
Más de veinte minutos ha ocupado el informativo de las 15 horas de Antena 3 Televisión al vendaval de nieve que asola gran parte de España. Más de veinte minutos a una situación que se repite año tras año, invierno tras invierno, desde que el supuesto calentamiento global iba a hacer desaparecer el frío de nuestro país para dar paso a un clima sahariano de los que quitan el hipo.
Si embargo, el tiempo dedicado a informar y analizar al desastrosa situación económica y laboral que tenemos sobre nuestras cabezas, y que nos ocultará el sol por un par de años según dicen los expertos que sí nos han avisado desde hace tiempo, ha sido mínimo si nos hacemos cargo de la gravedad de la situación que revelan los datos publicados por el ministerio de trabajo.
No he dejado de preguntarme desde esta mañana, bien pronto, mientras escuchaba los comentarios de Herrera, el resumen de prensa de Santiago González y las noticias económicas de Carlos Rodriguez Braun, si toda esta situación que viven millones de parados, millones de endeudados y miles de empresas que se hunden tampoco será suficiente motivo para que la ciudadanía reaccione ante semejante despropósito de gestión de gobierno como la que estamos soportando.
No puedo imaginar que nadie en su sano juicio pretenda seguir escondiendo su cabeza en tierra, contentándose con hablar de la crisis en país ajeno, sin reconocer que el nuestro se cae a pedazos. Creo que esta situación debería llamar a las conciencias de millones de españoles para que prescindan de su propio color político y exijan a los políticos que pongan manos ha la obra de un modo eficaz para evitar el más que previsible descalabro que tenemos a las puertas.
Estoy absolutamente convencido de que el Presidente del Gobierno está absolutamente desbordado por los acontecimientos. Tan convencido de eso como de que quienes siguen defendiéndolo a ultranza están totalmente ajenos a la realidad. Todas y cada una de las previsiones de Zapatero, Blanco, Solbes o cualquiera de sus aliados han fallado estrepitosamente, ya sea por estar basadas en falsedades electorales, sea por la ineptitud manifiesta de muchos responsables que han estado mirando para otro lado durante estos últimos cinco años.
Para mí ya no se trata de siglas de partido. El PSOE me ha demostrado una vez más que no ha dejado de ser en estos pasados años lo que demostró ser durante aquellas tres legislaturas de ignominia, corrupción y enchufismo: una máquina de poder tan sumamente bien engrasada y ajustada, que ha funcionado perfectamente en su cometido de perpetuar en el poder y en el dinero sucio a gobernantes, asesores, otros políticos complacientes, familiares, amigos y amiguetes. No voy a citar hoy ninguno de esos miles de casos que podríamos enumerar de estos “cien años de honradez” que una auditoría enviaría a un buen numeró de ministros y ministrables a prisión. Solo me referiré al último ejemplo, corroborado por sentencia judicial sin posible interpretación política, que manifiesta que la crisis del Prestige se gestionó tal y como se debía hacer, porque de otro modo los daños hubieran sido no solo mayores en aquél momento, también durante muchos años después.
¿Ha motivado esta sentencia alguna rectificación por parte de quienes convirtieron aquella catástrofe en un arma mediático política que arrojar a un gobierno que quedó como casi culpable de haber hundido el barco?. No. No ha habido rectificación, ni la habrá, ni nadie tendrá las agallas para exigirla con contundencia, como ha sucedido también con otras sentencias que han exculpado a los culpados por la izquierda mediática y política, a la que no le importa en absoluto arruinar vidas y patrimonios.
¿Por qué hablo del Prestige, si estaba refiriéndome antes al desastre laboral y económico? Para demostrar, tal y como se puede hacer hasta la saciedad, si tiramos de historia y hemerotecas, que ha cierto partido, a ciertos políticos y a ciertos medios se les permite todo. Absolutamente todo. Los españoles, en su inmensa mayoría, “tragan” con la mentira si les llega endulzada con un cheque de unos pocos euros.
Demostrado queda que surte más efecto una playa manchada de petróleo con cantantes afines a la causa del PSOESGAE que la quiebra técnica de millones de familias.
En el blog hermano Cuba Independiente leí la siguiente cita de Benjamín Disraeli:
“Ningún gobierno puede mantenerse sólido mucho tiempo sin una oposición temible”
España es un buen ejemplo de ello. Este gobierno desorientado, que maneja el timón a golpe de ocurrencias, golpes de efecto para minorías, revanchismo y demagogia, tiene en frente a un partido opositor que no es temible.
El partido Popular no infunde respeto, porque ha dejado de respetar a amplios sectores de su militancia y simpatizantes. Más preocupado por el qué dirán quienes siempre consiguen avergonzarle, ha preferido prescindir de parte de sus cimientos ideológicos y de figuras contrastadas en gobiernos anteriores, para convertirse en un rival que no convence, precisamente porque, antes de golpear, parece que pide permiso.
Creo que la pelota está, o debería estar, en manos de los ciudadanos; y deberíamos tomar conciencia de ello con urgencia. No será la mentira ni la demagogia las que nos saquen de este atolladero, ni quienes pongan en nuestras manos los medios para que podamos pagar la hipoteca de la casa o la cesta de la compra con qué llenar la despensa. Sobran los discursos falsos. Sobran las apariciones públicas con mensajes plagados de obviedades, ya vengan de la corona, de la presidencia del gobierno o de la oposición. No hay mejor momento que este para que los ciudadanos exijamos la regeneración necesaria de los sectores responsables de nuestra sociedad, para que tanto representante del pueblo como tenemos en este país de funcionariado duplicado y triplicado, asesores y “expertos”, ponga manos a la obra y tome las riendas del carro.
O eso, o la consigna de culpar a los de fuera. A ministros como Solbes les ha funcionado muy bien hasta ahora, y ni los Bardém ni Almodóvar piden su dimisión.