Además de las muchas cosas que se me ocurren que es, Fidel Castro va camino de ser también el paradigma de la simplificación de análisis en política internacional.
Quienes manejan los hilos del poder en Cuba, Raul Castro y el resto del Gobierno liberticida, han sacado del banquillo a Fidel. Ahora que parece mínimamente restablecido de su grave enfermedad, le piden unos minutos de juego. Afortunadamente para el pueblo cubano, Fidel no ha subido a una tribuna para discursar durante horas, tal como le encantaba hacer en sus buenos tiempos, y tal como imita, y mejora, Hugo Chávez, quien al menos tiene la delicadeza de cantar en algunas ocasiones, creo que podríamos calificarlo así, y ofrecer espectáculos mediáticos más animados de lo que el cubano nunca consiguió.
Fidel no ha discursado. Ha escrito en el diario Granma, plasmando su inquietud y preocupación por Barak Obama. Para Fidel, el gran problema que tiene Obama es ser afroamericano. Podría haber dicho que el problema de Obama es ser negro. O mestizo. Pero Fidel también se suma a la new age del correcionismo exacerbado y progresista que pretende mostrarnos que el asegurar que un negro es negro es algo sumamente incorrecto e incluso insultante para la dignidad de un negro. ¿Llegará el día en el que yo pueda sentirme ofendido por ser llamado blanco, con el posible agravante de ser además rubio? Esto es de locos. De locos correctos y progres, si se quiere; pero de locos.
Decía pues que Fidel asegura que el mayor problema que tendrá Obama para llevar adelante sus ideas es su color de piel; cosa que no le perdona la “ultraderecha blanca” de los Estados Unidos. El totalitario cubano pierde la perspectiva, o quizás nunca la ha tenido, de un fenómeno complejo que se puede observar en Norte América, a tan solo noventa millas al norte de La Habana, desde donde este barbado monolito del comunismo mira al resto de mundo.
El fenómeno que él califica como ultraderecha está formado por grandes colectivos sociales, dependiendo de cada estado y sus propias características. Pongamos como ejemplo el sur de la Florida. Para Fidel Castro, por definición, todo aquél que no esté de acuerdo con “la verdadera democracia”, la que se vive en Cuba, es un ultraderechista. De este modo, siempre según Castro, quedan metidos en el mismo saco todos los que le critican a él, quien a su vez asume, como todo dictador que se precie, que toda crítica hacia su persona es, en realidad, un ataque hacia el pueblo cubano.
Así pues, la “ultraderecha” del sur de la Florida, por seguir con un ejemplo bien localizado, está compuesta por blancos (discúlpenme si es impropio decirlo así, pero aún no sé si es necesario clasificar a los euro americanos como caucásico americanos unos, celtíbero americanos otros, italo americanos los de más allá, o euro cubano americanos a unos pocos blancos provenientes de la isla.), mulatos, mestizos, afro americanos, asiático americanos, asiáticos, y hasta indio americanos provenientes de Sur y Centro América con nombres anglos y apellidos españoles. Pues toda esta mezcolanza de adeptos al Partido Republicano es prácticamente idéntica a los que se inclinan por el Partido Demócrata, como similar es también a los que no prefieren a ninguno de estos partidos. Olvida Fidel además que muchos votantes, independientemente del color de su piel, votaron a Obama por ser negro, según contestaron en las encuestas.
Castro, ya sea por las consecuencias de su propia doctrina, o por cualquier dificultad que le haya impedido comprender, durante tantas décadas, cualquier concepto que sea más complicado que el funcionamiento de una cuchara, simplifica de este modo la realidad social de los Estados Unidos, vaticinando además que el hecho de ser negro, perdón de nuevo, afro americano, será lo que llevará a Barak Obama al más que posible fracaso de sus iniciativas políticas, por causa del racismo de la “ultraderecha”.
“Ojalá me equivoque” termina solemnemente su predicción. No se preocupe usted, Fidel. Si se equivoca, tampoco sucederá nada. Lleva usted en ello 50 años.
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Saludos Mike, ya vuelvo a estar en activo.
ResponderEliminarbien!
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