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Hoy he recibido por Whatsapp una carta que recorre
las redes sociales y que me ha helado la sangre por unos instantes.
Esta carta, en documento PDF, viene firmada
por un profesor del Departamento de Salud Animal de la Facultad de Veterinaria
de la Universidad de Zaragoza. Ignoro si realmente ha sido escrita por la
persona cuyo nombre aparece al lado de ese departamento universitario. Por eso
no personalizaré mi respuesta hacia ese nombre, sino a quien haya escrito esta
carta, haya sido quien haya sido. En las propiedades del documento PDF,
fechadas el día 7 de abril, el nombre del autor del documento es distinto al de
la firma.
Comencé a leer el documento con atención y
bien pronto, desde las primeras líneas, advertí que más que un texto emitido
por un profesional de la sanidad con intención de informar, la carta constituía
todo un ejercicio de reproche y burla ejecutado con una dosis no pequeña de
soberbia por parte de un personaje que parecía más dolido por el hecho de que
muchos protesten contra el gobierno socialcomunista, que interesado en aclarar
las confusiones que la gente pueda tener respecto a la emergencia sanitaria del
Covid19. Una carta oportuna ahora que los medios afines y deudores del PSOE y
de Podemos mantienen su labor de distracción y ocultación de la realidad, pero
arrecian en su ofensiva contra quienes critiquen al montón de incapaces que
ocupa el poder en España. Ésta es la ofensiva carta de un presuntuoso a quienes
ejercen su derecho de expresión y manifestación.
“Queridos
conciudadanos de la cacerolada de las 9:00 PM,
Pretendo
escribir unas líneas a vosotros, los que hasta hace un mes erais expertos
entrenadores de fútbol, a la par que avezados especialistas en mecánica de
coches, y en las últimas semanas sois expertos en pandemias. A vosotros,
quienes no tenéis ni idea de qué es R0 pero lo manejáis con soltura mientras la
familia cena. A vosotros, que no sabéis distinguir entre letalidad y
mortalidad, pero no os importa, porque lo verdaderamente serio es mostrar la
indignación de la ciudadanía.
¿Por qué el
gobierno ha actuado tarde?
Por la
economía. Si se cierra un país a todo tipo de actividad económica porque hay
cuatro personas que tosen mucho, y nada más, la caverna mediática hubiera
condenado a los responsables con el estigma de “quieren destruir el país”. Se
esperó hasta que se comprobó que, realmente, la cosa iba en serio y que había
que tomar medidas. Hubo en momento en que los datos pintaron realmente feos, y
ahí (tarde) se comenzó a actuar. Se actuó tarde por dos razones. La primera
porque es un nuevo virus. Aunque seáis expertos en pandemias, no tenéis ni idea
de qué son los segmentos S, M, y L de un virus y cómo se recombinan. No os lo
voy a explicar aquí, pero debéis de saber que aparecen virus nuevos de los que
no tenemos ni idea de cómo funcionan. Es como si estáis en el bosque y no sabes
si estáis viendo enfrente de vosotros un mirlo o un feroz oso. No sabéis cómo
se comporta. Mejor esperar a ver qué hace. Y eso hicimos.
La segunda
es porque los chinos mintieron. Desde el principio. Esto sí que os lo voy a
explicar porque es adecuado para los especialistas en pandemias. Desde aquella
epidemia de SARS en China, existe un sistema de vigilancia temprana y de alerta
rápida en el país. Cada vez que se detecta un caso de neumonía “extraña” se
debe comunicar a Pekín (perdón, Beijing). Pero eso acarrea ceses fulminantes y
esas cosas de los chinos, y los responsables de sanidad de Wuhan decidieron que
estaban mejor callados. Hubo un día que se les fue la cosa de las manos.
Os diré que
el primer caso declarado es de finales de noviembre de 2019, por lo que el
virus, con lo que sabemos hoy, podía estar circulando ya entre agosto y
septiembre. La comunidad científica admite hoy que todas las cifras de
infectados y fallecidos son falsas. Se ha calculado comprobando el tiempo que
han funcionado las incineradoras de Wuhan en los últimos meses. Es decir,
estábamos ciegos ante lo que nos venía.
¿Por qué
hicimos mal el cierre de fronteras?
Porque es
un virus diferente y no sabíamos que estaba ya “dentro”. Como sois
especialistas en pandemias (reconvertidos de entrenadores de fútbol) podéis
consultar nextstrain.org/ncov y comprobar que la introducción del virus se
produjo en Europa en algún momento de Navidad, procedente de Shanghai, con
dudas acerca de si fue en Reino Unido o en Islandia. Sí, Islandia, la gente
también viaja allá. Navidad. Vosotros estabas discutiendo con el cuñado
mientras ese virus entraba y luego os daría mucho juego de conversación con la
familia. Pensadlo otra vez: Navidad. Aquí empezamos a preocuparnos en marzo,
cuando el virus se había amplificado y nos dimos cuenta.
