La situación que vive Madrid
desde hace un par de días es un fiel reflejo del encanallamiento político
imperante en España. Solo así puede comprenderse qué está sucediendo.
Es muy revelador, para quien
quiera admitirlo, que los mismos sindicatos que callaron durante años la crisis
y arroparon a Zapatero, que posteriormente pretendieron dar un golpe de efecto,
para salvar su maltrecho prestigio, convocando una huelga de funcionarios que
resultó ser un autentico fracaso de seguimiento, sean los que ahora deciden
“defender” los intereses de los trabajadores del metro de Madrid, arremetiendo
contra un gobierno de derechas que aplica la ley aprobada por un gobierno de
izquierdas.
Según han informado los medios, y
los usuarios entrevistados, los piquetes de huelguistas han causado destrozos,
han agredido a trabajadores que no quisieron secundar la huelga, así como a
algunos viajeros, han amenazado e insultado. En definitiva, los sindicatos se
han saltado las leyes y los principios democráticos exactamente igual que han hecho
en otras ocasiones, haciendo uso de violencia e intimidación, sabiendo que,
como así ha sido, no serían criticados por ello tan duramente como merecerían
en los diarios, radios y televisiones simpatizantes de la izquierda.
La historia reciente, al igual
que la de hace varias décadas, está plena de actitudes similares de las
organizaciones sindicales de la izquierda, y de la izquierda en sí. La huelga
contra el gobierno de Aznar, de reciente recuerdo, en plena época de
prosperidad económica, también estuvo marcada por incidentes en algunas
ciudades españolas. El motivo de aquellas movilizaciones, reconocido hace pocos
días por Fidalgo, no fue otro que el acoso político a un gobierno del que, al
menos en asuntos de economía, la izquierda era consciente que no podría vencer
en las urnas. Ahora, la historia se repite. Consignas contra el gobierno de
Esperanza Aguirre para fingir defender los intereses de los trabajadores, como
hace bien poco fueron los gritos a favor de Garzón y contra la derecha durante
la irrisoria marcha del día del trabajador.
Si la justicia española
funcionase normalmente, los responsables sindicales que han pretendido
“reventar Madrid”, incluso bloqueando los servicios mínimos legalmente
establecidos, deberían rendir cuentas ante la ley. Es absolutamente necesario
acabar de una vez con la impunidad de la izquierda en estas cuestiones. España
debería haber aprendido la lección de la segunda república, cuando los
movimientos de izquierdas protagonizaron altercados que degeneraron en lo que
todos conocemos.
Cabe destacar que la rebaja de sueldo será entorno a los 15 euros mensuales en unas nominas bastante altas, así como que esta huelga la protagonizan los mismo que cometieron sabotajes contra el Metro de Madrid y que ya fueron investigados por la policía, sabotajes que se vuelven a producir.
ResponderEliminarPor ultimo me gustaría dejar una pregunta para esta panda de sectarios, y los imbéciles que les siguen, ¿no os habéis dado cuenta que muchos debéis el puesto de trabajo a la excelente gestión de Esperanza Aguirre y los muchos kilómetros de metro que ha construido?, kilómetros de los que no se construyó ninguno cuando gobernaban ellos.
Saludos