(Actualizado) ZAPATERO DEBE DIMITIR Y CONVOCAR ELECCIONES GENERALES.

Dudo mucho que las medidas de ahorro que Zapatero se ha visto forzado a proponer sean realmente eficaces si no van acompañadas de otras iniciativas que puedan reforzar primero, y poner en marcha después el gripado motor de la economía nacional. Pero no es esto lo que hoy más llama mi atención, después de leer, ver y escuchar unos cuantos medios.

Como referí hace un par de días, Zapatero mintió desde el principio de su discurso de demolición involuntaria del sistema de gobierno basado en la mentira, la confrontación y eliminación de valores que comenzó a construir desde los inicios de su gobierno. Mintió al recordar a la cámara de diputados y, por extensión, a todos los españoles, que esta dura crisis venida a represión empezó en el verano de 2008. Y basando su discurso en la mentira, el resultado no podía ser otro que una gran mentira resultante con la que recordar a la ciudadanía un concepto básico: la situación actual tiene culpables, sí. La oposición, los mercados, y la iniciativa privada.

Hemos asistido al desmoronamiento del mito de la política infalible de ZP. Las hemerotecas y los discursos grabados durante estos años son el mejor testimonio de que Zapatero, sus “miembras” y ministros, son lo peor que le podía pasar a España. No solamente por sus errores, basados en el sectarismo ideológico, la inacción y el afán de gobernar contra la mitad del electorado español.

Así las cosas, parafrasear a Ronald Reagan puede ser bien descriptivo de la trágica situación a la que hemos llegado: “Una recesión es cuando tu vecino pierde su empleo. Una depresión es cuando tu pierdes el tuyo. Y recuperación es cuando Zapatero pierde el suyo”.

La realidad se ha impuesto a esta etapa de ficción que ya dura demasiado tiempo. Los acontecimientos han sido insistentes. España será rescatada preventivamente para evitar que otros países europeos la sigan en esa espiral que gira hacia el interior de un agujero negro que amenaza con desmontar y tragarse el armazón de la Unión Europea y ese sueño de gran y poderosa federación en el que nunca hemos confiado los “euroescépticos”.

Zapatero debe irse. Debe dimitir. Es un caso de necesidad urgente que tomen las riendas de la nación personas que estén dispuestas a asumir responsabilidades y tener el valor de enderezar el rumbo de la nación, por mucho coste electoral que esto pudiera suponerles. Con Zapatero deberían irse no solo sus ministros y asesores, responsables como él de la catástrofe que estamos viviendo. Los responsables sindicales, cómplices de toda esta conspiración contra los intereses nacionales, que ha tenido como resultado el efectivo hundimiento de la economía, el empleo y la convivencia social, deberían abandonar también. Y arrastrar de una vez con ellos a esos 300.000 liberados sindicales, perfectos símiles de parásitos no productivos, pero sangradores de las arcas públicas. Asesores y demás contratados a dedo en las administraciones públicas, cobrando mayores sueldos que un funcionario pero trajando muchas menos horas que ellos.

Pero no sucederá nada de eso. En su lugar, los puntales del “zapaterismo” insisten en distraer al pueblo con reproches a todo el mundo menos a sí mismos. La vicepresidenta De La Vega ha declarado hoy que el Partido Popular pretende sacar beneficio de la actual situación. Tal y como están las cosas, en cierto modo, es indiferente que el PP se comporte de un modo u otro. No tiene la responsabilidad de gobierno y rara vez ha sido admitida alguna de sus propuestas en el parlamento. Cuando Zapatero ha necesitado apoyos para alguna necesaria mayoría suficiente ha comprado los votos de los nacionalistas, los otros grandes parasitos de una nación a la que quieren ver desaparecer pero sin cuyo dinero no podrían mantener sus prebendas. De La Vega, tan responsable de esta tragedia como el propio Zapatero, aunque solo sea por haber mantenido a ultranza las mentiras de éste, insiste periódicamente, como lo hace otro vicepresidente del gobierno, Manuel Cháves, ex presidente andaluz que no supo más que mantener a Andalucía en la misma pobre situación económica durante veinte años, en que los que no gobiernan ni tienen posibilidad de influir en las decisiones de gobierno son los verdaderos culpables del problema.

¿Más culpables? Sí. No hace muchos días alguien me reprochó en un foro el que yo escribiese que once millones de votantes sean corresponsables de esta debacle. Me reafirmo, pese a quien pese y me digan lo que me digan. Me reafirmo.

