
No había visitado la edición digital del diario gratuito Metro desde Octubre de 2006. En aquella ocasión me dediqué a perder mi tiempo (es la conclusión a la que llegué semanas después) en contestar y rebatir un lamentable articulo escrito por una periodista que, por el simple hecho de serlo, debería haber tenido la precaución de documentarse antes de hablar alegremente sobre un asunto tan serio como el que expuso en aquella ocasión.
Como ya dije, fue una absoluta pérdida de tiempo, porque, tras enviar el mismo mail de protesta, diariamente, durante tres semanas, a la dirección de contacto del diario, no obtuve ninguna respuesta.
Ayer, 15 de Julio de 2008, a eso de las 11 de la noche, llegué a la versión digital del mismo diario siguiendo algún link desde otro sitio web que ahora no recuerdo. Mi sorpresa fue mayúscula cuando ví en la parte superior izquierda de la página – es decir, la que subliminalmente más se chequea a primera vista – la foto que yo marco con un círculo.
Entré en la noticia y leí extrañado, pero no por la noticia en sí, sino porque no encontraba la relación entre la desafortunada imagen elegida para ilustrar tal articulo con el contenido al que se refería el escrito.
Resumo la noticia, por si ya no fuera posible visitarla. Unas chicas son detenidas en una isla griega, famosa desde hace tiempo por sus fiestas y excesos, por participar en una orgía habiendo recibido dinero a cambio.
Si bien no voy a describir lo que aparece en la foto, por el simple motivo de no querer condicionar a nadie y que cualquiera opine si está viendo lo que yo veo, todavía estoy preguntándome sobre la intención de ilustrar de tal modo dicho artículo. Pero sí puedo asegurar lo siguiente. Hasta ayer cogía un Metro, entre otros gratuítos, en alguno de los puestos habituales de reparto por los que suelo pasar casi a diario. Ya no volveré a hacerlo. Reconozco que me lo llevaba a casa si no encontraba algún otro de los que más me gustan. Y reconozco también que su uso se limitaba casi siempre a servir de papel para encender el fuego, de fondo en la jaula de los periquitos y poco más. Su modo de comentar algunas noticias que a mí me consta que no eran tratadas con la objetividad suficiente era bastante motivo como para usarlo en tales menesteres. A partir de ahora no lo quiero ni para limpiar las heces de mis perros.
Aquí, el triste asunto aquél de octubre de 2006. No se sin funciona el link posterior al artículo de Metro. Discúlpenme, pero no tengo ningún interés por comprobarlo.
P.D.: ¿Alguien con conocimientos legales puede decirme si exhibir la imagen en cuestión en un diario de tirada nacional puede constituir un delito? ¿O se queda en otra “gracia” más de este diario gratuito?