
Mientras el gobierno prosigue con su estrategia de apañar programas de televisión para mayor gloria de Zapatero y Mariano Rajoy parece estar deshojando la margarita para decidir de qué modo se carga su partido con más eficacia, Rosa Díez mueve ficha y se atreve, cada vez con más ímpetu, a separarse de una vez de la corriente de lo políticamente correcto para meter el dedo en la heridas que de verdad importan a un buen número de ciudadanos españoles.
Presenta Rosa Díez varias preguntas parlamentarias al gobierno sobre la intención del gobierno balear de potenciar al máximo el catalán, en detrimento absoluto del castellano, en todos los estamentos públicos de las Islas Baleares de modo que, otra vez, uno de los principios de nuestra constitución que defiende la igualdad y co-oficialidad de las lenguas del estado, quedará reducido prácticamente a la nada.
Ni hace falta a estas alturas que nadie se quite la venda de los ojos, ni que la izquierda se deshaga de la careta de igualdad social que ha llevado durante estos últimos treinta años. Cada vez que en una comunidad gobernada por el PSOE, en mayoría o coalición, se ha hablado de “normalización lingüística”, el resultado final ha sido la persecución del castellano y de todo aquello que pueda parecer mínimamente español para favorecer e imponer el idioma y el nacionalismo de turno.
La representante de UPyD ha demostrado mucho valor al enfrentarse abiertamente contra sus antiguos compañeros de partido y sabe que puede pescar tanto en las revueltas aguas del PP como en las desencantadas orillas del PSOE. Si sigue por esta línea, tanto ella como su partido pueden convertirse, con el tiempo, en una tercera opción política decisoria en periodos electorales.
A mi parecer, es aún muy pronto para decir – como opinan algunos – que podría ser una alternativa de gobierno de España de aquí a cuatro años. Creo que eso es muy precipitado para tenerlo ahora en cuenta. Lo que sí esta claro es que cada vez más gente vuelve sus ojos hacia Rosa Díez.
Además, el momento también le es favorable debido a la crisis interna del PP. Con las grandes figuras del partido desmarcándose de Rajoy y el desaliento general que se ve por la militancia popular, ciertas comparaciones son realmente ventajosas para la líder de UPyD