No me gustaba mucho Rosa Díez cuando estaba en el Partido Socialista. Reconozco su valor al oponerse abiertamente al terrorismo y a la disciplina de partido, por poner dos ejemplos. Pero había muchos matices en su discurso que no me gustaban nada entonces. Ni ahora.
Quienes advertían del talante autoritario de Díez acertaron. Un año después de iniciar su andadura UPyD, las disensiones internas y los abandonos de algunas personas del partido han puesto en tela de juicio la democracia interna de esta formación política. A este respecto, uno de los medios donde más información hemos podido recibir es el blog del amigo Esveritate.
No sé si, con el transcurrir del tiempo, UPyD llegará a ser un partido alternativo a los dos mayoritarios españoles, o si tendrá el poder suficiente para decidir cuestiones nacionales con sus votos.
Pero si algo tengo que reconocer, y no me duelen prendas en decirlo, es que hay ocasiones en las que Rosa Díez, o su partido UPyD en el Congreso, es de hecho la única oposición real, sin ambages y sin temor al qué dirán, contra la política errática y desnortada del Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Hoy se ha escenificado de nuevo en el Congreso de los Diputados una situación que describe muy bien el bajísimo perfil de la política española, tanto desde el Gobierno como desde la oposición. Díez se ha opuesto a otro plan de subsidio del Gobierno, que consiste en pagar 420 € mensuales, durante un máximo de seis meses, a los desempleados con renta inferior al 75% del Salario Mínimo Interprofesional. La crítica unánime de la oposición, por considerarla insuficiente, no fue óbice para que todos los partidos, excepto UPyD, votaran a favor. En palabras de Rosa Díez, “ha sido esperpéntico; intervienen en contra y votan a favor”.
Benjamin Disraeli escribió: “Ningún gobierno puede mantenerse sólido mucho tiempo sin una oposición temible”. Desde luego, el Gobierno Zapatero no ha sido sólido en economía, desempleo, política internacional… ni en otros muchos aspectos, pero la oposición, la que debería haber ejercido un control férreo sobre este ejecutivo incapaz, no ha sido terrible, ni severa, ni fuerte. Ni los partidos nacionalistas, tradicionalmente vendidos al mejor postor, ni el Partido Popular de Mariano Rajoy en su deriva por el centro derecha acomplejado y cobarde para devolver los golpes.
Esta es la terrible conclusión de muchos españoles. No existe oposición eficaz, ni sindicatos independientes, ni casi ningún medio de comunicación libre de ingerencias de partido. No estamos en manos de gobernantes; estamos en manos de políticos. Y eso debería preocuparnos.
Copie y pegue el texto, si desea oír el artículo.
Muchas gracias Mike.
ResponderEliminarEsta noche lanzo otro post en el que ciyo a todos los blogs que se han hecho eco, ayado el tuyo.
Tiene Vd. toda la razón; ¿cómo puede votar el PP a favor de un PER generalizado? Vergonzoso, menos mal que Rosa Díez ha sido la única que se ha atrevido a votar honestamente-
ResponderEliminarYo nunca he tenido problema en decirlo. En UPyD está ahora mismo lo único mínimamente aceptable de toda la política española. Lo terrible es que no tengan opción de llegar a La Moncloa. Si esa opción existiese, tal vez tuviésemos esperanza. Pero si no nos queda: o PP o PSOE. ¡Menudo apaño!
ResponderEliminarDesde luego, UPyD trabaja demasiado el culto al líder, es un partido personalista. Pero yo confío en que, de UPyD, pueda surgir algún día un nuevo movimiento político en España, que regenere un poco todo esto y desbroce la actual clase gobernante, que es penosa.
Mike:
ResponderEliminarRespecto a tu comentario en mi blog:
Los ciudadanos seguro que despertarán y podremos verlo en las próximas elecciones.
La peña está muy quemada con tanto granuja suelto pisoteando el solar patrio.
Un abrazo, colega.
Verdad verdadera...
ResponderEliminarTrasladándolo al fútbol: cuando la mejor defensa está en los delanteros contrarios.
Para bien o para mal, es cierto que es la opción más coherente, dentro de la incoherencia intrínseca de la partidocracia. La única que elabora programas serios, y parece creer en lo que dice.
ResponderEliminarSobre su funcionamiento interno, tiene el problema de que es un partido, y como tal, basado en disciplina interna. Con un sistema basado en partidos, el que no sea así no tiene nada que hacer. A los hechos me remito. El problema entonces es el propio sistema, no esperar a un partido nuevo, que no llegará jamás mientras todo funcione así.
Si el sistema permitiera que la elección de los políticos fuera realizada por los ciudadanos (representación por distrito, listas abiertas, etc), no por el partido, la disciplina interna no afectaría a la representación.
Saludos
Vaya...estoy muy pero muy de acuerdo con Lino...XD. Buenos lectores tienes por aquí...xd
ResponderEliminarLo mejor de El Republicano Digital, sois vosotros, los lectores.
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