Todos los medios han hablado y
escrito de ellos sobradamente.
Los Guardias Civiles montaron una buena este pasado sábado en Madrid. Me parece
perfecto. No puedo admitir que, con la excusa de la Guardia Civil sea un cuerpo
militarizado, no tengan concedido el derecho a manifestarse, más aún cuando estos
hombres y mujeres reciben un sueldo escaso y, todavía en muchos casos, soportan
unas condiciones de trabajo y vivienda difíciles de creer bien entrado el siglo XXI. Pueden creerme si les cuento que
hace años visité a un amigo en su casa cuartel, localizado en una población
cercana a Zaragoza capital, y quedé impresionado por la porquería de vivienda
en la que tenían que vivir él, su esposa y sus dos niños pequeños. El edificio
estaba construido en los 50s. Los despachos parecían tugurios. Y ni siquiera
existía un armero reglamentario donde los guardias pudieran depositar sus armas
fuera de servicio. Mi amigo guardaba su pistola y subfusil en lo alto de un
armario, donde los niños no podían alcanzarlos.
Manzanas podridas aparte, la
Guardia Civil a dado numerosos ejemplos de sacrificio y capacidad de trabajo en
la defensa de nuestra sociedad. Me atrevo a decir que el pasado sábado dieron
otro ejemplo más. Un ejemplo que muchos deberían seguir, tal y como están las
cosas. El abucheo generalizado por parte de los guardias a los oportunistas
sindicales que aparecieron en la cabecera de la manifestación fue como un
“basta ya” de unos pocos hacia quienes detentan un poder excesivo en España.
Los sindicatos no deberían ser ni
comportarse como una fuerza coactiva contra el Estado. En realidad, ni siquiera
deberían ser subvencionados por el mismo estado a quien chantajean o apoyan
incondicionalmente dependiendo del color político del gobierno de turno. Hasta
el pasado sábado, yo había oído muchas críticas contra UGT y CCOO, pero siempre
fueron comentarios individuales entre amigos, o periodistas participantes en
tertulias. No recuerdo que un colectivo que, abiertamente y en público, haya
tenido el coraje necesario para desautorizarles y recordarles el oportunismo en
el que se han especializado durante estos pasados años, en los que han actuado
como muro de protección a un gobierno que ha mentido a diario, y sin ningún
pudor, ocultando una crisis que saltaba a la vista, para tomar decisiones
forzadas desde instancias internacionales por causa de la inacción del
presidente del gobierno y sus ministros.
Personalmente, creo que la
ocurrencia de los sindicatos de presentarse en la manifestación de la Guardia
Civil estaba absolutamente fuera de lugar. La izquierda no ha destacado
precisamente por haber defendido a los guardias en sus reivindicaciones. Una
vez más, y no será la última, Toxo y Méndez aparecieron a mesa puesta,
dejándose ver, y esperando ser respetados y fotografiados. Pero el sábado
pasado fue diferente. Los guardias civiles, hartos de estar solos, pusieron en
su sitio a estos dos pájaros de cuenta que, sin embargo, no tuvieron la
decencia de abandonar una manifestación en la que no eran apreciados ni bien
recibidos. Una lección más de la Guardia
Civil. Que cunda el ejemplo.
Un saludo, no encontre la forma de entrar en contacto contigo, ni por el facebook ni blog, desde hace tiempo nos seguimos a través de nuestros blogs y participamos en algunos sitios, necesotaria entrar en contacto contigo, además me parece eres de Zgz.
ResponderEliminarTe dejo mi mail jommapra@hotmail.com
Un saludo