
Ochentero. Es una de esas palabras absurdas que alguien puso de en circulación para referirse a la moda y costumbres de aquella década. Puede sonar un poco despectivo a veces y otras excesivamente moderno. A la última.
¿En qué puede haber estado ochentero el delegado del gobierno en Sevilla en estos días? En su actitud. No cabe duda. Que pretenda restringir el recorrido de las manifestación de la Asociación de las Víctimas del Terrorismo es, cuando menos, un poco ochentero. Ochentero es tambien exigir que los manifestantes no ocupen carriles de circulación rodada y ochentero es exigir a los participantes que no griten demasiado para no exceder el límite legal de decibelios. Ah! Y que informen de con antelación cuántos van a asistir.Muy ochentero se ha mostrado usted, señor delegado del gobierno. Ochentero a tope.
Recuerda usted mucho a la década de los ochenta, cuando su partido gobernaba el país a base de rodillo, mayoría absoluta, corruptelas crecientes y dosieres sobre algunos políticos de los partidos de la oposición.Sucede que los defensores de los asesinos pueden manifestarse cuando desean, pero a las familias y amigos de los asesinados hay que tenerlos mas controlados. Mas mansos. Que no se oigan ni se vean mucho.
Hoy Zapatero ha vuelto a hablar de paz. Prácticamente se la atribuye para sí mismo y para los suyos, como la palabra “progreso”. Ha vuelto a arengar a sus masas presumiendo de que hay que tener paciencia si se quiere el fin de la violencia. Pero no ha dicho ni una sola palabra sobre lo que ha ocurrido hoy en Sevilla. Ni una palabra sobre el llamado “proceso”.
No me importa en absoluto reconocer que, si yo viviera en Sevilla, habría asistido a esta manifestación. Por dignidad. Porque los que se han manifestado son los que han puesto los muertos. Porque no tienen el mas mínimo apoyo del gobierno. Porque es una vergüenza.
Parece que esta concentración ha sido un éxito de asistencia rotundo. Me encantaría que hubieran más manifestaciones de este signo y alguna de ellas en Zaragoza para poder asistir, porque si a los de ETA-HB les van a salir casi gratis estos cuarenta años de atentados y casi mil muertos, quiero poder sentir sinceramente que no ha sido con mi consentimiento.
De todos modos, que no cunda el pánico, mis cuates. Los ochentenos de pro, que estén tranquilos. Hay alguien por detrás de ellos. Algún “setentero” que se quedó anclado en la lucha de clases o en el 20-N. Son como el título de este blog: rancios... rancios.

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