Fuente: Republica.es
Pablo Sebastián.
Poco le ha durado a líder
de CiU, Artur Mas, su discurso conciliador de la noche de su victoria electoral
donde se ofrecía como presidente de todos los catalanes. Su posterior
declaración de investidura despejó las dudas –si alguien las tuviera- sobre su
empeño soberanista al hablar de su pretendida “transición nacional” (hacia la
independencia, se entiende) o en pos de la autodeterminación, dos proyectos
claramente inconstitucionales -como lo era el estatuto catalán recortado por el
Tribunal Constitucional- que hablan por sí solos de la deslealtad
constitucional que impregna los discursos de CiU en general y de Mas en
particular.
Lo que contradice cualquier
otra disertación sobre un modelo federal del que tanto hemos oído hablar al
propio Mas –incluso citando el modelo de los Estados
Unidos-, porque el federalismo, y en EE.UU
sobre todo, está esencialmente basado en la lealtad constitucional y en el
máximo respeto a la Constitución y a sus signos de identidad nacional, como el
idioma, la bandera, el himno, la moneda, la política exterior y las de Defensa
y de Seguridad nacional, e incluso a la política fiscal y unidad jurisdiccional
del Estado nación. Todo eso que CiU y los nacionalistas desprecian y además no
cumplen dentro del modelo de Estado unitario y constitucional español, lo que
hace presumir que menos aún lo harían en un modelo federal que para ellos sería
solamente un primer escalón hacia la independencia.
Con el agravante de que
estos “juegos peligrosos” los pone sobre la mesa CiU cuando los invade una
grave crisis económica y social desde la que no será fácil salir sin una
importante cohesión nacional y un gran respeto por la lealtad constitucional. Y
a no olvidar el respeto a la ley e incluso a las libertades y Derechos Humanos
que el gobierno catalán –con Montilla antes y ahora con Mas- conculcan
habitualmente con el atropello a la lengua “vehicular” castellana, como lo
acaba de sentenciar el Tribunal Supremo en dos recientes resoluciones.
El pacto de investidura que
Mas y Rubalcaba acaban de sellar en el claro beneficio del líder de CiU abunda
en todo ello y además prejuzga que se extenderá al gobierno de Zapatero, con lo que CiU se hace
cómplice de un gobierno a la deriva que tiene una altísima responsabilidad en
los graves problemas económicas, financieros y sociales de este país. Y todo
ello con el argumento de que hay que frenar la mayoría absoluta del PP. La que, por otra
parte, impediría los cambalaches y habituales chantajes de todos los
nacionalistas al gobierno español.
Si Mas quiere subirse al
carro del gobierno moribundo de Zapatero allá ellos. Y si el PSC, al borde de
la ruptura entre nacionalistas y españolistas, decide convertirse en escudero
de CiU con la misma frivolidad que se echó años atrás en brazos de ERC, allá
ellos también. Pero esos amores les van a pasar factura a los socialistas en
Cataluña y en otras partes de España –por ejemplo en Andalucía, donde ya están
de capa caída-, porque en el centro y el sur de España las bravatas
nacionalistas suenan mal, máxime cuando están los ciudadanos de esas latitudes
sufriendo la peor parte de la crisis y del paro, y soportando las arengas de la
insolidaridad interregional de CiU y del PNV. Y especialmente de los catalanes con sus
discursos sobre el tan cacareado déficit fiscal que además de falso es una
broma comparado con el superávit comercial de Cataluña frente al resto de
España –que es donde está su gran clientela-, lugares donde además recaudan un
IVA que no les pertenece. A sabiendas asimismo Artur Mas que su pretendido
“concierto económico”, al estilo del País Vasco es inconstitucional.
Pero ya sabemos que los
políticos nacionalistas viven de su victimismo y de su desafío al resto de
España, porque piensan que si se comportan de una vez como responsables –y sin
previo cobro de nada- su razón de ser en la política se acabará y sus bases
radicales los abandonaran. Y en ello se equivocan tanto o más como en lo de la
deslealtad constitucional. Pero a eso juegan aprovechándose de una nefasta e
injusta ley electoral que habrá que cambiar. En cuanto lo de la nueva
transición de la que habla Mas no tienen ningún sentido salvo que se refiera al
necesario viaje de la transición partitocrática de los repartos del poder a la
democracia, con separación de poderes del Estado, y las libertades públicas –la
de expresión en Cataluña está bajo mínimos y tutelada-, o la defensa de los Derechos
Humanos que, como lo denunció la ONU, en Cataluña no se respetan como debieran
hasta el punto de imponer sanciones a los que escriben o hablan la
espléndida lengua española y universal.
Feliz Navidad, prospero año 2.011 y venideros, para ti y para todos tus seres queridos, seguidores y amigos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias! Feliz Navidad para vosotros también. Que Dios nos bendiga a todos.
ResponderEliminarFeliz Navidad Mike, tenemos que salir y espero que todo vaya bien el año que viene.
ResponderEliminarUn abrazo desde Mallorca
Gracias, Eduardo. Feliz Navidad para tí y tus seres queridos. Que Dios os bendiga.
ResponderEliminarMuchas felicidades compañero. Recibe desde el Sur un abrazo enorme.
ResponderEliminarHola, Paco!
ResponderEliminarMuchas felicidades para tí y todos los tuyos. Que se cumplan vuestros deseos para el año 2011.
Un fuerte abrazo!