FISCALÍA ANTICORRUPCIÓN Y LA
PRENSA.
Rafael del Barco Carreras
12-07-10. Un estudiante de
Derecho pretendiendo mi ayuda para una tesis sobre el caso Hacienda me pregunta
por los expedientes por falso testimonio, en concreto por uno, Jaime Vila
Calsina, economista, en principio imputado por la Fiscalía por administrador de
varias sociedades y después exonerado pero citado como testigo. Conoce tan bien
el caso, entre otras, por la lectura de mis artículos que no puedo por menos
que atenderle. Le puntualizo, que además de no ser abogado, o sea, técnicamente
nulo en Derecho, mi partidismo en lo que defino como “antioficialismo” me
hace poco objetivo.
El personaje de su interés,
interrumpido varias veces por la Presidencia, Doña Carmen Sánchez-Albornoz Bernabé,
se ganó a pulso que al final de su declaración lo enviara al forense para que
determinara su estado mental o capacidad para recordar. Que en las preguntas de
ritual contestara no conocer a nadie y después a las del fiscal resultara que
las relaciones financieras y hasta de amistad con varios de los acusados
alcanzaron comidas e intimidades durante años, y con muy selectiva memoria
según fuera la pregunta, acabaron con la paciencia de la Presidente, que sin
ánimo de halago actuó muy bien en tan complejo caso. Por el momento
diligencias por falso testimonio, que tras el dictamen del forense en
diciembre pasado sobre su plena capacidad, pudiera suceder que se librara del
banquillo en este juicio pero se sentara en otro.
Jaime Vila, con dos abogados que
se sentaron de oyentes (éramos cuatro), es una muestra de la total
desmemoria de la mayoría de los casi 200 testigos, y su selectivos
recuerdos apoyando las tesis y pruebas del fiscal, y por tanto las de la
abogacía del Estado y Hacienda, y en pocos casos las de las defensas.
El interés del estudiante
me conduce a aconsejarle una tesis sobre la extraña fabricación de todo el caso
por la Fiscalía Anticorrupción, donde en principio la selección de acusados es
toda una filigrana para exonerar o prescribir al entonces delegado de Hacienda,
Ernesto Aguiar, tal como le muestro en los artículos de prensa, y luego
otra desechando pruebas, para que por la repercusión fiscal de las
compraventas de terrenos de KEPRO y otros, Diagonal Mar, no se conozcan los reales
cobradores de los multiplicados precios con el falso argumento de la
prescripción de la obligación bancaria de aportar talones y pagos en efectivo,
de los que tienen la obligación de registrar al cobrador. Al igual con las
cuentas en Suiza, que se citan pero no aportan.
Una muy curiosa selección la de
la Fiscalía Anticorrupción en Barcelona. Un Cuerpo funcionarial incorrupto en
medio de un femoral a rebosar de gusanos. El fiscal Carlos Ramos Rubio (ahora
magistrado de la Audiencia) a las órdenes de su jefe Carlos Jiménez Villarejo,
y a la vista de varios recortes de periódicos de 1999, despierta y hasta
altera el enfoque para la tesis del estudiante. Villarejo es un fanático de los
focos, con ínfulas de gran estrella (ver en Internet), partidista y de partido,
por lo que su objetividad es nula y muy peligrosa. Era evidente que la prensa
escribía al dictado de la Fiscalía fabricando el juicio paralelo que después
convertiría en argumentos, o hasta pruebas, en el juicio.
Si en inicio la campaña mediática
se centra en Josep Borrell y su candidatura a la jefatura del PSOE y por tanto
a la presidencia de la Nación, tumbado por su íntima amistad con los acusados
Delegado de Hacienda de Barcelona, Ernesto Aguiar, y Jefe de Inspección,
José María Huguet, conseguido el objetivo político, el hilo de noticias se
complica hacia unas culpabilidades y prescripciones a gusto de un extraño
conductor. Se crea y se dirige la llamada “alarma social”, concepto
manejado por la propia acusación que lo ha creado a través de una PRENSA
entregada, que en mi caso ni consulto el sumario.
El estudiante se entusiasma ante
recortes de prensa incluidos en el sumario (para él forman parte de la
prehistoria, ver en imágenes de www.lagrancorrupcion.blogspot.com)
y actas o grabaciones del juicio, y debo aplacar su ímpetu. Le atraen las
declaraciones de Javier de la Rosa en la instrucción del sumario pero le
convenzo que el personaje está más que amortizado. Y las conclusiones finales
de Fiscalía, copia exacta de las provisionales cerrando el sumario, y sus
desmemoriados testigos alteran el enfoque de su tesis.
Y yo que no quiero que se repitan
antiguas denuncias falsas contra mí, o que me metan en cualquiera de sus miles
de casos, le hago prometer que no incluirá mis consejos y nombre en sus tesis.
Le noto escéptico cuando me reafirmo que en mis casos por denuncias
falsas Fiscalía no demostró mi culpabilidad, sino que yo tuve que
demostrar mi inocencia certificando, por ejemplo, que no estaba en el
lugar de los hechos porque estaba en prisión, juicio suspendido y caso
sentenciado a mi favor en Tarrasa, sin ningún expediente al fiscal que
mantuvo mi implicación y acusación durante años, o que no pude dirigir
una obra y contratar obreros y librar talones desde Brians. Un afectado
con un talón impagado certificó que yo no era el Rafael del Barco que se lo
entregó. Denuncia en la Guardia Civil de San Andrés de la Barca…
Continúo contándole lo
documentado y publicado en “Barcelona, 30 años de corrupción” y percibiendo que
no quiere creer tanta maldad, me río y me centro en su tesis…sin alterar nada.
Continuará…
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