Alfredo,
quien dirige la web El
Liberalismo Democrático y Clásico, me invita a compartir mi
opinión sobre los matrimonios homosexuales. Me envía el siguiente
mensaje en Facebook, pero creo que es más conveniente responder
mediante otras publicaciones que permiten comentarios más extensos:
“Solo
queria saber su postura sobre el matrimonio entre personas del mismo
sexo ya que siendo mormón, también pensaba que tenían uds.
problemas con las leyes matrimoniales y bueno, su perspectiva sería
interesante.”
Considero
este tema verdaderamente interesante, desde un aspecto social y
moral. Pero antes creo que es necesario aclarar algunos conceptos
para entender mejor mi postura como mormón practicante y activo en
la Iglesia, con responsabilidades docentes y miembro del Quórum del
Sacerdocio.
Alfredo
comenta la posibilidad de que los mormones podemos tener problemas
con las leyes matrimoniales. No es así, porque los mormones no somos
polígamos. La práctica de la poligamia finalizó a finales del
siglo XIX, como se puede consultar en los archivos históricos de la
Iglesia, y también desde entonces la postura de la Iglesia de
Jesucristo ha sido muy clara al respecto, incluso contra los grupos
escindidos (muy minoritarios) que han seguido practicando la
poligamia y que se autoproclaman así mismos como mormones. Estos
grupos suelen aparecer en los medios de comunicación españoles.
Medios que, normalmente, no están en absoluto documentados con
respecto a nuestra iglesia, nuestras creencias ni nuestra conducta en
la sociedad.
Hace
unos años escribí sobre el particular por causa de una confusión,
muy habitual, que se dio en un programa de Onda Cero que escuché
cierto día por pura casualidad. Hay un breve resumen y un audio de
apenas unos minutos en el siguiente enlace:
Por
tanto, los miembros de la Iglesia de Jesucristo (o mormones), no solo
no tenemos ningún inconveniente con las leyes matrimoniales de los
países donde estamos establecidos, sino que, además, en Estados
Unidos, Canada, y creo que Australia y N. Zelanda - aunque no estoy
seguro ahora al respecto – los matrimonios celebrados en nuestros
templos tienen validez civil y legal. No así en España, donde nos
casamos en juzgados o ayuntamientos y posteriormente en el Templo de
Madrid.
Otra
aclaración que creo necesaria es nuestra postura específica
respecto a la existencia humana. Los mormones participamos
completamente de la vida social, política y científica... etc.,
aunque nos definimos como creacionistas. Para comprender mejor este
punto de vista, que está íntimamente relacionado con el matrimonio
y la familia, creo necesario que conozcan el siguiente manifiesto,
realizado por el Presidente Gordon B. Hinckley en 1995, y que define
perfectamente nuestra posición concerniente al asunto.
Para
finalizar, citaré aquí, dos apuntes más que definen la postura de
todo mormón activo en la iglesia:
El
11º Artículo de Fe de la Iglesia de Jesucristo proclama lo
siguiente: Reclamamos
el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de
nuestra propia conciencia, y concedemos a todos los hombres el mismo
privilegio: que adoren cómo, dónde o lo que deseen.
Este
principio se hace extensivo a cualquier punto de vista social o de
otra índole del individuo, exceptuando lo que pueda incurrir en la
comisión de cualquier delito. De hecho, esto queda suficientemente
ampliado en la Sección
132 del libro de Doctrina y Convenios, que reclama el derecho de
todo ser humano a desarrollar su propia conciencia, creencia,
posición política, etc.
Todo
lo apuntado anteriormente fija unas bases liberales que a los
miembros de la Iglesia, como es mi caso, nos llevan a tomar la
siguiente posición respecto a los matrimonios de personas del mismo
sexo. Posición que considero muy sencilla, precisamente por que se
basa en los principios en los que creemos y tratamos de compartir.
Ahora voy a personalizar en mí el comentario.
Como
miembro de la Iglesia, creyente y practicante, no apoyo bajo ningún
concepto la homosexualidad en ninguna de sus variantes. Creo
firmemente que la homosexualidad está en contra el principio
ordenado por Dios respecto al matrimonio, la familia y el progreso
eterno del individuo. Así mismo, creo que quienes pretenden
justificar la existencia de la homosexualidad con conceptos tales
como ser algo “natural”, o “presente en la historia de la
humanidad desde el principio”, tratan de establecer su necesidad de
justificarse con argumentos que no llevan a ningún resultado
espiritual como cristianos.
Pero,
como miembro de la Iglesia, mi propia fe me lleva a defender el
derecho de toda persona a vivir bajo los dictados de su propia
conciencia y libertad. De modo que, si alguien quiere mantener
relaciones con personas de su miso sexo, o los legisladores de un
país aprueban la validez legal de los matrimonios entre personas del
mismo sexo, yo tendré que respetar el hecho de que tales personas
decidan conducirse así en sus propias vidas. Aunque, por supuesto,
yo he desaconsejado a mis hijos el que lleguen a conducirse de ese
modo en sus vidas, del mismo modo tendré que respetar en ellos, como
en cualquier otra persona, el derecho que Dios concedió a todos para
ejercer nuestro libre albedrío.
Mi
postura liberal, como miembro de la Iglesia, me lleva también a
luchar contra cualquier tipo de persecución hacia los homosexuales,
precisamente porque deben respetarse sus propios derechos. Pero, por
descontado, reconozco que me siento agredido cuando cualquier
homosexual radical me persigue por el hecho de ser creyente y no
apoyar la homosexualidad. Para estos radicales, el no apoyarles es
equivalente a perseguirles. Al fin y al cabo son fanáticos, como
puede darse el fanatismo en cualquier colectivo.
Estoy
muy agradecido a Alfredo, a quien considero hombre cabal, por esta
oportunidad para compartir mi punto de vista respecto a esta
polémica. Estoy disponible para cualquier aclaración o duda sobre
mi parecer. Un saludo a todos.
Mike, te he leído con mucha atención, me ilustras en muchos aspectos sobre el tema de los mormones del cual he podido conocer un poco más. Abrazos, y como siempre, en la lucha, me encanta ver que en el tiempo nos mantenemos en amistad y solidaridad.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, Martha.
ResponderEliminarPara mí es un lujo contar con la amistad de una mujer luchadora como tú, que vives en un país donde no es nada fácil disentir con el poder.
Tú sí eres admirable.
La lacra de la sodomización ya fué castigada de forma brutal, en sodoma y Gomorra, como algo abominable.
ResponderEliminarMucho me emo que este horrible vicio de la humanidad sea de nuevo castigado por los dioses, dando un escarmiento de forma global.
Esta especie, verdadero virus del planeta, se transforma, pero lleva implícito el gen del mal y la desviación natural, y acabará arrasando el planeta.