
Leo en el Periódico de Aragón que el robo de alimentos en los comercios de Zaragoza capital se ha incrementado un 30% durante el último año.
Según este informe, se achaca dicho incremento a la crisis económica. No hay un único perfil definido sobre quienes sustraen productos y marchan de los establecimientos sin pagar. Parece que, a parte del “chorizo” profesional que roba para comer gratis o para vender después a bajo precio, se incrementan los casos de quienes se ven sin recursos, ya sean personas mayores con pensiones escasas o parados con prestaciones mínimas. Los comentarios posteriores a la noticia dejan ver hasta qué punto los ánimos de la gente están alterados también por este asunto.
Desde quienes que defienden que la mayoría de los robos son cometidos por inmigrantes delincuentes de ciertas nacionalidades, hasta quienes creen que hay quien roba por no querer acudir a los servicios sociales o que lo hace por ahorrarse un dinero que luego gasta en los bares, hay opiniones de todo tipo. Pero el hecho es indiscutible. Los comedores de las distintas obras sociales se hallan desbordados. Algunos bancos de alimentos, que distribuyen productos donados por cadenas alimentarias, tienen los almacenes casi a cero. Faltan recursos elementales como la leche y otros alimentos básicos. Es cierto que, aún con todo lo que sucede, siempre hay quien procura sacar beneficio, como algunos casos de familias que reciben alimentos que luego venden clandestinamente en mercadillos. Yo conocí algún caso así hace mucho tiempo, cuando colaboraba con una organización de ayuda. Pero no es menos cierto que hay muchísimas familia que están pasando verdadera necesidad y que se ven perjudicados por otros que tienen pocos escrúpulos.
La situación, hoy, es gravísima. Para muchos ya lo era hace un año, cuando hablar de crisis era cosa de “fachas crispadores, reaccionarios y catastrofistas”. La morosidad asciende cada mes. Los embargos sobre vivienda y otros bienes se disparan. El paro crece y la situación general, mediado el mes de Marzo, está lejos de arreglarse. Zapatero aseguró hace un tiempo que este mes sería el del inicio de
Carlos Dívar, presidente del consejo General del Poder Judicial, ha asegurado hoy que la tasa de criminalidad ascenderá como consecuencia de
Mientras, el consumo de los ciudadanos de a pié desciende y todo cae en cadena. Empresas, fábricas, pequeños comercios, construcción, automoción… Pero el gobierno mira para otro lado y se empeña en levantar las alfombras de los de enfrente, a ver que encuentra.