Por lo que parece, la reina no puede opinar. Ni nadie de la casa real. Algunos de los que se sienten molestos por las declaraciones de la reina en el último libro de Pilar Urbano le conceden el derecho a tener opinión, si se la calla.
Ahora sí que ya no entiendo nada sobre este asunto de la monarquía. En realidad, la mayoría de las declaraciones en contra de Sofía me parecen absurdas. No solo por los contenidos, cambies por quienes están detrás de estas críticas.
Me parece incoherente que, cuando el rey hace gestos que les parece bien a los mas críticos, estos se deshagan en halagos e inventen todo tipo de retórica para justificar que un rey les apruebe. “Es un rey muy campechano… Es un rey que parece republicano… Un rey progresista…”
Pero si las cosas van en sentido contrario, la reacción es absolutamente contraria. La casa real tiene que ser neutral, dicen. Esta polémica me reafirma aún más en mi planteamiento sobre la monarquía. A la lista de tópicos – a mí me lo parecen – que pretenden justificar que la existencia de una monarquía en un país moderno y con un sistema pretendidamente democrático, habrá que añadir ahora eso de que la corona no debe expresar nunca una opinión sobre los asuntos de actualidad, porque si no ofende a unos, ofenderá a otros.
Creo que se equivoca quien ha dicho que es normal que Sofía opine del modo que lo hace, porque tiene setenta años y ha recibido una educación conservadora y ortodoxa. Me parece una solemne tontería explicar el porqué de ese modo de pensar, achacándolo a un motivo tan tópico, de nuevo. Seguramente todos conocemos casos de personas que han recibido educación conservadora y todas esas cosas, y se apunta al día del orgullo gay.
Estoy fundamentalmente de acuerdo con las declaraciones de Sofía, que han levantado tanto polvo durante estos días, y creo que muchos millones de ciudadanos lo están también. Son los comentarios de una persona preocupada por lo que sucede en España, además de la crisis económica.
Como era de esperar, esta polémica le ha dado de comer a unos cuantos. Algunos canales de televisión han sabido sacar partido, enviando a sus reporteros a preguntar a colectivos homosexuales, dándoles cancha de este modo para que se hayan explayado a gusto. Ciertos independentistas también se han tirado al barro, para dejarse ver y mantener contentos a sus acólitos. Los quemadores de fotos deben estar sacando brillo a sus encendedores. Más ahora que los últimos que lo hicieron han sido exculpados por esta caricatura de justicia que España paga y padece.
Desde este modesto blog republicano defiendo que Sofía haya dicho lo que piensa. Me ha demostrado que es algo más valiente que su esposo. Me reitero en que un gobernante, o, como en este caso, un símbolo, ante todo es persona. Y una persona que tenga principios debe defenderlos en cualquier situación. No puedo comprender que el rey pueda poner su firma para ratificar alguna ley que vaya en contra de sus más importantes principios personales.
Si es que los tiene aún.
A mi me hubiera gustado que la Casa Real se hubiera pronunciado sobre otros asuntos más importantes,como son la unidad de España, el estatuto de Cataluña y la "nación de naciones",pero dicho esto, que la Reina exprese su opinión, es lo más lógico en una supuesta democracia como la que padecemos/vivimos.
ResponderEliminarQue el lobby gay se encampane por que no se comulgue con ruedas de molino,es de aurora boreal.
Una cosa es acatar las leyes, y otra muy distinta estar de acuerdo con ellas y su contenido.
Que los aficionados a que el orto sea un aparcamiento fálico se encabriten,es detonante de la miseria moral de esta sociedad española donde discrepar contra los "nuevos amos",te hace ser un "outsider" y poco menos que un paria merecedor de ser lapidado en un plaza pública por Zerolo o Miguel Sebastián.
Que les den.
A mí lo que más me sorprende es que hayan pasado inadvertidos entre la derecha los piropos que ha lanzado la reina a Mr. X, a Zapo y a Alfonso Guerra.
