No hace muchos días estuve
hablando con alguien sobre la posibilidad de que Rodríguez Zapatero se
presentase nuevamente como candidato a la presidencia del gobierno en las
próximas elecciones generales de 2012. “Sí que se presentará – me dijo - ¿no
ves que está loco?
Miren ustedes. Yo ya no sé que
pensar, pero reconozco que, si hasta hace un tiempo yo estaba convencido de que
ZP, además de un producto político vacío de currículum y absolutamente falto de
experiencia de gobierno, era un personaje llegado al poder con el objetivo
principal de convulsionar la sociedad y derribar ciertos patrones de dignidad
que aún quedaban mas o menos en pié en España.
Sin embargo, desde que comenzó a
dejarse ver esta terrible crisis que el mismo ZP negó hasta la saciedad, obligando
a hacer lo mismo a su equipo de inútiles, tuve mis primeras serias dudas sobre
una cierta estabilidad mental del personaje. No me refiero exactamente a la
posibilidad de que Zapatero esté realmente loco. Antes que eso, le considero
como un tipo realmente malvado, a tenor de los resultados de su política desde
que entró en La Moncloa. Cuando hablo de locura me refiero a ese trastorno que
parecen haber sufrido algunos gobernantes y que les impulsa, sin descanso ni variación
alguna, a equivocarse, mentir, manipular y destruir.
En cualquier caso, el estar
manifiestamente separado de la realidad de la calle es un claro síntoma de esa
especie de locura soberbia que lleva al gobernante a declarar, con absoluto
convencimiento, las mayores burradas sin despeinarse un solo cabello. Y esa
locura debe ser contagiosa porque aquí, en España, como sucede en otros muchos
países, siempre hay un buen número de votantes que están dispuestos a creer las
palabras de su líder aunque la evidencia y la realidad les demuestre lo
contrario día a día.
Primero Rodríguez Zapatero, y
después su nueva ministra Leire Pajín, aseguraron, sin ninguna muestra de
rubor, que las familias españolas están mejor, “en mejores condiciones”, en la
actualidad; mejor que cuando los socialistas llegaron a gobernar en 2004.
Si querer ahondar hoy en lo que
vengo insistiendo en este sitio desde hace algunos años (es decir, en la
mentira continuada y demostrable de un gobierno de sectarios arropados por
millones de españoles) sí quiero exponer que los acontecimientos inmediatos,
una vez más, han dejado al ejecutivo socialista, con su mandamás a la cabeza,
literalmente con el trasero a la vista de todos.
Ayer se hicieron públicos los
informes de Cáritas, en los que se desvela la pavorosa realidad de 800.000 personas
que aquí, según el gran gurú de Moncloa, en este país cuya economía jugaba no
hace mucho tiempo en la champions league, 800.000 fueron atendidas de urgencia
por la organización Católica. Justo el doble que hace dos años atrás.
800.000 personas a las que
Cáritas da de comer, paga el alquiler de la casa, la factura de la luz y el
agua y otros gastos importantes que puedan surgir. 800.000 personas que,
gracias a esta asociación perteneciente a una confesión religiosa absolutamente
denostada por los socialistas, no viven tirados en la calle viviendo de la
mendicidad.
Cifras oficiales acompañan a
estas malas noticias: España tiene 6 de las 10 regiones con más paro de la
Unión Europea, y el gasto medio de los hogares españoles cayó un 4,8 % en 2009.
Esta sí es la realidad. La
pobreza y el desempleo han avanzado en España a pasos de gigante y esto no
hubiera sucedido así si un gobierno fuerte y decidido hubiera tomado las
medidas necesarias contra la crisis cuando fue necesario e imperativo hacerlo.
Por el contrario, Rodríguez
Zapatero sigue alimentando la mentira de estado frente a la realidad y su nueva
ministra, que es la constatación de que la última remodelación de gobierno fue
diseñada para perpetuarse en el poder y no para hallar soluciones al desastre,
sigue mintiendo como estos pasados años, con la diferencia de que ahora lo hace
desde un asiento azul del Congreso de los Diputados.
Al paso que vamos esto va a parecer la posguerra.
ResponderEliminarPeero para sus votantes una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad, y cuentan con el apoyo de los medios para repetirla millones de veces.
Hola, Aspirante.
ResponderEliminarPues sí. Los sintomas son muy c.laros. No solo el aumento del número de necesitados. También el índice de reducción de gasto.
Esperemos las cifras de 2010
Francamente deben pensar que el ciudadano de a pie es estúpido. La mentira descarada amplificada por los de la cuerda y repetida hasta que haga dudar a los indecisos.
ResponderEliminarLa gente de a pie piensa que si dicen eso es porque algo de razón llevarán, y eso les basta para ir tirando...
El "pajinato" se aventura tremendo, va a hacer bueno al mendaz Pepiño... y mira que tiene el listón de la falacia alto.
El principal problema de Zapatero, en mi opinión, es que sigue instalado en su particular "país de las maravillas", pensando que puede inventarse la realidad o cambiarla a su antojo, por ejemplo negando la crisis hasta hace muy poco tiempo, hablando una y otra vez de inexistentes brotes verdes o que las familias españolas están en mejores condiciones en la actualidad que cuando accedió al gobierno en un acceso de incomprensible optimismo. Es la estrategia del engaño continuo a la opinión pública para evitar que ésta perciba en su justa medida la gravedad de la situación económica, política y social que atraviesa España. No creo que sea el de Zetapé un problema de locura, aunque dé la sensación de que ha perdido completamente los papeles; como no tiene ya nada que ofrecer, agotado como está, tan solo le queda la mentira y la manipulación para aguantar hasta las próximas elecciones y, si existen los milagros, ganarlas o perderlas por la mínima. Un saludo.
ResponderEliminar- Rafael B, eso es algo que no soporto de esta gente. Que toman a los ciudadanos por estúpidos.
ResponderEliminar- Fernando, ¿qué debería preocuparnos más? ¿La incompetencia de Zapatero para gobernar, su facilidad para hacer daño en la sociedad, o que haya tantos millones que aún le respaldan...?
Me pongo a pensar en ello y no encuentro esperanza de recuperación, con todo lo que ha pasado en estos 6 años.
Saludos.
Mike, de las preguntas que planteas acerca de qué debe preocuparnos más, creo que lo peor de todo es que haya tantos millones de españoles que le sigan respaldando, fundamentalmente por cuestiones ideológicas. Yo tampoco encuentro razones para el optimismo ni esperanzas de recuperación.
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