Si hay algo más desalentador que
la certeza de muchos sobre la más que probable inutilidad del nuevo gobierno de
Zapatero para dirigir a España fuera de la crisis, es escuchar al presidente
del gobierno vanagloriarse por haber acertado con los cambios de ministros,
basándose en las caras que ha puesto los opositores del PP al conocer la
remodelación del gabinete.
Pasados unos pocos días desde la
incorporación de los nuevos ministros, dos apreciaciones mayoritarias se
destacan en la opinión de una mayoría de ciudadanos: El nuevo gobierno ha sido
diseñado más para conservar el poder que para hallar soluciones reales contra
la crisis económica y el desempleo, y que Pérez Rubalcaba es el poder en la
sombra que ahora, con mas atribuciones aún, manejará los hilos de la campaña de
acoso y derribo contra la oposición con la que Zapatero tratará de impedir que
el Partido Popular llegue al poder.
Lo que vamos a vivir hasta el día
después de las próximas elecciones generales será en cierto modo un ejemplo
casi perfecto del principio de acción – reacción. Cuanto más desfavorables al
gobierno y PSOE sean los sondeos de opinión, más numerosos y crudos serán los
ataques mediáticos contra la oposición, más procesos judiciales se iniciarán
por casos de corrupción y mas ataques personales sufrirán los políticos opositores.
Ya hay suficientes precedentes de todo ello en la historia reciente del partido
socialista.
Ayer fueron publicadas las
últimas encuestas
realizadas. Si los resultados son ciertos, el Partido Popular ganaría las
elecciones superando la mayoría absoluta que Aznar consiguió en 2000. De modo
que el acoso del gobierno y la justicia que éste emplea a su antojo contra los
líderes de la derecha será feroz. Pero hay otro aspecto de esta situación que
no se debe perder de vista. Varios medios informan sobre el descontento de
ciertos sectores del partido socialista respecto a Rodríguez Zapatero.
Descontento antes de la remodelación del gobierno, por la inutilidad manifiesta
del presidente y su equipo para atajar la crisis y el desempleo, con la
consiguiente perdida masiva de intención de voto, y descontento después de la
remodelación, porque la sustitución de los ministros responsables, durante los
últimos años, de convertir en realidad la utopía relativista y progre de ZP
parece certificar un reconocimiento tácito del fracaso de dicha utopía y la
necesidad de volver al camino del felipismo.
¿Si, como resulta previsible, la
crisis se agrava y el partido socialista sigue cayendo en los sondeos, habría
alguien de dentro que se atreviese a encabezar una alternativa?
¿Permitirían Zapatero, Rubalcaba
y Blanco cualquier disidencia en tal caso?
¿Conforme vaya acercándose la
fecha de las elecciones generales, aparecerán en escena los sindicatos, para
defender nuevamente al gobierno?
La campaña de insultos empezó
este fin de semana pasado. El mismo Pepe Blanco que jamás amonestó al alcalde
socialista de Legales, cuando este insultó públicamente a los millones de
votantes del PP, pide ahora la dimisión del alcalde de Valladolid, torpe y
bocazas por méritos propios, por su insultante indirecta a la nueva ministra
Leire Pajín. Aseguraba Blanco que el PP perderá toda “espetativa” de ganar las
elecciones, mientras daba sus típicos saltitos de reafirmación ante el micrófono.
Esto es lo que vamos a tener que
soportar de aquí en adelante. Pero que nadie se haga ilusiones demasiado
pronto. No debemos olvidar el Zapatero ganó las elecciones de marzo de 2008,
mintiendo sobre una crisis que todos teníamos ante nuestros ojos. Unos cheques
bebé y volver a hablar del franquismo le dieron un millon de votos más que
suficientes como para no tener que desalojar La Moncloa.
Joder, me lo has quitado de la boca!!
ResponderEliminarEs tan evidente, que creo que casi todos pensamos lo mismo.
ResponderEliminarCasi todos.