No se me ocurre otro día más
indicado, ni más simbólico, ni más emocional para representar a las víctimas
del terrorismo en España que el 11 de Marzo. El día terrible ,en el que tantos
murieron por causa del odio terrorista, bien podría representar a las demás
víctimas que fueron asesinadas en otros atentados personales y colectivos de
trágico recuerdo en nuestra memoria.
Y no se me ocurre mejor broche de
oro para el olvido y ocultación del verdadero motivo de la matanza del 11-M que
diluir aquél atentado en otra fecha, nada representativa. La asimilación de las
consecuencias de los atentados del 11-M como nada más que un terrible recuerdo
es parte de la consabida táctica de ocultación que unos, por intereses
políticos, y otros, por connivencia y rendición, han permitido. Desde una
investigación irregular e incoherente, hasta un juicio que fue la reafirmación
y legalización del golpe de estado que supusieron los atentados y los hechos
del partido socialista durante los días posteriores. En contrapartida, quienes
siguieron investigando y aportando pruebas y testimonios que, con el paso del
tiempo, han sido más que comprobados, han caído en el desprestigio y la
persecución y han sufrido el
ensañamiento judicial que aún está por terminar.
Durante estos interminables años
de Zapaterismo que venimos sufriendo, las víctimas del terrorismo han sido
olvidadas, engañadas y despreciadas por el gobierno de Rodríguez Zapatero.
Gobierno que, ocultando sus negociaciones con ETA, arremetió contra las
víctimas díscolas que osaron revelarse ante tales negociaciones. Víctimas que
fueron acusadas de fascismo y crispación desde los medios afines al PSOE,
especialmente la SER y PRISA; pero sin olvidar a La Secta, que nada más nacer, bien
pronto se añadió a la campaña de desprestigio y hundimiento de la Asociación de
Víctimas del Terrorismo, cuyo terrible pecado contra el dogmatismo
“socialdemócrata” de ZP, Blanco y Rubalcaba fue manifestarse
multitudinariamente contra las referidas negociaciones gobierno – ETA que los
socialistas negaban mientras la evidencia estaba a la vista de todos.
Ayer se hizo oficial la
celebración del 27 de Junio como día conmemorativo del recuerdo de las víctimas
del terrorismo. O, como escribió un progre de manual incapaz de olvidar las
consignas partidistas, “día de la memoria histórica de las víctimas del
terrorismo.” Sentí vergüenza escuchando los resúmenes de radio con las
declaraciones del Juan Carlos I, José Bono y otros próceres de la democracia y
las libertades. Todos llenaron sus bocas de frases para la posteridad.
Discursos para quedar bien, dirigidos a una ciudadanía que demuestra a menudo
tener memoria de pez. Palabras vacías de verdaderas intenciones, habladas por
quienes, como el rey, permanecieron en silencio, apenas hace un par de años,
cuando el gobierno socialista desmentía las negociaciones con ETA que sí
existían. Representantes de partido socialista que encubrió dichas
negociaciones aún después del atentado del Aeropuerto de Barajas, en el que
murieron dos personas, y que el Presidente Zapatero calificó al día siguiente
como accidente. Todo un presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, a
quien a diario se el descubren nuevas evidencias en contra de su honradez y
transparencia, hablando de no traspasar una supuesta línea roja y refiriéndose
a una utópica unidad de todas las fuerzas políticas frente al terrorismo, mientras
el propio gobierno es sospechoso de haber retomado el diálogo con los
terroristas, facilitando también la excarcelación de señalados presos etarras.
En definitiva, otra pantomima más
a las que el poder quiere acostumbrarnos. Unos discursos preparados, una fecha
que no signifique gran cosa, un número musical. Abrazos y saludos. Y a otra
cosa, hasta el año que viene. Y las víctimas del terrorismo, mejor en silencio;
porque cuando levanten la voz en desacuerdo, les colgamos la etiqueta de la
crispación, olvidando que ellos son los que han puesto la sangre y los muertos
en la historia reciente de España.
Pero lo peor es que cuela. Todo cuela para nuestras superdotadas mayorías (memoria de pez, hipocresía, dogmas, buenismo, tontiprogresía, autohalago, autoengaño, autómatas)
ResponderEliminarEn cualquier país decente en el que sus dirigentes no tiene nada que ocultar, se investiga hasta el último tornillo del último tren para esclarecer la verdad y, por supuesto se apoya a las victimas en todo lo necesario y no se las denigra como se ha hecho en España.
ResponderEliminarAquí, lo que se pretende es pasar pagina, cuanto antes mejor.
¿POR QUE?.
Saludos
El problema -y gordo- es que la elección del 27 de junio se ha basado en una mentira. Se está diciendo insistentemente que el 27 de junio de 1960 la organización terrorista ETA mató por primera vez. Su víctima fue Begoña Urroz, un bebé de 22 meses (que en realidad falleció en las primeras horas del 28). Pero esa bomba incendiaria en la consigna de equipajes de la estación de Amara en San Sebastián a las 19:10 del 27-6-60 la puso el DRIL (Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación)... Las autoridades y los principales medios de comunicación están engañando deliberadamente a la opinión pública española.
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