El Plan de Recuperación Nacional
presentado por el gobierno irlandés para los próximos 4 años será una losa
terriblemente pesada para los ciudadanos en general, no solo para los
contribuyentes.
El coste a pagar por los
irlandeses supondrá un más que previsible estancamiento de su economía durante
años, debido a que el esfuerzo del país estará dedicado principalmente a pagar
la deuda contraída por el rescate económico.
Las líneas generales del plan de
ajuste irlandés son las siguientes:
Las pensiones estatales mayores
de 12.000 €/año tendrán recortes proporcionales a los ingresos. Las nuevas
pensiones concedidas desde este momento serán un 10% menores.
Prestaciones sociales recortadas
en algo más de 3.000 millones de €.
Subida generalizada de impuestos.
Se pretende subir el IVA hasta el 23%
Eliminación progresiva de casi
25.000 puestos de trabajo entre el funcionariado.
Reducción del salario mínimo,
hasta casi un 20% en algunos casos.
Encarecimiento en tasas
educativas. En algunos casos, las carreras universitarias serán 500 € más
caras.
Subida progresiva de la edad de
jubilación hasta los 67 años.
El panorama económico que espera
a los irlandeses para la nueva década es desolador. Estas medidas de recorte y
contención tienen como objetivo recaudar 10.000 millones de € en los próximos cuatro
años pero, aunque esto se consiga, el efecto secundario inmediato será la
pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, con el subsiguiente descenso
del consumo.
La prensa internacional apunta
hacia la
quiebra de España como el futuro detonante de la caída del Euro (“The
looming question is whether Spanish banks are really as healthy as the
government and the banks say they are.”, “La pregunta que surge es si los
bancos españoles están tan sanos como el gobierno y los propios bancos dicen
estar.”) Mientras tanto, el presidente Zapatero busca la foto propagandística
citando el próximo sábado, en Moncloa, a los 30 mayores empresarios españoles. Ésta
parece ser la única capacidad de reacción de ZP. Una reacción que no ha
suscitado más que escepticismo y críticas. La Confederación Española de
Organizaciones Empresariales se pregunta para que está ahora, si no es para ser
convocada por el presidente. Los autónomos, tan castigados como ignorados en
esta crisis, piden ser citados también, y con toda razón. Los analistas
políticos se preguntan a que espera Zapatero para reunirse con la oposición
para tratar de llegar a un necesario pacto de estado; reunión que tampoco se
dará, dado el afán de este presidente por gobernar contra la derecha durante
todos estos años.
La apreciación general es que
Zapatero pone parches inútiles, mientras espera que el paso del tiempo
solucione los problemas. Debería haber aprendido algo de las pasadas intervenciones
de Grecia e Irlanda: La negación de la realidad no cambia la realidad, ni la
ignorancia de un problema hace que el problema desaparezca.
Zapatero negó la evidencia al principio de la crisis. |
Hola, desgraciadamente la receta amarga irlandesa es lo que nos espera por culpa de tanto despilfarro irresponsable. saludos
ResponderEliminar