El mensaje y la conclusión en diarios, foros y canales de TV y radio de la izquierda, ha sido prácticamente el mismo. Esta manifestación fue convocada y sostenida por la ultraderecha más ultra católica y rancia del Partido Popular. No se podía esperar otra cosa. Radicalizar la imagen del contrario es un método que es muy efectivo, si logra calar en la audiencia. Pero la realidad no ha podido ser más distinta que la descrita por Pepe Blanco, Bibiana Aído, o la misma Trinidad Jiménez. Multitud de organizaciones independientes se dieron cita, acompañadas por miles y miles de convocados, incluidos ciertos movimientos de cristianos autodenominados socialistas y contrarios al aborto.
Aído, ministra de Igualdad, uno de los inútiles pero costosos ministerios que creó Zapatero para sus fines propagandísticos, calificó la manifestación pro vida como cosa del pasado refiriéndose de ese modo a los slogans que gritaban los manifestantes. Si eso le parece irrelevante, ¿no debería parecérselo también el que los abortistas usaran también iguales consignas en los 80s? En realidad, es eso y no otra cosa la defensa de los principios morales para este gobierno socialista. La defensa del derecho a vivir del no nacido es cosa del pasado. Conceder dignidad de ser humano al feto es algo antiguo. Fomentar el derecho de las madres a acabar con la vida de sus hijos es progresista y social.
Rodeados como estamos del afán más espantosos de nuestra sociedad, el que procura que nuestros hijos no lleguen a nacer, aún podemos tener esperanza en que la opinión pública mayoritaria pueda provocar en Rodríguez Zapatero un atisbo de razón. No me atrevería a apelar a sus sentimientos ni a su conciencia, porque alguien como él, capaz de promover las iniciativas que ha llevado adelante durante estos años de gobierno, debe tener ambas cosas bien adormecidas o amordazadas. Quizás lo único que podría llevarle a replantear su ley del aborto sería el interés electoral. Y también tengo mis dudas sobre el particular.
España se ha volcado en la defensa de los derechos del no nacido. La repercusión de este evento ha traspasado nuestras fronteras. Buscando referencias al respecto he llegado al blog de Elentir y su extenso informe http://www.outono.net/elentir/?p=17904#more-17904 sobre la manifestación. De momento, para el Gobierno Socialista, el evento del pasado sábado fue una movilización irrelevante y un motivo más para desenterrar viejas historias y rencores.
Ahora, el turno corresponde al Gobierno Zapatero. Seguramente, antes de verse forzado a tomar alguna postura que detenga su propuesta infanticida, procurará intoxicar y crispar más todavía la convivencia social. Pero no puede ocultar la realidad. La sociedad ha hablado, incluidos muchos socialistas. No a la nueva ley del aborto. Zapatero tiene la palabra.
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Sin duda fue un rotundo éxito, éxito que ha dolido bastante visto las declaraciones del gobierno al respecto.
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