"Aunque el gran público no haya sabido de mí durante largas épocas, nunca me ha faltado trabajo en la música. Siempre me rebelé contra esto del compromiso, contra lo de ir a algún sitio anticipado por el carné de no sé qué. Una opción que entraña riesgos: ahí están los momentos de soledad que he vivido".
Hilario Camacho se ha ido. Dudo mucho que las generaciones menores de treinta años sepan quién es, pero yo, con casi cuarenta y uno, reconozco que sigo silbando a veces uno de los temas mas hermosos que he conocido de la música pop.
Mediaban los ochenta cuando Televisión Española estrenó una serie entrañable y que luego solo ha sido repuesta para minorías en la 2. Tristeza de Amor narraba la vida de un estudio de radio en Madrid, donde los directivos, los locutores y demás personajes iban trazando el argumento de una venganza que comienza a tomar forma cuando uno de los protagonistas regresa a España después de años de exilio. Un genial Alfredo Landa borda uno de los papeles principales, acompañado de un elenco perfecto para esta serie.
El tema musical de inicio de los capítulos, Tristeza de Amor, entró de lleno en las listas de éxitos de la radio, en una década gobernada por los walkmans de cassete y radio FM. El reproductor de CD llegaba a los hogares españoles como un módulo mas para conectar al amplificador del equipo de audio. Faltaban aun diez años para que salieran al mercado los primeros y carísimos discmans. Ya entonces Hilario llevaba dos décadas dedicado a componer y a cantar.
Me enganchó aquella serie y me enganchó aquella canción.
Hoy me enteré de la muerte de Hilario leyendo una columna interior de un diario. Madonna hubiera aparecido en primera, pero ya ni si quiera eso me ofende. Hilario es más persona. Vale mucho más.
P.D.: Desde esta mañana está colapsado el sitio hilariocamacho.com. Ha excedido el ancho de banda asignado por el alto numero de visitas simultaneas. Seguro que te gustará saberlo, Hilario.
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