Absolutamente nada de lo que Podemos
dijo en el pasado era verdad. Ni sus promesas electorales, ni su afán por
limpiar la política, ni su intención de regeneracionismo, ni las críticas a lo
que entonces los falsarios líderes de ese partido de perturbados llamaban
“casta”…
Nada era sincero. Conforme fueron
ganando influencia incumplieron todos y cada uno de los discursos con los que
convencían a indignados, incautos y mediocres. Y aunque llegó el momento en el
que perdieron la mitad de los escaños que habían conseguido en el Congreso de
los Diputados, han seguido manteniendo los apoyos de sus votantes incautos y
mediocres. La otra mitad que abandonó a este partido, los indignados, son los
que al menos tuvieron el acierto de ver que estos indeseables de Podemos venían
a conseguir lo que habían logrado otros políticos de la casta: altos sueldos,
propiedades, privilegios, influencia, puestos públicos; todo lo que el régimen
corrupto de partidos que gobierna España había facilitado a sus mesnadas y que
éstos, los comunistas de salón que dirigían con su demagogia a lesbianas,
okupas, delincuentes, gays, resentidos, vagos, inadaptados, transexuales,
comunistas y demás antipatriotas de todo pelo y condición, estaban desesperados
por conseguir también.
Y como todo lo anterior, el caso de
Dina Bousselham, su móvil robado y su tarjeta de memoria desaparecida ha
resultado ser otro de los fraudes montados por Pablo Iglesias, mezclado, cómo
no, con líos de faldas, y adornado con las habituales maneras dictatoriales del
líder de Podemos. Está claro que lo que hizo, lo hizo, aunque luego pretendiera
convertir el hecho en una conspiración de ciertos medios de información contra
él.
Uno de los aspectos más preocupantes
de todo este sainete es la relación de Dina Bousselham con los servicios de
espionaje marroquíes. Algo que era muy fácil de entrever si se prestaba
atención a la trayectoria de esta mujer y al giro de 180º que Podemos dio respecto
a la represión sobre el sufrido pueblo saharaui y otros asuntos marroquíes
desde el momento en que la Bousselham apareció por las cercanías del
supuestamente feminista y comprobado macho
alfa de las mujeres de su partido.
A modo de anécdota… Facebook me
arrestó durante tres días en 2017 por decir sin disimulos lo que ahora muchos
ya se atreven a asegurar. Que la entonces nueva y cercana amiga de Iglesias era
un agente de los servicios marroquíes.
Y si alguien tiene tiempo y ganas de
leer un relato corto de 5 capítulos relacionados con Marruecos, Argelia,
España, la inmigración ilegal, ciertas ONGs los atentados de Barcelona y el
barco Aquarius, puede leerlo aquí.
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