¿Por qué no
hemos hecho pruebas rápidas?
Antes que
nada, todos estáis manejando las siglas PCR como si fueran algo normal en
vuestras vidas. Debéis de saber que en condiciones óptimas una PCR suele llevar
unas 4 horas de tiempo y costar unos 40-50€. El hecho de que se estén
realizando unas 20.000 diarias en España (a día de ayer, 5 de abril) os dará
una idea del esfuerzo. Si además os cuento que un termociclador (permitidme que
introduzca una palabra nueva a los expertos en pandemias, pero es el cacharro
que se usa para hacer una PCR, no sirve la sartén de vuestra casa) cuesta unos
10.000€, os daréis cuenta del esfuerzo.
Todos
estáis hablando de las “pruebas rápidas” (me niego a llamarlas “tests”, yo
escribo en castellano) pero aún pensáis que se trata de una especie de magia
que apunta a un individuo y aparece una luz roja. Pues no. Hay dos tipos. Una
intenta detectar los antígenos del virus. En otras palabras, el método intenta
encontrar si hay proteínas del virus en una persona. Pero el Centro Nacional de
Microbiología comprobó que la sensibilidad era de un 30%. Es como si en un
control de alcoholemia de la Guardia Civil se escapa el 70% de los borrachos.
¿Verdad que no sirve para nada? Por eso se devolvieron. Pero, claro, el
Ministro es un torpe. Después se ha venido trabajando con pruebas que permiten
conocer si una persona ha desarrollado inmunidad al virus. ¿Para qué? Ahora
sabemos que antes de que una persona desarrolle inmunidad, puede llevar 5-7
días transmitiendo el virus. Estas pruebas nos dirán quienes han estado en
contacto con el virus. Estas pruebas rápidas nos darán datos acerca de la
infección intra-domiciliaria. Poco más.
¿Por qué es
distinto este virus, por qué no hay respiradores?
Sabemos hoy
que el virus se multiplica en la garganta a niveles simplemente brutales. En
aproximadamente un 30% de las personas (pero también hay diferencias genéticas)
el virus puede pasar al pulmón. No sabemos por qué, pero las células que se
encargan de nuestras defensas, al ver la inmensa carga vírica, sueltan toda la
artillería. Un gin-tonic está bien, pero ocho son demasiados. Aquí pasa lo
mismo. Los enfermos graves lo están porque su sistema inmune se ha pasado de la
raya.
Oh, los
respiradores. Vale, os lo explico. Seat, Ford, Volkswagen fabrican coches al
ritmo que saben que se van a vender. Lo mismo con los respiradores y las
mascarillas. La fábrica produce sus artilugios al ritmo que se van a vender, y
no invertir más dinero en cosas que no tienen salida. Yo no puedo ir a Seat y
decirles “mañana quiero 30.000 coches”. No se pueden hacer. Pues es lo mismo.
Pero, claro, el ministro de Sanidad es un torpe porque así lo han decidido los
ex-entrenadores de fútbol.
¿Y qué hay
de los modelos?
Mi frase
favorita es la de un premio Nobel de Economía, quien dijo “si torturas
suficientemente a los datos, puede que terminen confesando”. Quienes hayan
leído los informes del Imperial College (lo que proporciona un grado supremo de
Experto en Pandemias) habrán constatado que en España “debería haber” entre 2 y
20 millones de infectados. Vamos a volver a leerlo. Es como si vas a la
frutería y
preguntas
por el precio de los tomates. Y te contestan que están entre 2€ y 20€ el kilo.
Eso ha hecho el Imperial College. Quien crea ciegamente en eso acaba de obtener
el diploma de pajero mental supremo. Repito, no tenemos ni idea acerca de cómo
funciona este bicho, y nuestras estimaciones son eso, estimaciones algo laxas.
¿Qué va a
pasar?
No lo sé.
Si lo supiera ya sería entrenador de fútbol. Pero pienso que la humanidad va a
tener una pandemia que se extenderá por todo el planeta, que todos nos acabaremos
infectando y que quizás (o no) tengamos inmunidad o se convierta en una vacuna
que haya que incluir todos los años en el calendario vacunal. Aquí tengo dos
cuestiones. La primera, que nadie piense que una vacuna se hace en un mes.
Cuando empiecen a morir voluntarios en las pruebas vacunales, también
criticaréis la vacuna y lo demostrareis con otra cacerolada. La segunda, pensad
en África y en América. Allí no hay una sanidad como en Europa. Vamos a tener
olas de infección secundaria y terciaria por un largo tiempo. Es lo que tienen
las pandemias. Pero eso ya lo sabíais, expertos en pandemias.
Espero que,
con estas explicaciones simple, aptas para ex-entrenadores de fútbol, os lo
penséis dos veces antes de la siguiente cacerolada. Un comentario final: el Capitán
“a posteriori” es un personaje que ya existe en South Park. La mayoría de
vosotros sois capitanes “a posteriori”, y no ayudáis. Quizás vuestros hijos
queden impresionados, nada más.
