
Santiago Carrillo no está para historias, ni Paracuellos, ni para garzonadas , ni para nada. Dice que no considera apropiada la iniciativa del juez Garzón y los desaparecidos del franquismo. Que el tiro de la escopeta puede salirle por la culata. Lo que no precisa Carrillo es a quién podría alcanzar ese tiro; si al propio Garzón o a él mismo.
He leído últimamente tantos foros y páginas, por no hablar de la prensa, que apoyaban la iniciativa de Garzón… Le agradecían al súper juez su valor y empuje contra la derecha fascista que aún queda en España. A decir de algunos, toda la derecha de hoy es esa derecha fascista que se muerde los puños, de rabia, por ver cómo se hace al fin justicia a los muertos y desaparecidos. El descontrol absoluto. El ambiente de preguerra, revivido en la red. Quien no está con ellos, está contra ellos defendiendo a los asesinos del brazo en alto con la mano extendida, exterminadores de los del brazo en alto con el puño cerrado que, al igual que los anteriores, se llevaron por delante a muchos que no levantaban ni un brazo ni otro.
Recuerdo una forera que terminaba cada uno de sus posts con un ”GRACIAS, SR. GARZÓN. SI LE TUVIERA DELANTE LE DARIA UN ABRAZO”. Su nick, Pasionaria.
Pasionaria, a la que contesté una de sus encendidas arengas pro garzonianas recordándole que el mismo Señor al que ella estaba tan agradecida había desestimado por mala “fe procesal” una iniciativa parecida, hace ya diez años, que, además de investigar el paradero de muchos muertos, exigía el procesamiento de Carrillo, me contestó a los escasos diez minutos de haber enviado yo mi opinión.
Nunca había recibido tal montón de calificativos en un solo párrafo en toda mi vida. No había en dicha contestación un solo argumento. Ni una sola defensa hacia su propia ideología, o sus motivos para defender a Gran G. Ni siquiera una palabra a favor del susodicho Carrillo, ni a los republicanos de cierto color que ella defendía con furia.
Por toda contestación Pasionaria, que debió ponerme la etiqueta de “los del otro bando” por criticar las actuaciones de Garzón, me calificó como: (copio y pego, censurando alguna palabrota)
“Facha, revisionista, franquista, falangista, nazi, caudillista, derechista de mxxxx, defensor de asesinos, inculto, ignorante, burro, retrógrado, homófono y gentuza. Gente como tú sobra en España. Mejor muerete y que tus curas mártires de mxxxxx te entierren como te mereces.”
Por un momento, casi dudé si estaba yo posteando con María Antonia Iglesias, con Enric Sopena, con Almodóvar o con Carmen de Mairena. Le pregunté, por curiosidad, a qué venía lo de homófono, a lo que Pasionaria me contestó – con su particular estilo – que lo presuponía porque todos los fachas somos iguales, y que lo único que nos diferencia a unos de otros es que unos querríamos matar maricones y otros lo somos a escondidas. Y punto.
Pasionaria no me contesta desde ayer. Y es que en estas, va Santiago Carrillo, se desmarca, y deja con el trasero al aire a quienes se han batido el cobre a favor de Garzón y en recuerdo de las víctimas de un solo color.
No está para movidas el Sr. Carrillo. No quiere estar presente cuando Gran G comience a remover el barro de la historia con su personal cetro de la justicia. Debe pensar Don Santiago, supongo, que aunque Baltasar apunte al bando franquista, alguno de los cañonazos acabaría por salpicar con sangre de los torturados y asesinados por las checas, por los milicianos incontrolados y por los controlados. Sangre disimulada y ocultada por quienes mitifican hoy a quienes deberían comparecer también ante la justicia, si aún estuvieran vivos.
Y no está el horno para bollos, Don Santiago, ni Pasionaria para explicaciones, porque, ahora más que nunca, parece que sí conviene que sigan algunos muertos en el hoyo mientras que ciertos vivos se rifan los pocos bollos que quedan sobre la mesa. Que no se diga que en España ya no quedan refranes. Que se reivindiquen y se utilicen con la asiduidad de antaño. Que aunque Carrillo haga mutis por el foro, hay políticos y jueces que saben muy bien, como supieron sus abuelos, que a falta de pan, buenas son tortas.
