SOLBES Y PIZARRO UN AÑO DESPUES

Si llegara el día en el que los españoles aprendieran de una vez que a la inmensa mayoría de los políticos no se les puede poner en un compromiso, porque tan solo dirán lo que el público desea oír, si llegara ese día, quizás podríamos decir que España habrá dado un paso adelante.

Si, por añadidura, la mayoría de los españoles demostraran más a menudo que son capaces de votar a las candidaturas más preparadas, en detrimento de las que llevan la propaganda y la consigna por bandera, muchos políticos y sus inevitables parásitos tendrían forzosamente que plantearse muchas cosas.

Ha pasado un año desde que el Partido Socialista volvió a ganar las elecciones. Un año desastroso. Un año que, para lo que deseo compartir hoy aquí, recuerdo que comenzó con la euforia de muchos durante el día que siguió a la noche del debate entre Solbes y Pizarro.

Recuerdo bien que, en aquél día siguiente, yo comentaba con un amigo mi preocupación por el resultado de dicho debate. No digo “supuesto resultado”, como quizás debería decir. Digo “resultado”, con todas las letras. Resultado favorable a Solbes, según comentaba la gente en la calle, en el transporte público, y en los programas de ciertos canales. Pocas veces ví un ejemplo tan grande y perfecto de cómo meter la cabeza en un agujero para no ver un problema y esperar a que desaparezca. Y es que hoy, un año después, se cumple punto por punto lo que Pizarro aseguraba. Quien tenga la tentación de decir lo contrario para seguir defendiendo a ultranza al mayor inepto que jamás haya gobernado este país supuestamente democrático, puede dar un vistazo a You Tube, ver el debate nuevamente, y después convencerse de lo que expongo: Que España tiene un gravísimo problema, aunque esto me suponga volver a perder “seguidores” del blog y algún que otro mail queriendo convencerme de que soy un reaccionario ultracapitalista y demás bobadas. El gravísimo problema, a mi parecer, es que España tiene millones de votantes que elijen su voto con menos criterio del que ejercería un celentéreo. No les considero tontos, ni otros calificativos como el que usó un socialista de pro contra los votantes de derechas; palabras que le salieron gratis precisamente por ser él de izquierdas. Les considero algo que me parece mucho más preocupante. Les considero ciudadanos faltos del criterio necesario para atreverse a votar a otro partido, prescindiendo de color e ideología. Faltos del valor necesario para admitir que han sido engañados, manipulados, dirigidos, saqueados y burlados. Millones de ciudadanos que me recuerdan a la España del año 96, cuando el candidato de la oposición gano por la mínima, demostrándose así que muchos preferían que la corrupción y los desmanes de los anteriores 13 años les preocupaban menos que un vídeo electoral en el que se comparaba a la derecha con un dobermann y algún risueño socialista recordaba cómo en el 93 cierto cómico “histórico” de la izquierda visitaba viviendas barcelonesas repartiendo folletos del PP mientras decía a los vecinos: “¡No votéis a estos, que son los que mataron a mi padre!”

Hoy, en la mañana, mientras charlaba con un cliente en una cafetería, una señora comentaba a unas amigas: “Me siento estafada. Me han estafado. Les voté como siempre y ahora estoy en el paro y mi marido aún no sabe qué pasará con él en la GM. Es que ya no les creo nada de lo que dicen, ni a Zapatero ni a la De La Vega ni al Solbes ni a nadie…”

Lo que me dejó frío fue la respuesta de una de sus amigas: “Oye, que la culpa de la crisis no la tiene Zapatero. Que la tiene la derecha.” A lo que otra, con un cierto resentimiento, le replicó: “pues tú has vivido todos estos años como si fueses de derechas; que tienes dos pisos y el apartamento de Salou y dos 4x4… y tu hija en el Colegio Alemán…”

Mi cliente negaba con la cabeza, miraba el batido que estaba tomando y me decía. “Te das cuenta, ¿no? – refiriéndose a la que defendía a Zapatero - Llegará a vivir debajo de un puente y comerá de lo que le dé Caritas, pero será incapaz de reconocer que se dejó engañar. Y si alguna vez se plantea lo que está pasando, ya habrá alguien que le recuerde que el 11-M fue por culpa del “asesino” Aznar y que Acebes mintió sobre la autoría del atentado. Con eso bastará para que no recuerde quienes gobernaron durante las dos legislaturas de verdadero progreso que ella vivió “como si fuese de derechas”. Pues como esta – concluyó – los hay a millones…”

“Pero no se lo digas”, contesté. "No te vaya a atropellar con su 4x4, por fascista…"