Prof.
Agustín Estrada-Peña
Dept. of
Animal Health, Faculty of Veterinary Medicine
Universidad de Zaragoza”
El escrito constituye una no disimulada
defensa del Gobierno de Pedro Sánchez, como lo revela algún detalle ya en las
primeras líneas. Por ejemplo, el autor no admite ni reconoce que el Gobierno se
haya equivocado en alguna cosa. Más bien todo es culpa de los chinos. Y
arremete una y otra vez contra quienes se manifiestan. Se burla de ellos en
cada párrafo. Pero no hace ni una sola mención de pesar por los enfermos ni
fallecidos. Solo burlas hacia quien este desalmado considera, entre otros
muchos adjetivos, “capitanes a posteriori”. Sin embargo, si se ocupa en
pretender quedar por erudito citando una frase del econometrista Damodar
Gujaratí que, pese a lo que el autor de la carta afirma, no figura en la lista
de Premios Nobel. Resulta curioso que quien habla a los manifestantes desde
semejante pedestal de superioridad demuestre que también es susceptible de
equivocarse.
Creo que si este experto, o lo que sea, no se
hubiera dedicado a burlarse de la población que pide la dimisión del gobierno,
la carta parecería más seria y se le concedería mucho más crédito. La he leído
con atención dos veces seguidas. Algo me sonaba "raro", hasta que he
caído en lo de "caverna mediática". Después, he consultado los datos
de Portugal y Grecia, que tomaron medidas antes que nosotros, y sus cifras no
se acercan ni de lejos a nuestros infectados ni nuestros muertos, y no hace
falta explicar que tanto Portugal como Grecia forman parte de la Europa
mediterránea y comparten con España e Italia muchas costumbres similares. Yo no voy a desmentir lo que dice este
veterinario, si realmente él ha escrito esta carta, porque mi área de
conocimientos es otra, pero disculpar una gestión que hasta el personal
sanitario, desde doctores hasta celadores, están criticando por negligente, me
parece, en este caso, un ejercicio de demagogia y burla hacia un sector enorme
de la población. Un ejercicio digno de la otra caverna mediática. La de
Ferreras en la Secta y su tropa de manipuladores a los que ya se ha sorprendido
en muchas mentiras.
No salgo a tocar cacerolas a mi terraza.
Tampoco salgo a aplaudir, aunque tengo a mi esposa e hija en primera línea de
fuego en esta pandemia. Cada tarde, a las 8, dejo lo que estoy haciendo y les
aplaudo a ellas directamente. Pero sí pido la dimisión de este gobierno por su
ocultación de la realidad, sus mentiras y su negligencia, como en su tiempo
pedí la dimisión del traidor Rajoy y aún antes la del nefasto amigo de
narcodictadores Rodríguez Zapatero. Como dijo antes de llegar al poder el
tremendo demagogo y comprobado mentiroso Pablo Iglesias, "en política no
se pide perdón; se dimite". Éstos, los del PSOE y los de Podemos, no piden
disculpas, pero tampoco dimiten.
Entiendo que haya españoles que piden la
dimisión inmediata del gobierno PSOE-Podemos. Yo mismo soy uno de los que la
exige. Entiendo también que haya españoles que argumenten que ahora no es el
momento, aunque yo no comparta tal argumento. Entiendo menos, o nada, que haya
quienes traten de disculpar a este gobierno PSOE-Podemos que no ha hecho otra
cosa que demostrar inutilidad y negligencia a partes iguales, porque nada
justifica el hecho comprobado de que no se tomaron precauciones desde el
momento en el que la OMS comenzó a avisar al Gobierno de España. El hecho
comprobado de que el gobierno PSOE-Podemos prefirió ejercer en las calles su
política populista consistente en alentar a las masas según su estudiada
ingeniería social de manifestaciones y consignas falsamente feministas y más
parecidas a lo feminazi. El hecho comprobado que deja al gobierno PSOE-Podemos
en evidencia ante todos los españoles, porque dicho gobierno sí conocía el
riesgo al que se sometía a la población y la gravedad de las seguras
consecuencias que estaban por llegar entonces y que ahora estamos sufriendo de
un modo pavoroso.
Yo si pido la dimisión del Gobierno. Y la
alternativa que defiendo es un ejecutivo provisional no de políticos, sino de
gestores. Los políticos han fracasado por no ser competentes. Han fracasado en
el gobierno y en la oposición. Propongo un gobierno provisional tecnócrata de
emergencia compuesto por profesionales de cada área necesaria para combatir
esta crisis, liderado por el rey como más alta magistratura del estado y con
poder ejecutivo también. Y por descontado, en cuanto fuera el momento oportuno,
que los responsables de todo este desastre sean procesados y llevados a los
tribunales.
Descargar carta original aquí
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