
Voy a proponer un ejercicio para quienes están familiarizados con los asuntos cotidianos de la política española; pero para mis amigos y lectores de fuera de España haré un breve resumen de lo que en estos últimos meses han tenido que soportar militantes y simpatizantes del PP por parte de dirigentes del PSOE y comunicadores afines, quienes han demostrado sobradamente que, si bien todo vale para un socialista, poco o nada está permitido para un no socialista. Es decir, lo que viene siendo una demostración práctica de democracia para un progre.
El Partido Popular actual – al que no se debería confundir con el que todos conocíamos hasta hace unos pocos años – ha tenido que soportar insultos y vejaciones provenientes de personas tan distintas, y sin embargo iguales, como Maruja Torres (periodista), Pedro Castro (alcalde socialista de Getafe) o Dolores Villarino (presidenta del parlamento gallego). Ante estos insultos el Partido Popular no ha hecho prácticamente nada, exceptuando pataletas y quejas en voz baja, como corresponde al comportamiento acomplejado habitual de esta formación política. De hecho, en cuanto la maquinaria mediática progre ha puesto en marcha su consabida campaña consistente en dar la vuelta a todo para que el PP acabe pareciendo el culpable de haber recibido esos insultos, las protestas de la derecha han terminado.
Así las cosas, hagamos un esfuerzo de deducción y pensemos. ¿Qué es necesario para que el Partido Popular denuncie o se defienda de ataques y acusaciones?
Muy sencillo: que la persona que critique al partido no sea militante socialista, ni simpatizante, ni alto cargo, ni periodista adicto al régimen, ni nada que pueda indicar que el aparato progre despierte para defender al que critica.
Precisamente esto es lo que ha ocurrido en fin de año. Me enteré ayer en el blog de Elentir, cuya noticia enlazo al final de este artículo, que el periodista liberal Víctor Rodríguez Gago ha sido denunciado por el Partido Popular en base a unas declaraciones que hizo en Radio Intereconomía, sin proferir un solo insulto. Sinceramente, he oído el corte de radio con las declaraciones de Víctor y cada vez estoy más convencido que la reacción del Partido Popular se parece más al desahogo del cobarde que no se atreve a meterse con uno de su tamaño y decide partirle la cara a otro más pequeño. Otro hecho que viene a corroborar que la cobardía y el complejo asumidos en estos últimos años son bien patentes en buena parte de los dirigentes del partido.
¿Hay alguna excepción entre estos dirigentes temerosos? Sí. Una, por lo menos. Luisa Fernanda Rudi, ex Alcaldesa de Zaragoza y ex Presidenta del Congreso de los Diputados, que se ha puesto de parte de Víctor Rodríguez sin pensarlo dos veces. Es de agradecer seguir viendo estos ejemplos de valor y defensa de la libertad, aunque sean cada vez más escasos en esta partidocracia que nos toca soportar con vergüenza y pagar a precio de oro.
Y ya que, como otros muchos, soy de los que piensa que es realmente penoso que seamos los liberales de a pié quienes más parecemos defender a la derecha liberal y su legado, que Rajoy y sus adláteres están empeñados en borrar del mapa, permítanme modificar un poco una frase de Groucho Marx, en la que sustituyo la palabra “mujer” por “derecha”.
“Recuerde, Señor, que estamos luchando por el honor de la derecha, probablemente mucho más de lo que ella nunca hizo”.
El banner que creó Elentir para defender a Víctor Rodríguez es la ilustración de este artículo, y queda colocado permanentemente en el margen derecho de El Republicano Digital.