ResponderEliminarPor cierto, me parece una falta de respeto que pongas una foto de la reina sentada encima de un oso panda. ;)
Cuando el rey defendía públicamente algún principio de la izquierda, nadie decía nada. Ahora, como son los principios de la izquierda los cuestionados por la reina, hay que callar a la Corona. Lamentable los medios de comunicación españoles.
ResponderEliminarPD: es verdad, hemos coincidido en la foto :)
Mira, ves, Mike, en este punto discrepo de tu opinión.
ResponderEliminarCreo que la reina tiene que tener su opinión, como cualquier hijo de vecino. Es más, estoy convencida de que sea del color que sea, su idea sobre las cosas no es para nada irreflexiva, voluble o interesada. Pero debe de abstenerse de dar publicidad a las mismas.
Ahora mismo nos congratulamos todos los que compartimos su postura respecto del aborto, del matrimonio gay, de la eutanasia, etc. Y se defiende su derecho a exponerlo, alegando que no influye, que no tiene peso, o que es la sencilla opinión de una mujer.
Pero... ¿se diría lo mismo si la reina estuviera a favor del aborto libre, de la eutanasia, de la adopción por parte de homosexuales en igualdad de condiciones, etc...? ¿o entonces se le mandaría callar por hacer campaña al aire de según quien?
Y hay que tener en cuenta, y ella debería ya de saberlo, que cuando la reina abre la boca no habla una buena mujer que pasaba por ahí. No. Está hablando una institución social. Nos guste o no, hoy por hoy, la monarquía lo es. Y ella es parte importante de la Corona. No puede posicionarse públicamente, del mismo modo que el rey no puede abrir su papeleta y mostrarnos a quien votaría. Los opositores le saltarían a los ojos. Y se estarían cavando su propia tumba institucional.
Es mi opinión, absolutamente abierta a debate.
Un cordial saludo.
María.
Ah! cuando hablo de la papeleta del rey, evidentemente me estoy refiriendo a una papeleta simbólica, que el rey, ya se sabe, no vota. Pero también se alegra más o menos según quien gane. Es cosa harto conocida, aunque jamás confirmada
ResponderEliminar...
María.
Efectivamente, recibió una educación ortodoxa pero ¿acaso no hizo apostasía cuando se casó?
ResponderEliminarEn la realidad española (que no la realeza) esta anécdota representa un acto más de una comedia de enredo, de un vodevil. Lo único "positivo" de la polémica (entiéndaseme a qué me refiero con positivo) es el beneficio que obtienen muchos medios de comunicación. Sin ir más lejos, ¿cuantas ediciones de su libro tiene ya vendidas Pilar Urbano? Los demás sólo hacemos de comparsas o, como dicen en Valencia, "bufar en caldo gelat" (soplar en caldo freío, vaya).
Muy bueno, respecto al Rey, sin comentarios, luego de los amapuches con el tirano, nada que ver...
ResponderEliminarUn abrazo
Hola a todos!
ResponderEliminarPues verás, María.
En el fondo, el que no puedan posicionarse públicamente me reafirma en mi idea de que la monarquía es del todo inútil.
Prefiero que el jefe del estado sea un presidente, que sí pueda y deba opinar sobre cualquier asunto, y al que yo pueda votar o no cada ciertos años.
Y ya puestos a pedir, si que se note demasiado, fuera también esta partitocracia que está arruinando al país. Elecciones en segunda vuelta cuando proceda y nacionalistas parásitos a la basura.
Y dicho esto, me voy a la calle a quemar unas cuantas fotos. :D
Lo curioso es que toda esta gentuza no protesta cuando lo que la opinión de la casa real les favorece.
ResponderEliminarSaludos
Que si la reina puede hablar, que si no puede hablar...
ResponderEliminarQue diga lo que le de la gana, porque igual molestara a unos y a otros.
Volviendo a la foto: ¡Pardiez! eso que se le vislumbra entre las patas, ¿no son acaso los negros cataplines? Y luego habláis de falta de respeto.
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