El gobierno socialcomunista de España,
dirigido por un socialista que no pudo demostrar la validez de su tesis
doctoral, que amenazó con denunciar al diario que desveló semejante fraude y en
ese diario llevan un año y medio esperando la notificación de la demanda, y
vicepresidido por un demagogo comunista al que le ofendían los chalets caros de
los políticos hasta que él mismo se compró uno tan lujoso como los de los políticos
fachas y los políticos de la cal viva, intenta aprovechar este estado de
excepción encubierto como estado de alarma para recortar una serie de libertades
que son absolutamente necesarias para la supervivencia del Estado de Derecho.
Es precisamente esto, el Estado de Derecho y
sus garantías para proteger la libertad de los ciudadanos, lo que más molesta a
quienes defienden y tratan de implantar ideas totalitarias en las sociedades. Para
estos totalitarios, la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo
político, si tales conceptos están asumidos y son realmente respetados, se
constituyen en verdaderos obstáculos contra cualquier plan liberticida. Cuando
estos principios del Estado de Derecho van siendo minados, una de las primeras
consecuencias es el crecimiento de la corrupción en paralelo a un progresivo recorte
de libertades individuales y a la toma de control de las instituciones y medios
de comunicación por parte de clases políticas indeseables y antidemocráticas. Este
proceso, más o menos acelerado, se ha repetido invariablemente cuando una
nación soberana ha perdido su libertad y ha caído en manos de dictadores de
todo pelo.
En España, la llegada al poder del infame
Rodríguez Zapatero y la posterior presidencia del traidor Rajoy Brey marcaron
dos puntos continuados de inflexión en la pérdida de libertades individuales y
la sustitución de éstas por leyes restrictivas y tácticas de adoctrinamiento,
además de una convulsión económica histórica que provocó, entre otra muchas
cosas, la emigración de más de 2.500.000 millones de Españoles.
Entre ambas presidencias, la irrupción de
Podemos con su comunismo trasnochado pero letal, hasta entonces experimentado
con éxito durante 15 años en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y la posterior llegada
a la primera fila del PSOE del falsario Pedro Sánchez como una nueva versión
perfeccionada de un Rodríguez Zapatero manipulador, mentiroso y ávido de poder,
han supuesto lo que bien podría significar un significativo paso adelante en la
estrategia de dominación conjunta de PSOE y Podemos, aprovechando para ello la
excepcionalidad de esta situación de emergencia sanitaria que, además de
provocar una crisis humanitaria que solo las generaciones más mayores conocen
por haber sufrido con anterioridad la catástrofe de la guerra, está generando
una debacle económica que, de prolongarse unos meses más, supondrá un
hundimiento en una crisis que duraría más de una década y una deuda pública que
cargaría las espaldas de, al menos, las próximas tres generaciones.
Los economistas María Blanco, Daniel Lacalle y
Juan Manuel López Zafra han publicado recientemente el Manifiesto por la
Libertad, en Defensa de un Estado Libre y de Derecho. Un sencillo y breve
escrito que alerta del riesgo cierto de que las medidas que el gobierno ha
tomado hasta ahora, y las que pretende implementar sucesivamente, no sean
precisamente medidas temporales, sino que acaben convertidas en mordazas al servicio
de un gobierno que tratará de perpetuarse en el poder si las circunstancias le
son favorables.
El Manifiesto por la Libertad está disponible
en el siguiente link, y la
página de adhesiones en este otro link.
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