No conozco en España un solo nacionalismo radical que esté realmente dispuesto a transigir en nada cuando negocia con el Estado. Seguramente porque eso, el ser nacionalista y radical, cosas ambas que en España han llegado a convertirse en sinónimos, implica la intransigencia hacia cualquier cosa que no figure en la lista de objetivos a conseguir.
De hecho, sabido es también que en las ocasiones en las que los gobiernos españoles han negociado con dichos nacionalismos y han transigido en lo más mínimo, el resultado ha sido casi siempre el mismo: más exigencias.
Las últimas declaraciones de Manuel Fraga, quien declaró que se podría llegar a un entendimiento con los nacionalistas gallegos si no se daña la integridad de España, son otro asentimiento tácito más al giro del Partido Popular hacía una postura simpática para los nacionalismos. La pregunta es: ¿Se puede negociar con nacionalismos y, por tanto, ceder a sus peticiones, manteniendo la integridad que pretende Fraga? No lo creo posible. Ni creo que él lo crea.
¿Son estas declaraciones un “dejarse querer” ante el Bloque Nacionalista Gallego? Seguramente. ¿Dará resultado esta táctica? Para ello el PP tendrá que demostrar definitivamente que está dispuesto a dialogar. Y si quiere demostrar que está dispuesto, oiremos comentarios en los próximos meses que, hasta hace un tiempo, no hubiéramos esperado oír por boca de los líderes del partido.
La táctica de sonreír y dar palmadas en la espalda a quien ha sido el más feroz enemigo implica un riesgo considerable de cara a un futuro resultado electoral. Si lo que Rajoy y la cúpula del partido pretenden es recuperar el gobierno a toda costa, deberían calcular en lo posible la perdida de militantes y votos entre aquellos que, considerándose gallegos y españoles, decidan cambiar su opción de partido antes que dar su apoyo a un Partido Popular “gallardonizado” hacia el centro izquierda, que se muestra precisamente débil con el nacionalismo separatista y xenófobo. ¿Está el PP dispuesto a correr este riesgo y pagar semejante coste en las siguientes elecciones municipales y autonómicas? Creo que esta pregunta se contestará por sí sola si, durante los próximos meses, el Partido Popular sigue en la dirección que se marcó desde su último congreso general.
Tal y como están las cosas, y mientras el PP se acomoda en su nuevo rumbo transigente y dialogante, imagino a los del Bloque Nacionalista Gallego frotándose las manos, satisfechos, porque están consiguiendo lo que otros en Cataluña y Vascongadas: que todos les tengan en cuenta a la hora de formar gobierno. Imagino también al PSOE preparando ya el argumento - demoledor en los mítines de bocadillo y lata de pepsi – de que la derecha, con tal de gobernar, es capaz de decir una cosa en Galicia, para declarar lo contrario en cualquier otra comunidad autónoma. Y ¿UPyD? Preparando sus aparejos para pescar en aguas revueltas.
Fraga copió la política lingüística de Pujol para poder pactar con el Bloque en caso de que vinieran mal dadas. Cosas de los centristas paleofranquistas.
ResponderEliminarUn saludo.
Estoy invitándote a mi blog para que retires un premio que allí tiene.
ResponderEliminarEspero sea de tu agrado
http://alexismarrero.blogspot.com/2008/08/los-premio-es-brillante-weblog-y-premio.html
animaos a participar de esta nueva iniciativa:
ResponderEliminarel último día de Octubre HUELGA GENERAL EXTRA-SINDICAL
http://huelgageneral2008.blogspot.com
¡¡¡¡Pásalo!!!
Estaran nerviosos en la oposición...
ResponderEliminarPor cierto, ¿Ciutadans tiene agrupación en Galicia?
Hola. No he encontrado nada de ciutadans de galicia en internet, pero si que oí algo de eso en la radio, hace un tiempo.
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