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La maniobra más burda, y seguramente dirigida hacia el público más
estúpido, que he visto en las últimas horas en un medio de comunicación, enfocada
a tratar de disculpar A Rodríguez Zapatero por la negociación con ETA que
sostuvo durante su mandato y los vergonzosos y miserables acuerdos que pretendía
conseguir con los asesinos, la he presenciado en el canal Cuatro en las últimas
horas.
En el programa de desinformación y mofa que presenta Risto Mejide, que
más parece un espacio para ganar audiencias a base de polémica que una
propuesta informativa y de entretenimiento, el presentador conversaba ayer con
una mujer a la que he visto ya por otros canales de la empresa propietaria de
Telecirco. Yo estaba haciendo zapping por los canales TDT en abierto, tratando
de encontrar algún contenido interesante. Al pasar por Cuatro encontré que
Mejide entrevistaba a esta mujer -creo
que es jurista- y manteniendo ambos una
conversación que me causó vergüenza ajena.
La entrevistada se quejaba enérgicamente de que “cierta prensa y algunos
partidos” habían organizado una persecución en toda regla contra el
expresidente Rodríguez Zapatero por la documentación publicada recientemente,
consistente en copias de las actas de las negociaciones que el gobierno
socialista del nefasto Zapatero mantuvo con la banda terrorista ETA.
Por lo que se ha sabido hasta ahora, y que no ha constituido tanta
sorpresa como cabría esperar precisamente porque muchos medios se hicieron eco
de tales negociaciones en su momento a pesar de las negativas socialistas
respecto al asunto, las cesiones que los socialistas estaban dispuestos a aceptar,
pasaban por la entrega de Navarra a las Vascongadas, la retirada del ejército y
la Guardia Civil de las tres provincias vascongadas, el acercamiento de los presos
de la banda criminal a sus provincias de origen para su posterior
excarcelación, y más concesiones económicas a las administraciones locales.
Pues bien; la razón que la entrevistada esgrimía para atacar a quienes
están publicando las actas de la ignominia se basaba en lo siguiente: “tenemos
que mirar al futuro para que España avance. Recordando el pasado no ganamos
nada. Tenemos que mirar hacia adelante”.
Y finalizaba su defensa tácita de Zapatero y ETA asegurando que a ella
le preocupaba más en este momento cuanta asignación económica iba a recibir el
rey emérito desde el momento en que dejaba de llevar vida pública; a lo que
otra participante del programa, mostrando una agudeza y capacidad intelectual
propia de los programas de Mediaset y canales similares apuntillaba: “a lo
mejor ese dinero se lo dan ahora a Froilán”.
Estaba escuchando semejante argumentación más propia de tarados morales
que de comunicadores serios -y soy
consciente de que lo primero abunda mucho más que lo segundo en los medios
españoles- y recordé inmediatamente una
discusión que mantuve hace ya casi dos años en las redes con una amargada de
Podemos, que supongo ahora mucho más amargada que entonces si nos atenemos a
los recientes resultados obtenidos por su partido de farsantes, en la que ella
me contestó en uno de sus comentarios “repite conmigo, ETA no existe”. A lo que
yo le respondí: “Franco tampoco, y desde hace más tiempo”, con lo cual se
suspendió la discusión, porque aún estoy esperando alguna respuesta de
semejante lumbrera intelectual.
Que la izquierda mediática y política hayan tratado siempre de soslayar
el terrible problema del terrorismo de la banda ETA y de los independentistas
vascos de los diferentes partidos no es novedad en absoluto.
Que el Partido Popular haya tenido un papel también importante en todo
este asunto tampoco es ninguna novedad.
Que el posterior Partido Popular del traidor Rajoy fuera el continuador
de las canallas políticas de Rodríguez Zapatero es una realidad que nadie podrá
negar y que quedará para la historia.
Pero si algo me parece tan despreciable como disculpar a los culpables
es olvidar a las víctimas.
Porque las víctimas se cuentan por millares. Las víctimas no son solo
los más de 800 muertos en atentados de la banda criminal. Las víctimas son
también sus familias y amigos; todos aquellos que vieron sus vidas arruinadas
por la muerte o la mutilación de sus seres queridos por la barbarie de una banda criminal que siempre fue disculpada
por grupos políticos de moral aberrante, tales como el Partido Nacionalista
Vasco y los demás partidos que fueron y son marcas blancas de ETA en las
instituciones. Y las víctimas también son los cientos de miles de vascos que
tuvieron que huir de su tierra tras sufrir persecución por no ser acólitos del
independentismo sangriento, ladrón y chantajista, y padecer la indiferencia de
una iglesia católica vasca cuyo mérito inicial fue dar a luz a ETA en sus
parroquias y tiempo después humillar a los muertos por ETA en sus funerales.
A todo lo anterior es a lo que da cobertura de olvido un comunicador
como Mejide, un programa como el que este impresentable dirige, un canal como
el mediocre Cuatro y toda una empresa de comunicación como es la degenerada Mediaset.
Para ellos ETA y su entorno político son incómodas anécdotas de un
pasado remoto que ya no interesa a nadie; los cientos de miles de víctimas del
terrorismo son nostálgicos que viven todavía en ese remoto pasado, y el infame
y nefasto expresidente Rodríguez Zapatero es la pobre víctima de una injusta e
insidiosa persecución que jamás debería suceder.
Y como los medios y los partidos rendidos al progresismo complaciente
con los terroristas y sus secuaces son enorme mayoría, España jamás va a
librarse de la oscura mancha que supone que no pocos vendidos y genuflexos ante
el poder ignoren el sufrimiento extremo que ETA y quienes la disculpan han infringido
durante tantas décadas a las víctimas caídas en el olvido, olvidadas en la
traición, y traicionadas por sus propios gobernantes.
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