Linda Brickman, presidenta del Partido Republicano en el condado de Maricopa, Az., mantiene su declaración del pasado 30 de noviembre ante miembros de la Legislatura del estado de Arizona, y se reafirma en que ella presenció cómo muchos votos a favor de Donald Trump se contabilizaban a favor del demócrata Joe Biden mientras se registraban en las máquinas lectoras de Dominion, y se reafirma en que fue amenazada por supervisores del Centro de Escrutinios y elecciones del Condado por haber revelado lo que ella misma había vivido en primera persona. En su declaración especificó además que cuando ella informó de lo que estaba sucediendo, otros delegados presentes en el mismo colegio electoral aseguraron haber presenciado las mismas anomalías.
Pero la declaración de Brickman ante los Legisladores del Estado no quedó ahí. Ella ya se había negado, días antes de la jornada electoral, a firmar la certificación del sistema Dominion en una reunión con la delegada demócrata del estado, porque las máquinas lectoras habían funcionado mal y los técnicos, en lugar de repararlas, tan solo las habían reiniciado. Brickman no recibió ninguna explicación al respecto ni se le permitió examinar los errores que habían cometido las máquinas. Y posteriormente, cuando ella presentó quejas respecto a la lectura y adjudicación irregular de votos por Trump a favor de Biden, los supervisores le ordenaron silencio y le reprocharon que no estaba haciendo otra cosa que crear problemas. Todo un episodio de trama mafiosa que añadir a la vasta colección que atesora el Partido Demócrata.
Los medios de comunicación pro Biden en Estados Unidos, siguen ignorando el hecho de que en varios colegios electorales de los estados con resultados electorales en litigio recibieran mayores números de papeletas de voto que votantes censados había en sus distritos, lo que ya supone una evidencia imbatible de la existencia de fraude. Igualmente han tratado soslayar la declaración jurada del Vicepresidente y Director Senior de Infosec, el Dr. Navid Keshawarz-Nia en la que afirma que la tecnología aplicada para construir Dominion es manifiestamente hackeable y que contienen vulnerabilidades específicas para permitir a terceros modificaciones y cargas de datos posteriores a los conteos realizados. En su declaración jurada, advierte el Dr. Keshawarz que tales anomalías no parecen casuales y que negar la existencia de las mismas por parte de Dominion está en contra de la realidad más objetiva. Así, en un contexto en el que hasta el pro Demócrata New York Times admitió en 2018 que las máquinas de Dominion eran “fácilmente pirateables”, diferentes expertos de seguridad coinciden el que los resultados obtenidos en los primeros conteos de votos resultaban estadísticamente fraudulentos, y el análisis definitivo del Dr. Keshawarz concluye que el resultado del conteo de votos de los estados de Georgia, Arizona, Nevada, Wisconsin, Michigan y Pennsylvania no se corresponden en absoluto con un funcionamiento normal del sistema Dominion. Dicho de otro modo, Todo apunta a que es estos estados se cometió un fraude electoral de proporciones gigantescas.
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