Once millones de españoles son también culpables de la miseria de este país porque votaron a un presidente manifiestamente mentiroso, que se negaba a reconocer que el desempleo crecía desbocadamente, que miles y miles de pequeñas empresas cerraban definitivamente sus puertas, que la morosidad crecía como una plaga, que la banca cerraba el grifo del crédito, que la construcción se paralizaba.

Todos, absolutamente todos los que mantuvieron a Zapatero en Moncloa y a su banda de mentirosos en el poder, son responsables, como responsable de un crimen es quien ayuda a un criminal. Once millones de votos que no fueron capaces de admitir que su dinero valía menos porque pagaban más por la electricidad, el gas, la gasolina, los alimentos y la ropa. Once millones de votantes que se vendieron por un cheque bebé, o una ayuda para alquiler de vivienda, o cualquier otro incentivo que luego les sería cobrado en retenciones de nómina o en la declaración de hacienda.

Ahora, los funcionarios están convocados a una huelga general para principios de junio. Si no viviéramos un momento histórico tan grave, un momento, tan definitivo para la historia de España, que me provoca escalofríos, podría decir que dicha convocatoria de huelga tiene su gracia. Pero no la tiene. Los sindicatos mayoritarios, inmóviles contra el gobierno durante tres años, conniventes en las mentiras de Zapatero y culpables de expolio de los recursos de los contribuyentes, son quienes tienen ahora el valor de pretender movilizar a los trabajadores que tienen, en gran mayoría, su puesto de trabajo asegurado. Por los otros, por los que en su día perdieron su empleo, por los que ya han perdido su prestación, por lo que no cobran un solo Euro de ayuda, no movieron un solo dedo cuando era el momento.

Ese es el otro gran “merito” de Zapatero. Haber logrado encanallar a la sociedad española hasta ese punto. Haber logrado que dicha sociedad traspase la línea que deja atrás la verdadera solidaridad social y que asista, cómodamente, ante la pantalla de la televisión, a semejante deterioro de la convivencia. Al inútil recuerdo de una guerra civil y de una dictadura de la que han estado obteniendo el voto del miedo desde la transición.

Zapatero, sus ministros, los sindicatos, sus votantes… no tienen ni un solo ápice de autoridad moral para reprochar nada a nadie. Son ellos los responsables definitivos de la metástasis que aqueja a España.

Zapatero debe dimitir, convocar elecciones generales y no presentarse de nuevo, aunque esto último sea por salvar su honor personal, si él considera que alguna vez lo ha tenido.

Los partidos políticos deben procurar un gran pacto de estado, propuesto por los socialistas, quienes también tiene que estar dispuestos a admitir sus errores y a aplicar las medidas que no han querido ni oír por provenir de la oposición. La sociedad debe arrinconar a quienes no han mostrado otro cometido que dividirla y crisparla. No hay otro modo de seguir adelante. Ya se logró en el 96, Y España se convirtió a partir de entonces en un ejemplo internacional, por mucho que otros, posteriormente, hayan pretendido borrar tal cosa del recuerdo colectivo. Y Zapatero no se irá si la sociedad entera no se manifiesta al respecto.

Actualizado:

Facilitado por J.F. Sebastián.

El mismo día en que nuestro queridísimo Sr. Presidente ZP ha anunciado en
el Congreso de los Diputados una serie de medidas para la reducción del
déficit, entre las que se encuentra la rebaja del sueldo de los
funcionarios un 5% durante el 2010 y congelación durante 2011, han salido
publicadas en el Boletín Oficial del Estado la convocatoria de las
siguientes ayudas/subvenciones:


- Ayudas a la pequeña y mediana empresa y otras entidades para la
elaboración e implantación de planes de igualdad, correspondientes al año
2010, por un importe total de 800.000 euros.
- Ayudas a la danza, la lírica y la música correspondientes al año 2010,
por un importe de 6.789.340 euros.




- Subvenciones a municipios, mancomunidades de municipios y comarcas para
el desarrollo de programas innovadores a favor de la integración de
inmigrantes, por un importe total de 2.902.560 euros.
Todo ello hace un total de 10.491.900 euros. No está nada mal para ser el
primer día en que ha anunciado tan polémicas medidas anti-crisis ¿eh? ¿Se
va a seguir destinando tal cantidad de dinero a este tipo de subvenciones
mientras a tres millones de funcionarios les humillan con una reducción así
de su salario? Esto es insostenible e indignante. Basta ya.

Ayudas Planes de Igualdad.  Ayudas a la danza, la lírica y la música.  Subvenciones integración de inmigrantes.


Actualizado 19 de Mayo, 2010. España estaba quebrada el pasado 7 de mayo.