EL CIRCO GURTEL ACAPARA LOS MEDIOS

No puedo dar crédito a lo que sucede estos días con el caso Gurtel. Una trama de corrupción dentro del Partido Popular que, hasta fecha de hoy, no ha pasado de ser un colegueo de golfos, pero que el PSOE necesita desesperadamente convertir en un estercolero de financiaciones ilegales que entierre definitivamente a la derecha, antes de que la izquierda se hundda hasta las cejas en la debacle económica que ellos mismos negaron una y otra vez que llegaría a suceder.

Y es que el circo Gurtel es el motor que mantiene la marcha de  los medios de izquierda y de los más o menos  simpatizantes, además de los otros, más escasos, que no pueden sustraerse a esta moda informativa que, de momento, no está cumpliendo con las expectativas que contaba el Partido Socialista para solapar sus propios escándalos, la inutilidad del gabinete Zapatero para dirigir España hacia otro lugar que no sea el abismo económico y social que nos espera, o la sorprendente forma que tiene dicho gobierno de luchar contra el terrorismo, eficaz únicamente cuando el momento puede ser propicio a los intereses partidistas del Ejecutivo.

Sinceramente, y mientras no se descubra algo más serio aparte de la petición de la Fiscalía para que desaparezcan conversaciones grabadas que exculpan a cargos del PP investigados, Gurtel no pasará de parecerme un vergonzoso caso de trepas y aprovechados, de ética  y moral inexistentes, exactamente igual a los miles que se dan por todo el país, con más o menos dinero, regalos y prostitutas de por medio, de arrivistas que se arriman a cualquier formación política para sacar provecho.

Viendo así las cosas, me parece tremendamente grave que el Gobierno, en la sesión de ayer del Congreso, se dedicara a contestar cada interpelación de la oposición con referencias a Gurtel. La intención está clara. Y la maquinaria socialista, bien ajustada en escándalos anteriores, en acosos y derribos de vidas privadas de políticos contrarios, periodistas disidentes e industriales y empresarios poco colaboradores con la causa del pensamiento único, sigue implacable girando sus engranajes. A los mandos, los cerebros del partido del crimen de estado, de la corrupción generalizada y el enriquecimiento ilícito incluido el saqueo de grupos empresariales. El inexistente nivel de vergüenza propia y ajena que acredita la mayoría de políticos españoles se pone de manifiesto cuando escuchamos a cualquier dirigente socialista, representando al PSOE, acusar de corrupción a otros. Un PSOE que juega con dos grandes ventajas: no tener enfrente una oposición fuerte y organizada y definirse con una ideología idónea para manipular a las masas ansiosas de una igualdad que nunca llega, de una solidaridad que no se ve y de un papá estado que cuida de todos, demostrándoles que el esfuerzo y la dedicación no son necesarios para participar del subsidio y la sopa boba.

Ya saben ustedes. La crisis, la ruina, el desempleo, la inflación, las hipotecas, Afganistán, el aborto y la eutanasia se solucionan hablando del caso Gurtel.

Y decían que Franco entretenía al pueblo con fútbol…

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