
Cuántas veces habré recordado la enseñanza que sostiene que el perfil de un hombre está compuesto por sus hechos tanto o más que por sus palabras.
Hugo Chávez ha demostrado con sus mentiras que su bajo perfil de político es el de un demagogo populista, mentiroso, totalitario y, por tanto, antidemocrático. Quizás, lo único que le diferencia de Castro es haber proclamado alguna de sus falsedades e insultos a ritmo de bolero, cosa de la que el criminal cubano no podrá presumir jamás.
Chávez no tiene credibilidad en ningún foro que no sea absolutista. No tiene fundamento democrático. Aborrece el sagrado concepto de Libertad. Sus únicos amigos se cuentan entre otros tantos dictadores, algunos de ellos con antecedentes de asesinatos, agresiones sexuales, terrorismo, delitos económicos y otros muchos atentados contra los derechos humanos. Amigos como Ahmadineyad, Castro, Ortega, Kirchner, Morales y otros populistas le definen. Sin embargo, también goza de buenas amistades, “más moderadas”, como el Gobierno de Rodríguez Zapatero, que le justifican con abrazos y visitas, al tiempo que defendiendo su particular apreciación de “libertad”.
Hugo Chávez podrá presumir de ser un ídolo bolivariano, un revolucionario salvador del pueblo, un líder para los desfavorecidos, pero sus hechos le califican: anulación de las libertades más elementales, cierre de medios de comunicación no afines, agresiones y asesinatos contra periodistas y demás disidentes.
Eso es Chávez; no otra cosa. Invito a todos los amigos y visitantes de la red para que se sumen a esta iniciativa contra el totalitarismo y sus consecuencias.