a nuestras
economías domésticas y empresariales es más profundo, insisto, de lo que muchos
simplemente ven como el desembolso de 10 € más por cada 100 consumidos en
electricidad. La hostelería, por poner un ejemplo, o cualquier tipo de empresas
de las decenas de miles que están en seria crisis por toda España, no necesitan
precisamente gastos incrementados que puedan retraer todavía más a los
empresarios que ya ni se plantean nuevas contrataciones de trabajadores o de
nuevas inversiones de negocio que, en muchos casos son tan necesarias como
imposibles.
El empeño político – sectario de
Zapatero contra la energía nuclear, nos está costando muy caro a todos. No solo
se trata de las consecuencias anteriores, derivadas de pagar una energía
eléctrica más cara que la de muchos países de Europa. El empeño de ZP en el
empleo de energías alternativas, mucho más caras que la nuclear y menos
productivas que ésta, ha terminado por hacer de España una nación excesivamente
dependiente de Francia, productora y exportadora de energía nuclear,
paradójicamente.
En definitiva, y según las cifras
publicadas por varios medios digitales, cada familia española pagará, de media,
algo más de 51 € anuales en su factura de electricidad y el incremento medio de
coste de otros servicios dependientes de la electricidad será de un 3%.
Sin embargo, se mantienen las
subvenciones al carbón español, de mala calidad y muy caro de explotar. Pero del
uranio, abundante en España y reutilizable en un 95%, el gobierno socialista no
quiere ni oír hablar. La ideología contra la razón. Como siempre en España.
La subida de la luz, de los transportes y del gas, además de otras subidas que no nos quepa duda vendrán, es el regalo de Reyes Magos que nos tenía reservado Zp. Con una economía nacional en la uanidad de cuidados intensivos, los sueldos de los funcionarios recortados, las pensiones de nuestros mayores congeladas, el desempleo batiendo records históricos y colocándonos a la cola de Europa, suspendidos también los cuatrocientos euros a los parados sin otras prestaciones y los cheques-bebés, pues ahora viene el rey mago Zetapé con sus rebajas de enero: rebajas en nuestras maltrechas economías familiares, en nuestro poder adquisitivo. Esta sí que es una cuesta de enero, una cuesta que se barrunta muy larga.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Fernando. una cuesta plagada de desesperanza.
ResponderEliminarFeliz Año 2011.