No me gusta Obama. No me gusta lo que representa.
Sin embargo, creo que los políticos españoles – y sobre todo quienes gobiernan – deberían aprender mucho de una de las últimas decisiones del presidente de los Estados Unidos.
Hace mucho tiempo que estoy convencido de que uno de los principales males que aquejan a España es el sectarismo de los partidos. Dicho sectarismo se extiende como una planta trepadora desde lo más básico de las políticas municipales hasta las más altas instancias del estado. No estoy hablando solo del amiguismo y el clientelismo que se traducen en la contratación de personas afines a quienes gobiernan en ayuntamientos, gobiernos autonómicos y organismos nacionales. De esto tenemos muchos ejemplos, pero considero que los más clamorosos son
En realidad hablo hoy de ese aspecto del sectarismo político que impide que personas preparadas para asumir una función pública queden relegadas a favor de otras cuyo mérito radica en ser afectas incondicionales a un partido. Dos buenos ejemplos de ellos serían Pepe Blanco y Leire Pajín, aunque la lista de “trepadores” sería interminable.
Hace muy pocos días ha sucedido algo en este sentido en el gobierno de los Estados Unidos. Un hecho propiciado por el propio presidente Obama. Hecho que no imagino que pueda suceder en España, tal y como se desarrolla la convivencia política.
Obama ha propuesto ser embajador en China a Jon Huntsman Jr., Gobernador del estado de Utah, militante del Partido Republicano, ex asistente del Presidente Ronald Reagan, y activo defensor de los movimientos pro vida y contra el aborto y participante en la pasada campaña electoral de John McCain, quien dijo de Huntsman que le consideraba un firme candidato a la presidencia de los Estados Unidos para el 2012.
Este es el toque tecnócrata que yo hecho de menos en este remedo de democracia en la que vivimos: que desempeñe la función quien tenga méritos y preparación para ello. Huntsman Jr. es activo republicano. Ha gobernado Utah bajo los principios republicanos; sin embargo, el presidente de la nación no ha dudado en llamarle para ocupar la embajada en China, entre otros motivos, por “su capacidad para poner los intereses de los Estados Unidos por encima de su partido”.
¿Imaginan al gobierno español llamando a algún contrario político para un cargo de tanta importancia? Pues esto ha sucedido en muchas ocasiones en los diferentes gabinetes presidenciales norteamericanos. Esta es una de las diferencias entre una democracia y una partitocracia, que el común de la ciudadanía no aprecia o no quiere ver. En una democracia, después de las elecciones presidenciales, el interés partidista pasa a un segundo plano dejando lugar al bienestar común de los ciudadanos. En nuestra partitocracia, el objetivo partidista suele primar durante toda la legislatura.
Aquí pueden conocer unos breves apuntes de la biografía de Jon Huntsman Jr.
Aquí es imposible hechos así.
ResponderEliminarEl sectarismo radical,el odio y el guerracivilismo hacen impensable que Zapatero opte por incorporar al Gobierno tecnócratas,profesionales independientes que aporten conocimientos y capacidad al Ejecutivo.
Aquí se opta por la indigencia intelectual y por elevar a la categoria de Ministros y Ministras a individuos y elementas como Pepiño Blanco o Bibiana Aido;gente sin estudios,ni curriculum profesional, ni trayectoria,salvo poseer entre los dientes el carnet del PSOE.
Ni siquiera en una situación tan dramática como la que atarvesamos en nuestra economía,le hace abrir los ojos al sectario Zapatero para incorporar al Gobierno a reputados economistas que enderecen el barco que naufraga.
No hay sentido de Estado.
Aui solo se copia lo malo y no lo bueno
ResponderEliminarAnda Mike pasate por mi blogque tienes algo para entretenerte
Gente cualificada sí, tecnócratas no, por favor. Yo soy de esos que preferiría darle el gobierno al primer nombre del listín telefónico que a la universidad de Harvard y al MIT. Siempre será menos peligroso el primero que los segundos.
ResponderEliminarEl problema no es que no elijan a gente de su mismo partido, cosa que ocasionalmente hacen, (recuerda que fue Anzar quien hizo a Múgica defensor del pueblo) el problema es que en una partitocracia los altos cargos los ocupan gente incompentente, cada vez más incompetente. ¿Por qué? Pues porque cuando el parlamento se convierte simplemente en el sitio donde se aprueban las leyes precocinadas, y donde el diputado solo tiene que ir a votar lo que le dice su jefe y a aplaudirle, para eso no se necesita gente capaz, sino gente obediente, que no hagan sombra al líder del partido. Y teniendo en cuenta que son de aquellos incompetentes pero obedientes de donde tiene que salir el próximo líder del partido, y que el ciclo se repite constantemente, el resultado es una casta política cada vez más mediocre.
Estás hablando de dos 'culturas' sustancialmente distintas. Allí son los candidatos y no los partidos quienes ganan las elecciones, y por tanto gobiernan. Aquí, Aznar fue la excepción que confirma la regla.
ResponderEliminarCoincido con Natalia, estamos inmersos en una partitocracia en la que, para ocupar una cartera, no se necesita otra cosa que el carné.
ResponderEliminarUn abrazo, que hace mucho que no te comento...