Muertos buenos, muertos malos.

No hace falta ser muy listo, ni ser un agudo observador, para interpretar los signos de lo que se avecina en estos meses preelectorales. De hecho, la guerra de declaraciones y descalificaciones ya planea sobre nosotros dejando caer las consignas partidistas mas agresivas y envenenadas de nuestra corta historia democrática.

Es en tiempos como estos cuando los extremistas a sueldo, los rancios, los resentidos, se sienten a gusto, en su salsa. No les falta publico que jalee sus arengas ni coros que les arropen en sus soflamas medievales. Y a fuerza de soltar por sus bocas, acaban acostumbrando a los ciudadanos a oír las mayores burradas que un tonto pueda sugerir sobre política, historia, sociedad, moral, ética…

El impagable Joan Tardá, por ejemplo, desde su ideología “republicana” “independentista” “pancatalanista”, clama a los tribunales internacionales para que Aznar sea procesado por la guerra de Irak. O propone al Parlamento Catalán poner en marcha una ley para recordar y honrar a los muertos de la guerra civil que se aproximan mas a su idea partidista. O insiste en calificar con adjetivos despreciables a todo aquel que no comparte los postulados de ERZ. En definitiva: que es un demócrata de pro. Un ejemplo para sus votantes y simpatizantes.

Olvida u oculta deliberadamente el caballero Tardá una serie de cosas que le voy a recordar en tres puntos, para hacer un ejercicio sano de crítica que me viene a las entrañas cada vez que le oigo a él o a algún otro de los progres de nueva ola que pueblan este territorio:

1º, Pudiendo estar de acuerdo o no con la intervención española en Irak – no olvidemos que como contingente de socorro – es una auténtica y somera estupidez pedir el procesamiento del expresidente Aznar en relación con el asunto. Mas integridad demostraría el doliente Tardá, y algunos más que tengo en mente, en criticar sinceramente la intervención en Irak si ese es su deseo, pero condenando también a quienes asesinan a mujeres, ancianos y niños por el único motivo de retomar el poder del país para imponer su facción integrista sobre las demás. Porque no deberíamos olvidar que la inmensa mayoría de los muertos y heridos en Irak son victimas de los asesinos que se esconden entre el pueblo y que matan decenas de civiles todos los días. No lo olvidemos, que hace años que algunos medios se esfuerzan por convencernos que la atrocidad de aquél país es culpa exclusiva de los Estados Unidos y sus aliados.

2º, Este dirigente de ERZ no parece reflexionar acerca del daño que él, y otros como él, hacen a la convivencia ciudadana, desenterrando y recordando torcidamente, malintencionadamente, la guerra civil y la consiguiente posguerra. Es categóricamente injusto que pretenda “ganar” la guerra sesenta y tantos años después a base de subir a los altares a quienes también cometieron atrocidades y a quienes también hubieran instaurado una dictadura si hubieran podido ganar y gobernar a partir del año treinta y nueve. Para Joan Tardá hay muertos buenos y malos. De lo que se deduce que hay asesinos buenos y asesinos malos. Así de simple.

Y 3º. A mi no me la dan. No me engaña ninguno de estos tipos rancios que solo viven para despellejar a los yankees, a la derecha, al estado central opresor y a los castellano parlantes. Políticos y votantes de tres al cuarto que presumen de la señera en sus sábanas, pañuelos, manteles, papel higiénico, corbata y calzoncillos. Hipócritas que se definen como republicanos porque creen que República es lo que defendían en los años treinta todas aquellas facciones extremistas que mataban y violaban tanto como la ultraderecha. Que presumen de independentistas y exigen una independencia que ellos nunca cederían al resto de “paísos catalans” que suspiran por anexionarse. Que se visten de pancatalanistas aduciendo razones históricas inexistentes y argumentos que, cuando otros esgrimen en su contra, califican como fascistas.

Así es Joan Tardá, Rovira y sus amigos. Y a ellos se parecen en ocasiones otros políticos del panorama nacional, presidente incluido, cuando se burlan de la inteligencia de los ciudadanos que les pagamos. A eso también se parece buena parte de la ley y la justicia de este país, cuando es absuelto un animal que circula por una autovía a 260 Kmts/h. o pierde tres puntos de su licencia de conducir vehículos a motor un joven que hablaba por el móvil circulando despacio en bicicleta. Se parecen mucho a eso quienes financian y apoyan el insulto y la pornografía dirigidos a la religión cristiana, pero tachan de reaccionarios a los vecinos que no desean una mezquita en su barrio.

Y de Juana Libre; qué fascista soy por criticar eso. HB casi legalizada de nuevo; que facha soy. Y si el fiscal retira los cargos contra Otegui y estoy en desacuerdo, seguro que hasta soy del PP. Como cualquier desestabilizador antidemocrata.

Lo dicho. A estas alturas, hasta los muertos son buenos o malos.