He leído últimamente tantos foros y páginas, por no hablar de la prensa, que apoyaban la iniciativa de Garzón… Le agradecían al súper juez su valor y empuje contra la derecha fascista que aún queda en España. A decir de algunos, toda la derecha de hoy es esa derecha fascista que se muerde los puños, de rabia, por ver cómo se hace al fin justicia a los muertos y desaparecidos. El descontrol absoluto. El ambiente de preguerra, revivido en la red. Quien no está con ellos, está contra ellos defendiendo a los asesinos del brazo en alto con la mano extendida, exterminadores de los del brazo en alto con el puño cerrado que, al igual que los anteriores, se llevaron por delante a muchos que no levantaban ni un brazo ni otro.
Recuerdo una forera que terminaba cada uno de sus posts con un ”GRACIAS, SR. GARZÓN. SI LE TUVIERA DELANTE LE DARIA UN ABRAZO”. Su nick, Pasionaria.
Pasionaria, a la que contesté una de sus encendidas arengas pro garzonianas recordándole que el mismo Señor al que ella estaba tan agradecida había desestimado por mala “fe procesal” una iniciativa parecida, hace ya diez años, que, además de investigar el paradero de muchos muertos, exigía el procesamiento de Carrillo, me contestó a los escasos diez minutos de haber enviado yo mi opinión.
Nunca había recibido tal montón de calificativos en un solo párrafo en toda mi vida. No había en dicha contestación un solo argumento. Ni una sola defensa hacia su propia ideología, o sus motivos para defender a Gran G. Ni siquiera una palabra a favor del susodicho Carrillo, ni a los republicanos de cierto color que ella defendía con furia.
Por toda contestación Pasionaria, que debió ponerme la etiqueta de “los del otro bando” por criticar las actuaciones de Garzón, me calificó como: (copio y pego, censurando alguna palabrota)
“Facha, revisionista, franquista, falangista, nazi, caudillista, derechista de mxxxx, defensor de asesinos, inculto, ignorante, burro, retrógrado, homófono y gentuza. Gente como tú sobra en España. Mejor muerete y que tus curas mártires de mxxxxx te entierren como te mereces.”
Por un momento, casi dudé si estaba yo posteando con María Antonia Iglesias, con Enric Sopena, con Almodóvar o con Carmen de Mairena. Le pregunté, por curiosidad, a qué venía lo de homófono, a lo que Pasionaria me contestó – con su particular estilo – que lo presuponía porque todos los fachas somos iguales, y que lo único que nos diferencia a unos de otros es que unos querríamos matar maricones y otros lo somos a escondidas. Y punto.
Pasionaria no me contesta desde ayer. Y es que en estas, va Santiago Carrillo, se desmarca, y deja con el trasero al aire a quienes se han batido el cobre a favor de Garzón y en recuerdo de las víctimas de un solo color.
No está para movidas el Sr. Carrillo. No quiere estar presente cuando Gran G comience a remover el barro de la historia con su personal cetro de la justicia. Debe pensar Don Santiago, supongo, que aunque Baltasar apunte al bando franquista, alguno de los cañonazos acabaría por salpicar con sangre de los torturados y asesinados por las checas, por los milicianos incontrolados y por los controlados. Sangre disimulada y ocultada por quienes mitifican hoy a quienes deberían comparecer también ante la justicia, si aún estuvieran vivos.
Y no está el horno para bollos, Don Santiago, ni Pasionaria para explicaciones, porque, ahora más que nunca, parece que sí conviene que sigan algunos muertos en el hoyo mientras que ciertos vivos se rifan los pocos bollos que quedan sobre la mesa. Que no se diga que en España ya no quedan refranes. Que se reivindiquen y se utilicen con la asiduidad de antaño. Que aunque Carrillo haga mutis por el foro, hay políticos y jueces que saben muy bien, como supieron sus abuelos, que a falta de pan, buenas son tortas.