
Parece un fenómeno que funciona por oleadas. Los casos de corrupción rara vez aparecen solos en los medios. Será porque muchos de ellos están relacionados y una vez que alguien tira del hilo aparecen implicados a todos los niveles.
Una de las causas que fomenta la corrupción política en todas sus vertientes, ya sea urbanística, puramente económica, financiación ilegal de partidos, cohechos varios, prevaricaciones, etc., es la ausencia de límites en el periodo de mandato de los cargos electos. Dicha ausencia de límites, a mi juicio, va en contra del sentido común. La alternancia en los cargos públicos siempre es aconsejable, pero para que se realice adecuadamente tiene que existir una base de aspirantes bien preparados en principios correctos y conocimientos.
Casos como el tan comentado del ayuntamiento de la muela, donde una alcaldesa del PAR, anteriormente militante del PP, ha estado gobernando el municipio por veintidós años, suelen arrastrar episodios de abusos y tráfico de influencias. Hay otros episodios similares por toda España. Es como si dilatarse en el tiempo trajera consigo la relajación suficiente para que el político o funcionario de turno lleguen a creer que aquello que gestionan es más suyo que del resto de los ciudadanos.
Existen otros aspectos que deberían ser tenidos en cuenta para asegurar la transparencia absoluta de los gestores públicos y sus cometidos, como la vigilancia estricta de sus patrimonios, el impedir meticulosamente que familiares o posibles empleados de segundas actividades accedan a cargos de confianza, publicación periódica de los balances de las gestiones realizadas… Pero en la encuesta que hoy quiero proponer a los visitantes de este sitio quiero someter a votación la conveniencia, o no, de la estricta limitación de tiempo en el desempeño de cargos públicos electos.
Gracias a todos de antemano por su participación. Las sugerencias sobre el particular serán bienvenidas para futuras encuestas.