Hubiera quedado yo como un vidente de tres al cuarto si hubiera escrito aquí hace un par de semanas el vaticinio fácil y predecible que todos esperábamos sobre la visita de Moratinos a Cuba: palmaditas en la espalda a la dictadura afín de Castro y desprecio reiterado a la disidencia democrática. Foto junto a la efigie del Che y palabras de aliento a la dictadura de allí para dejar contenta a la progresía de aquí. La misma progresía demócrata y tolerante que no ve con malos ojos que el régimen castrista haya expulsado en las últimas semanas a varios corresponsales extranjeros, porque sus opiniones no se someten a la línea de pensamiento del partido.
O me habría cubierto de la gloria del tonto si hubiese adelantado, por ejemplo, otra absolución para el pacificador Otegui, la presencia de la ilegal HB en las próximas elecciones, la culpabilidad atroz y vesánica de la derecha española de todos los males que nos aquejan – según Pepe Blanco – o el olvido de Rodríguez Zapatero a la hora de hablar del terrorismo en sus arengas electorales.
Somos muchos los que estábamos absolutamente convencidos de que estas y otras cosas habían de suceder en estos días. Por tanto, no me siento sorprendido en absoluto por las noticias que leo, que oigo y que veo.
En una de las últimas encuestas que he consultado opinan los españoles que España no se rompe, tal y como insiste el PP que va a suceder. España se cabrea, pero no se rompe. Es un verdadero consuelo comprobar que buena parte de los ciudadanos no se dejan llevar por el veneno partidista que ofrecen ciertos políticos que revisan la nuestra historia reciente con la misma falta de rigor que quienes la manipularon a su antojo hace décadas.
¡Y lo que nos queda por ver! España se convierte poco a poco en un enorme patio de vecinos mal avenidos donde el rumor, la critica, la acusación y la falta de memoria vuelan de un balcón a otro como proyectiles. El vicio que les pierde a los políticos españoles es el de discutir los mismos asuntos durante años; sin avanzar ni un paso, empujando hacia atrás y criticando al de al lado, que también empuja en la misma dirección.
Vaticinio fácil. Sin mérito ni riesgo: En breve, el enflaquecido De Juana Chaos estará paseando libremente por la calle. Gracias a la ancha conciencia de algunos y a su mediática huelga de hambre. Eso si que fue una dieta milagro y esto si que es un vaticinio en condiciones.
Aprende, Rappel.
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