Es la ley de causa – efecto: la ministra de cuota
prácticamente no hace otra cosa que parir ideas de cuota. Ideas de muy escaso
fondo social, disfrazadas de defensa de lo social.
Aído debería aprender de una vez
que la imposición de una idea no siempre da como resultado que llegue a convertirse en costumbre aceptada de buen grado por una mayoría.
Tendría un buen ejemplo en el nacionalismo que se pretende imponer en ciertas
regiones de España desde hace decenas de años y que, a día de hoy, no ha conseguido
erradicar la españolidad de idioma y costumbres que tanto ofenden a los
iluminados cuyo fin vital es rescribir la historia.
Ahora, Aído lanza sus ideas de
cuota de dos en dos. En pasados días la ministra anticipó sus planes para
imponer que el feminismo sea una asignatura obligada. Ayer mismo, no hace ni
veinticuatro horas, comunica que tiene preparada una lista de ochenta mujeres
muy válidas para ser miembros, o miembras versión Bibiana, de los consejos de
administración de grandes empresas.
No puede esperarse otra cosa, que
iniciativas de este tipo, del feminismo radical representado por una ministra
cuyo mérito conocido para ocupar el cargo que ostenta es ser militante de un
partido y defender su feminismo a ultranza. De hecho, la sola existencia del
Ministerio de Igualdad, sectario en cuanto a su tratamiento al hombre y su
ventajismo hacia la mujer, ya supone un
atentado contra el verdadero principio de igualdad hacia el que se encamina la
sociedad desde hace tiempo.
Forzar la igualdad es atentar contra la libertad pero, para el gobierno socialista, fiel a su
particular comprensión del concepto de libertad, lo que escapa a su ideario y
estrategias debe ser reconducido hacia los objetivos del partido, aunque para
ello haya que emplearse a fondo en el populismo ramplón que habla de unos
derechos sociales mientras derriba otros en nombre de la “tolerancia”.
Tolerancia e igualdad que, cuando conviene a la ministra y a otras socialista
de pro, se convierte en victimismo rancio y manipulador, como aquélla ocasión
en que Leire Pajín aseguro que era criticada por ser mujer, joven y socialista;
dejando bien claro que, en España, quien cumpla este perfil, no puede ser
puesto en duda.
Esta última iniciativa de Bibiana
Aído, encaminada a preparar la inclusión “porque lo digo yo” de estas ochenta
mujeres en puestos directivos, es tan disparatada, que una asociación ha
decidido desafiar a que alguien pruebe que, realmente y a día de hoy, es algo
extendido en el mercado laboral que una mujer gana menos que un hombre. Dicha
asociación pone en juego 4.000 € como premio para quien aporte pruebas
suficientes.
Así es la otra vertiente de la
política de Zapatero. Es el calentamiento global, versión española, del cual
Bibiana Aído es una de sus figuras estrella. Hay otros. El sectario Pepe
Blanco, la sobre actuada Pajín, o los mediáticos Sopena e Iglesias. Bien lo
dijo el Presidente Rodríguez Zapatero en aquella entrevista con su entregado
Iñaki Gabilondo, a micrófono supuestamente cerrado: “Nos conviene la crispación”
Rspecto de las ideas de la ministra de cuota, gran parte de la izquierda que actualmente se instala en el poder tiende a eso, a dar naturaleza de ley orgánica a sus anhelos, que, por otro lado, en nada contribuyen a que avence nuestra sociedad. Así nos va.
ResponderEliminarRespecto del archifamoso comentario de ZP, bueno, hay una máxima que Maquiavelo citó en su obra: el fin justifica los medios.
Un abrazo!