
Finalizada la encuesta propuesta hace dos semanas en la que se pedía la opinión de los visitantes del blog sobre la decisión de Patxi López para formar gobierno en el País Vasco.
Llama mi atención la escasez de votos en comparación con anteriores encuestas. Tan solo 20. No parece que el asunto haya interesado demasiado.
Los resultados han sido los siguientes:
Total de votos: 20
López gobernará
en minoría: 9
En coalición
con el PP: 7
En coalición
con el PNV: 3
Gobernará Ibarretxe: 1
Yo hubiera votado la segunda opción.
Ayer, día 26 de Marzo, se hizo pública la solución al enigma. Patxi López será el próximo Lehendakari con el apoyo del Partido Popular; el cual tendrá a uno de sus miembros como presidente de la cámara vasca.
En definitiva. El cambio se hace realidad. Un verdadero cambio, fuera de los usos demagógicos que se le ha dado a este término tan del gusto de algunos políticos.
Confieso que yo era absolutamente escéptico sobre el particular. Debido al antagonismo al que se ha llegado entre PP y PSOE durante los últimos años, me parecía casi imposible que ambos partidos fueran capaces de llegar a un acuerdo. Los antecedentes de enfrentamientos en muchos aspectos políticos vascos, mas ciertas maniobras de los socialistas en el pasado para favorecer al Partido Nacionalista Vasco ponían las cosas ciertamente difíciles. Pero ha sucedido lo que parecía más difícil. Socialistas y Populares desalojarán a Ibarretxe y al resto de nacionalistas de la poltrona.
Como no podía ser de otro modo, los líderes más destacados del PNV manifiestan su disgusto, pero también su convencimiento de que tal gobierno es inviable. Desean el fracaso de López y Basagoiti por encima de todo, porque esto les supondría a los nacionalistas la demostración empírica de que su Euskadi no puede funcionar bajo el mandato de los españolistas y maketos. Ibarretxe, mediante una maniobra de la que su partido también se sirvió en el pasado, pasa de mandamás indiscutible de la galaxia vasca, como tanto le gustó bromear en campaña, a ser el opositor y profeta del Apocalipsis de Euskadi. Según él, los jinetes de las enfermedades y las tragedias, representados por los constitucionalistas, llevarán a su tierra a
Los gallegos en conjunto nos dieron una lección al resto de España. Demostraron que es posible enviar a paseo a un gobierno que, ya en su primera legislatura, se dedicó a deshacer lo hecho, a favorecer a amigos y a sembrar el odio entre vecinos con la excusa del nacionalismo. Ahora, en el País Vasco, estamos a punto de asistir a un momento histórico. Los nacionalistas, enquistados en su cascarón de superioridad, favorecedores del entorno de Herri Batasuna, remisos a condenar atentados y ausentes a la hora de apoyar a las víctimas de ETA, serán ahora oposición. Y desde el primer momento, echarán en cara al nuevo gobierno que no solucione los problemas que ellos no solucionaron desde su primera legislatura.