Hace mucho tiempo que me pregunto qué puede tener un pueblo, o buena parte de él, en su corazón y en su mente para permitir ser gobernados nuevamente por un algún déspota que ya demostró anteriormente de lo que es capaz.
Invariablemente, siempre me respondo que el populismo y la propaganda son tan poderosos que vencen y anulan al enemigo más poderoso que puedan encontrar: la memoria.
Alguien me comentó en una ocasión, mientras hablábamos de la reelección de Daniel Ortega como presidente de Nicaragua en 2006, que este tipo de cosas solo para en ciertos países. Yo estuve de acuerdo solo en parte. En ciertos países suceden estas cosas reiteradamente y con gobernantes más extremistas, pero en otros, donde los ciudadanos creemos estar por encima de ciertos problemas, han sido reelegidos políticos cuyas presidencias anteriores han sido un cúmulo de despropósitos.
Nunca pude comprender cómo Daniel Ortega, con su historial liberticida y sus antecedentes, pudo obtener la mayoría necesaria para volver a la presidencia del país. De hecho, me pareció verdaderamente absurdo que un pederasta, con abundantes crímenes a sus espaldas y declarado sandinista, con todo lo que ello supone, centrara su discurso político en Dios, en el amor, en la libertad, en una sinfonía de Beethoven y una canción de John Lennon. Parecía un guión disparatado de los Monty Python.
Pero el truco funcionó. El populismo y la demagogia calaron en el electorado – la vieja historia – y “San” Ortega, quien no tuvo que dar cuenta de sus asaltos sexuales por estar prescritos, volvió a ser el líder nicaragüense. Si viajamos muy al sur de Nicaragua encontramos casos similares. El dos veces golpista Chávez, o el también inexplicable caso de Menem, que aunque no alcanzó la presidencia de nuevo, si consiguió una cantidad de votos nada despreciable, aún a pesar de su desastroso paso por la presidencia argentina.
Hoy tuve un deja vù con las últimas declaraciones de Ortega. Durante la celebración del XXX aniversario de la revolución marxista en Nicaragua, ha hablado sobre la posibilidad de asegurarse la reelección a la presidencia. Esto ya lo he vivido antes. Chávez y Correa son los capítulos más recientes de esta tragedia cuyo fin se adivina paralelo al desenlace cubano. Marxismo, miseria y ausencia de libertad. Zelaya lo intentó y, de momento, ha fracasado; pero es muy significativo que haya tenido un cierto apoyo popular hondureño y el reconocimiento de la comunidad internacional, a pesar de su intento de subvertir el orden constitucional.
El atropello de las libertades tiene patente de corso, siempre y cuando venga desde cierta tendencia. Tiene el campo libre para campar a sus anchas, porque Europa y Estados Unidos están más preocupados por sus propias crisis. Mientras ciertos sectores del gobierno Obama centran sus esperanzas en un supuesto aperturismo del régimen cubano, el castrismo se extiende por centro y sur América a paso firme. Para aceptar estos hechos tan solo es necesario abrir los ojos y ver.
Gracias por su insistensia en denunciar esta tragedia en Latinoamérica. Es muy grave que los gobernantes de nuestros países nos lleven al marxismo que parasita en Cuba desde 5 décadas atrás. Y es muy grave que los pueblos se dejen conducir de este modo.
ResponderEliminarGracias Mike por sus artículos y su blog y mis felicitaciones a España Liberal por el nuevo formato.
Daniel Wilson Mercado
Que te parece Mike, estoy aca con este dolor de cabeza!!
ResponderEliminarEn la vida ocurren, entre otras cosas, anecdotas de las cuales es oportuno sacar el mayor provecho. Tuve la oportunidad de conversar con un amigo, luego de finalizar un foro, quien se referia a un gobernante con feos epitetos por el solo hecho de las discrepancias politicas que ambos asomaban. Le pregunte que por que no contrstaba sus desacuerdos con las ideas, su expresion denotaba rabia e intolerancia que no pudo responderme; el calificar despectivamente a alguien, a veces sin fundamento, sin el combate de las ideas da muestras de posiciones personalistas, que pudieramos plasmar con frases como "no me gusta eso de ti", " por que eres asi" en vez de "por que PIENSAS asi". Lo sensato seria contrastar las ideas y mencionar sus autores o defensores sin necesidad de utilizar terminos peyorativos, a fin de resguardar la integridad del debate. EN LA AMERICA NUESTRA NO SEGUIMOS HOMBRES, SEGUIMOS SUS IDEAS.
ResponderEliminarUn saludo a todos los participantes. ATTE. GUILLERMO MELENDEZ.