“Merecemos un gobierno que no nos mienta” se hartó de declarar, de gritar, de publicar, un Partido Socialista que, cuando fue oposición, enarboló la guerra de Irak, la catástrofe del Prestige y el accidente del Yakolev como mantras progresistas. El colofón a estas consignas, la guinda del pastel arrojadizo con piedra dentro, el fin apoteósico de toda aquella arenga político-mediática, fue el “A estos hay que echarlos. Pásalo” que, en forma de sms a móviles, recorrió España de punta a punta miles de veces en aquellos días terribles que se iniciaron con el atentado del 11-M en Madrid, y terminaron el día después de las Elecciones Generales de 2004.
Desde entonces hasta hoy, cinco años de mentiras continuadas, embustes asimilados como verdades, traiciones al Estado de Derecho, manipulaciones dirigidas a los ciudadanos, iniciadas desde el Gobierno y Partido Socialista y desarrolladas y lanzadas al aire por diarios, radios y televisiones serviles al PSOE, blandamente contestadas por una oposición débil contra el enemigo y crítica e implacable con el disidente, y soportadas, cuando no alentadas, por nacionalistas mercaderes de subsidios, arquitectos de la historia y perseguidores lingüísticos y xenófobos... aunque habitualmente encubridores, defensores y alentadores de terroristas.
A pesar de todo, vuelve Pepe Blanco a dar la cara por el Presidente Zapatero, ganándose el sueldo y el sillón que le asegurarán un buen retiro, y declara ante miles de asistentes y un buen número de cámaras y micrófonos, en un acto organizado para defensa y complacencia del líder, que Zapatero “siempre dice la verdad”. O lo que viene a ser lo mismo, Pepe Blanco llama imbéciles, desmemoriados, consentidos y entregados a los españoles que, tras estos cinco años, han visto, queriendo reconocerlo o no, como una tras otra, las mentiras y las maniobras de Rodríguez Zapatero han ido cayendo con estrépito, bien por el propio peso de la falacia, bien por la vaciedad del mensaje socialista escaso de contenido, bien porque la realidad, ese “conceto” que pone a cada uno en su sitio, se ha encargado de ir destapando las vergüenzas y carencias del Gabinete Zapatero.
Según Blanco, este Rodríguez Zapatero que comenzó a mentir sobre sus futuras intenciones como presidente en las entrevistas concedidas a los medios en la campaña electoral de 2004, y que fue encadenando una mentira tras otra desde sus inicios como mandatario hasta nuestros días, siempre dice la verdad. Tal aseveración, coreada a la contra por trabajadores de Nissan y Roca afectados por respectivos EREs, al grito de “Zapatero Embustero”, desde el exterior del recinto donde se celebraba ayer el evento, no pareció surtir efecto alguno sobre los miles de asistentes al acto de chuletas, bocadillo, refrescos y celebración del Día de la Rosa, versión catalana de Gabá del encuentro de Rodiezmo donde Guerra perdió la memoria y siguió sin hallar la vergüenza al declarar que vio muchos chorizos en una concentración del PP.
¿A qué viene esta nueva cátedra de Pepe Blanco sobre la sinceridad y la verdad? A la necesidad de justificar que el Gobierno no iniciará otro modo de hacer política social que no sea subir los impuestos que, digan los que digan desde el ejecutivo, Partido Socialista y sindicatos domesticados, gravará la ya maltrecha economía de las clases medias y trabajadoras.
Así que ahí estamos. Sumidos en un “momento Monty Python” de esperpento político en el que la oposición está más preocupada por no parecer demasiado de derechas, ni demasiado liberal, ni demasiado nada, mientras que el Presidente Zapatero siempre dice la verdad, su ministro de fomento reitera que el Presidente dice la verdad, y yo comienzo a plantearme si no será que yo estoy obcecado con esta clase política; si no será que estos gobernantes no son tan nefastos como me parecen, o si no será que ZP no solo no miente nunca sino que, en contra de lo que yo pueda pensar, él habla de realidades alternativas y paralelas que a mí, mal seguidor de Isaac Asimov, no dejan de parecerme embustes.
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Está clarísimo: si el mentiroso(B) dice que el sujeto (A) no miente, significa que (A) es otro mentiroso.
ResponderEliminarPor lo tanto A+B= a mentiroso al cuadrado.
ResponderEliminarHa comenzado la campaña de lavado de imagen, hay que contrarestar como sea el efecto de la subida de impuestos.
ResponderEliminarLo cierto es que sería para reis si no fuese por la gravedad de la deriva de este gobierno.
Saludos
Lo que resulta curioso es que siempre enarbolen los mismos temas. Aquellos en los que montaron la campaña. En economía, en trabajo y en otros temas, no son capaces, ni siquiera, de esgrimir un argumento demagógico.
ResponderEliminarLo que da pena es que la gente no salga a la calle con la que está cayendo y se movilicen tan rápidamente con el Nunca Mais. A propósito de esto ¿qu
e indemnizaciones han llegado a los marisqueros y cuánto se ha llevado el movimiento?