Si nos guiamos por la fuerza de
la costumbre podríamos decir, sin mucho temor a equivocarnos, que Zapatero no
será el candidato socialista para las próximas elecciones generales de 2012, si
es que éstas no se adelantan uno o dos años.
Me refiero a la nefasta costumbre
que el Partido Socialista mantiene de mentir prácticamente cada vez que alguno
de sus representantes, y no digamos de sus ministros, abre la boca para
informar, comunicar, desmentir o asegurar cualquier cosa.
La Vicepresidenta De La Vega y el
Ministro de Fomento, José Blanco, mantienen que Zapatero repetirá candidatura
para las generales. Lo dicen tratando de dar a entender que él seguirá en su
puesto por dos motivos: uno, porque ha sido un buen presidente. Dos, porque no
hay alternativa dentro del partido.
Si nos atenemos a basar la
credibilidad de los líderes del PSOE sobre la trayectoria de dicho partido en
cuanto a cumplimiento de pactos y promesas, podríamos afirmar sin exageración
que ZP no repetirá como candidato. Es decir; que los socialistas han mentido
tanto y tan bien que cuando unos y otros aseguran que se Zapatero se mantendrá
en su puesto y que nadie le cuestiona su liderazgo.
¿Puede la reciente caída de
popularidad del Presidente influir en su hipotético relevo? Yo no apostaría por
ello. Las reiteradas mentiras durante la campaña electoral de las ultimas
generales, con España ya entrada en crisis y descendiendo vertiginosamente
hacia la recesión, consiguieron que el Partido Socialista fuera la formación
mayoritariamente votada por los españoles, aún teniendo ante sus propios ojos y
dentro de sus bolsillos las evidencias de que el Gobierno no solo no sabía
enfrentarse al desastre, sino que, por añadidura, éste estaba dispuesto a
sembrar nuevamente la semilla del enfrentamiento social para ocultar su propia
ineptitud en materia laboral y económica.
Jamás los españoles de esta
generación de supuesta democracia habían tenido ante ellos una prueba,
abrumadoramente patente, de que los gobernantes subidos al poder “por sorpresa”
en aquél triste Marzo de 2004 no solo no estaban preparados para dirigir con
éxito una nación. Tampoco dichos gobernantes iban a ser capaces de enfrentarse
a los desafíos que España tenía que enfrentar para seguir siendo una potencia
pujante corrigiendo lo necesario en sus cimientos económicos, laborales y
sociales. Al contrario; el partido en el poder vivió de la inercia de la época
de crecimiento económico, criticando el pasado aznarista pero sin tomar medidas
concretas para corregir lo que para los socialistas eran errores de la derecha
capitalista. Pocos años después, finalizada la época de las vacas gordas, ni
Zapatero ni sus ministros fueron capaces de admitir la evidencia de la llegada
de la crisis. En lugar de adoptar medidas que hoy nos hubieran facilitado salir
de la recesión como lo hace prácticamente toda Europa, los socialistas se
dedicaron a mentir sobre la realidad que los ciudadanos vivíamos en la calle. Y
mintieron tan eficazmente que Zapatero volvió a ser elegido Presidente.
Es posible que, dentro del PSOE,
algunos piensen que Zapatero está quemado, no tanto por el desencanto que el
pueblo español debería manifestar por los continuos errores y falsedades de
este gobierno, sino por la demoledora mala imagen que ZP tiene ante Europa, sus
políticos y sus medios de comunicación. Comenzar la presidencia europea con la
imagen de Mister Bean sustituyendo a ZP en una web oficial ha sido como un
chistoso prologo a los más que posibles grandes momentos de demagogia y
ocurrencias de un presidente del que ya nada debería extrañarnos en España y
que en la unión Europea ha perdido toda credibilidad durante estos pasados años
de crisis-recesión que amenazan con perpetuarse aquí durante un lustro. Hoy
hemos podido leer titulares en los que líderes europeos cuestionan abiertamente
cómo es posible que un fracasado presidente pueda tener el valor de pretender
conducir la recuperación económica de Europa cuando ni una sola de sus
iniciativas y previsiones llegó a prosperar en España.
Es posible también que votantes
ocasionales del PSOE hayan decidido no apoyar más a Zapatero. Es posible. Pero
no es menos cierto que el candidato Mariano Rajoy por el Partido Popular no
acaba de distanciarse en las encuestas, precisamente ahora que el desencanto de
la ciudadanía debería hacerle aparecer como alternativa, si realmente lo fuese.
Y es que muy mal deben estar transmitiendo los populares su mensaje cuando no
han sido capaces de hacer recordar al pueblo que fue Aznar, con errores y
aciertos, quien lideró la recuperación económica de España de un modo
espectacular.
Conclusión: ¿Zapatero será
candidato en las próximas Elecciones Generales? Sus ministros y colaboradores
dicen que sí, sin ninguna duda; lo que puede ser una más de sus mentiras.
En cualquier caso, ¿existe
alternativa a Zapatero dentro del PSOE? ¿Y en la oposición?
Si existe no va a asomar el testuz hasta que Zapatero se pegue el batacazo porque ya sabemos que el que se mueve... Es decir, tres cuartas partes de lo que pasa en el PP.
ResponderEliminarYa puestos a imaginar un país de las maravillas, a mí me gustaría que el PSOE fuera un partido algo más parecido a algunos socialdemócratas europeos, que no cuestionara la existencia de España ni tuviera la traición permanente siempre a punto. Y que no encumbrara a los sembradores del odio sino a los capaces (que alguno habrá en esa ideología, aunque sea difícil encontrarlo).
ResponderEliminar¿Quién podría dar el perfil y además tener cierto tirón electoral para que el propio PSOE no le torpedeara por sistema como hicieron con Borrel? Limando muchos de sus defectos, creo que el único nombre que se me ocurre es Javier Solana, quien además tendría cierto plácet internacional.
Ahora bien, como dije, eso es el país de las Maravillas. Sospecho que nos queda ZP para rato.
Saludos.