Hoy no he tenido apenas tiempo
libre. Uno de esos extraños días en los que se van añadiendo asuntos a la
agenda diaria, y cuando uno se quiere dar cuenta, la jornada termina a las diez
de la noche.
De todos modos, quiero fijar mi
postura sobre el asunto de la “flotilla por la libertad” el barco el Barco Mavi
Marmara y la maniobra publicitaria de los islamistas, con Turquía, el “amigo”
de Europa, al frente.
Siento de corazón que hayan
muerto personas. Siento de corazón que las muertes inútiles de esas personas
vayan a ser usadas como propaganda por los de siempre, aquí en España y en el
resto del mundo.
En mi opinión, la organización de
este convoy ha sido un acto innecesario de provocación desde el principio. Un
acto innecesario que ha tenido como consecuencia muertes inútiles, que no
servirán en absoluto para mejorar la convivencia entre Israel y los países de
su entorno. O dicho de otro modo, entre la única democracia de oriente medio
(imperfecta como todas, pero democracia) y el resto de territorios gobernados
por el totalitarismo fanático y proterrorista.
Un acto de propaganda que no
esperaba otra cosa que provocar escándalo y a ser posible, algo más fuerte que
llevar a los titulares de las noticias. Un envío “humanitario” de bienes en una
cantidad mucho menor que los que entran casi a diario desde los pasos
habilitados a tal efecto por Israel.
Yo estoy con Israel. No es un
país perfecto. Ninguno lo es. Todos cometen errores. Pero, como tengo que
elegir entre uno u otros, porque el no elegir es como asentir en silencio a las
acciones terroristas, me quedo con Israel. Sin ninguna duda. Yo estoy con
Israel y muestro mi respeto y mi cariño por el pueblo judío.
Shalom.
P.S.: Si una flota “humanitaria”
en dirección a la costa de Cuba hubiera sido asaltada por la marina castrista, ¿el
hecho habría tenido la misma reacción en tantos y tantos medios de información?
Melvin recopila información en un artículo imprescindible.
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