En estos tiempos en los que
España parece revivir a menudo el encanallado enfrentamiento previo a la guerra de 1936, gracias en su
mayor parte a la cosecha recogida de aquella maldita siembra de una ley de
memoria histórica hecha solo para algunos, supone un soplo de aire fresco la
aparición de un nuevo medio digital que, a priori, no se posiciona explícitamente
a favor de ningún partido político de los que componen la casta parasitaria y
expoliadora que los españoles hemos venido a llamar “clase política”.
Doy la bienvenida, con ilusión,
(el tiempo dirá si es otra ilusión rota) a un nuevo diario digital: República.es.
Quien esto escribe ha llegado, en
muchas ocasiones, a estar a la vez harto y decepcionado por haber tenido que
explicar constantemente que ser republicano aquí, en España, no significa
necesariamente ser comunista, socialista, independentista, frentepopulista,
perseguidor de creyentes ni quemador de fotos del rey. Quien esto escribe ha
tenido que recordar a mucho “enterado” de la historia española reciente que
existimos los republicanos de derechas, muchos de nosotros, además, liberales,
y que buena parte de las naciones más prósperas del mundo son, precisamente,
repúblicas. Quien esto escribe, queriendo ahorrarse las explicaciones que lleva
compartiendo tantos años cuando se le pregunta cómo puede ser posible que uno
sea republicano pero no rojo, ha decidido aplicar a menudo la cita de Ronald
Reagan (cuánto le echamos de menos muchos de nosotros) que dice así:
“La diferencia entre una
república y una república popular es la misma que existe entre una camisa y una
camisa de fuerza.”
En algunos aspectos, el poso de
incultura e ignorancia política que el pasado siglo XX depositó sobre España
permanece hoy. Estoy convencido de que una ley de memoria histórica que buscase
el conocimiento real de nuestra historia y homenajease a tantas víctimas
ignoradas por no ser del color político del agrado de unos u otros, sería
aconsejable como parte de un plan que iniciase la culturización del español
medio, ignorante de su historia, acólito de discursos partidistas y más
interesado en la última oferta de teléfonos celulares y en los programas basura
de televisión.
En principio, los colaboradores
que aparecen en la portada de República.es
sugieren un cierto pluralismo de opiniones. Por mi parte, agradezco que en la
red exista un medio que lleve por nombre “Republica” sin exhibir banderas
tricolores, simbología socialista y comunista,
ni loas a Santiago Carrillo y al sindicalismo a sueldo del Gobierno de
Zapatero.
Mike Gracias por informarnos del republicano digital, me gustaria recibirlo por email, pero no veo como solicitarlo, serias tan amable de indicarlemo
ResponderEliminarVIVA LA REPUBLICA
Un saludo