
Está a punto de entrar en vigor la ley que prohibirá el botellón en toda la ciudad de Zaragoza, con las lógicas excepciones referentes a fiestas populares habituales en el calendario.
Parece que la acogida general de esta nueva ley es positiva, excepto, claro está, entre el colectivo de jóvenes que, con la excusa de la carestía de las bebidas alcohólicas en los establecimientos hosteleros, se reúnen a beber en calles y parques provocando molestias a los vecinos y ensuciando dichos lugares.
Otro aspecto interesante de esta nueva normativa será la prohibición expresa de bañarse en lagos, estanques, fuentes y similares; práctica habitual entre los borrachos que participan en estos maratones alcohólicos.
El incumplimiento de esta ley acarreará sanciones tales como multas de
El objetivo principal de esta iniciativa, aprobada por los partidos PSOE, PAR y PP en un pleno del Ayuntamiento de Zaragoza, es garantizar el derecho de los ciudadanos al descanso y al disfrute de la limpieza de las instalaciones y mobiliario urbano de la ciudad.
La puesta en marcha de esta ley no es más que una consecuencia de los actos vandálicos, las peleas y la suciedad provocadas en parques y avenidas de Zaragoza desde hace años. Las quejas de los vecinos y de los servicios de limpieza han logrado forzar al Ayuntamiento a tomar una determinación que será pionera. Como novedad, dicha ley también contemplará la reincidencia como un agravante para los que incumplan reiteradamente la normativa.
Queda la duda, por no aparecer en las notas de prensa, de si esta ley pretenderá sancionar a los padres si los que infrinjan la norma son menores de edad. De ser así, resultaría del todo contraproducente, porque el menor seguiría teniendo sensación de impunidad y de irresponsabilidad, dado que serían sus padres quienes pagarían las consecuencias. Otro aspecto a tener en cuenta también, y que la sociedad demanda cada vez más, sería un mayor control sobre las tiendas que permanecen abiertas hasta tarde y cuyos dependientes venden alcohol a menores sin el menor escrúpulo.
La polémica está servida. Llama mucho mi atención que ciertos grupos políticos de izquierda, que siempre procuran buscar el voto joven con propuestas populistas e irresponsables, no hayan apoyado convenientemente esta ley. Pero cualquiera sabe que una juventud despreocupada y embrutecida es más manipulable.